Los destellos
2024 

6.5
4,407
Drama
La vida de Isabel da un inesperado giro el día en que su hija Madalen le pide que visite regularmente a Ramón, que se encuentra enfermo. Tras quince años alejada de su exmarido, un hombre al que ve como a un desconocido pese a que fueron familia durante años, en Isabel comienzan a reavivarse resentimientos que creía superados. Sin embargo, al acompañar a Ramón en su momento más vulnerable, Isabel conseguirá ver con otros ojos el fracaso ... [+]
25 de febrero de 2025
25 de febrero de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de la realidad, quizá un nuevo género presente en parte de ese otro cine más independiente y real. Está claro que no va dirigida a un público joven, que ni le interesa, ni mayoritariamente la entenderá, no está a su alcance emocional, generacional...
Me ha gustado la elocuencia silenciosa que emite, aunque algunas secuencias fueron alargadas innecesariamente (no es una crítica negativa, es una impresión que deseo comentar) conectar con lo que se cuenta, tal vez no precise de tanta minuciosidad.
Existe una excepción en el reparto: Julián López, un actor que nunca le he pillado el punto, no me gustan sus interpretaciones, y aquí tampoco comprendo que hace caracterizando un personaje desnaturalizado, ajeno a la trama, que simplemente no encaja, aunque se haya utilizado como inflexión a la triste historia.
Me ha gustado la elocuencia silenciosa que emite, aunque algunas secuencias fueron alargadas innecesariamente (no es una crítica negativa, es una impresión que deseo comentar) conectar con lo que se cuenta, tal vez no precise de tanta minuciosidad.
Existe una excepción en el reparto: Julián López, un actor que nunca le he pillado el punto, no me gustan sus interpretaciones, y aquí tampoco comprendo que hace caracterizando un personaje desnaturalizado, ajeno a la trama, que simplemente no encaja, aunque se haya utilizado como inflexión a la triste historia.
27 de septiembre de 2024
27 de septiembre de 2024
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de admitir que he visto "Los Destellos" en un momento personal en el que han confluido diferentes sucesos que me ha hecho entender por fin la forma de rodar de este "diamante en bruto" que es Pilar Palomero. Y eso que no supe verlo hace 4 años con la archipremiada Las Niñas.
Esta directora tiene una forma de hacer y contar las cosas muy propia, familiar y novedosa a la vez que clásica y sin artificios. Y es que me ha descolocado totalmente (para bien) y no me lo esperaba.
Pocas veces una película ha cambiado mi manera de ver las cosas, de mirar y analizar los sentimientos, o de sentir y disfrutar las imágenes que estoy viendo.
Ha cambiado mi "tempo" a la hora de sentir una mirada, ver y disfrutar una escena. Me he dejado seducir por un ralentí natural como la vida en sí misma... esa vida de la que nos estamos alejando como sociedad, lentamente, sin darnos cuenta, pero tan rápidamente que no nos da tiempo a darnos cuenta de que estamos perdiendo la esencia de nosotros mismos como sociedad. Esa cosa que nos hace humanos y que nos hace sentir empatía, amor, cariño, nostalgia. "Los destellos" es la humanidad en su más puro estado en medio del caos reinante.
Patricia López Arnaiz, Julián López, Marina Guerola, Antonio de la Torre y todo lo que va aconteciendo y el cómo... es verdaderamente portentoso
"Los destellos" es la grandeza vestida de humildad para volver a reconquistar nuestros corazones y encontrar el tesoro grande y humano que todos llevamos dentro y que necesitamos compartir unos con otros en nuestras pequeñas pero intensas vidas.
Esta directora tiene una forma de hacer y contar las cosas muy propia, familiar y novedosa a la vez que clásica y sin artificios. Y es que me ha descolocado totalmente (para bien) y no me lo esperaba.
Pocas veces una película ha cambiado mi manera de ver las cosas, de mirar y analizar los sentimientos, o de sentir y disfrutar las imágenes que estoy viendo.
Ha cambiado mi "tempo" a la hora de sentir una mirada, ver y disfrutar una escena. Me he dejado seducir por un ralentí natural como la vida en sí misma... esa vida de la que nos estamos alejando como sociedad, lentamente, sin darnos cuenta, pero tan rápidamente que no nos da tiempo a darnos cuenta de que estamos perdiendo la esencia de nosotros mismos como sociedad. Esa cosa que nos hace humanos y que nos hace sentir empatía, amor, cariño, nostalgia. "Los destellos" es la humanidad en su más puro estado en medio del caos reinante.
Patricia López Arnaiz, Julián López, Marina Guerola, Antonio de la Torre y todo lo que va aconteciendo y el cómo... es verdaderamente portentoso
"Los destellos" es la grandeza vestida de humildad para volver a reconquistar nuestros corazones y encontrar el tesoro grande y humano que todos llevamos dentro y que necesitamos compartir unos con otros en nuestras pequeñas pero intensas vidas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(vivencias a flor de piel, belleza, añoranza, amor, conexion, cariño, amistad, respeto, dignidad, humanidad) las idas y venidas de Madalen a la estación de autobuses, su haz de luz (el destello) que va contagiando a su madre, hija y pegamento necesario, el momento del equipo de Paliativos llegando a la casa de Ramón hablando con todos, el momento del médico en la puerta despidiéndose (y preocupándose) de Isabel, la reunión improvisada de viejos amigos en casa de Ramón al llegar Isabel con brindis incluido, el paseo por el campo de Isabel con Ramón, la foquita, el cuidado de Oso, la comprensión de Nacho (papelón de Julián López sorprendiendo), Madalen bailando en la cocina con su padre cenando todos, la muerte de Ramón, el vacío que deja... Isabel con una bolsa de basura recogiendo la bata, las ropas, las zapatillas... las cosas de Ramón, los libros, sus escritos y dibujos, los recuerdos, las fotos, los sentimientos vaciando la casa, el agradecimiento de Madalen a su madre antes de marcharse...
Sí lleváis idea de ir al cine para una sesión continua de planos sincopados y adrenalina basada en un rápido aturullamiento de imagenes y golpes de efecto mientras comes palomitas dando sobresaltos en la butaca, ya puedes ir eligiendo otra... Ver esta peli en la sala a oscuras con la gente tranquila y en silencio es el clímax ideal, y es otro tipo de experiencia que últimamente ya no tanta gente estila.
Ya os digo que soy de esos que no entendió el éxitazo de "Las Niñas" hace 4 años, y he de admitirlo (¿porqué tendría que negarlo?) me encanta el cine de entretenimiento, el cine espectáculo (caro, carísimo) y mucho del cine denominado comercial y comercialoide (más barato). Pero siempre han acabado aparecido más vertientes en la manera de ver películas: descubriendo joyas del cine clásico o películas clave del cine de autor...
Ya sea por A o por B ha habido momentos en los que se abre la mente a nuevos conceptos y formas de ver las cosas, y justo, estos "pequeños" destellos me han inundado la mente con la más variada amalgama de sentimientos.
Sí lleváis idea de ir al cine para una sesión continua de planos sincopados y adrenalina basada en un rápido aturullamiento de imagenes y golpes de efecto mientras comes palomitas dando sobresaltos en la butaca, ya puedes ir eligiendo otra... Ver esta peli en la sala a oscuras con la gente tranquila y en silencio es el clímax ideal, y es otro tipo de experiencia que últimamente ya no tanta gente estila.
Ya os digo que soy de esos que no entendió el éxitazo de "Las Niñas" hace 4 años, y he de admitirlo (¿porqué tendría que negarlo?) me encanta el cine de entretenimiento, el cine espectáculo (caro, carísimo) y mucho del cine denominado comercial y comercialoide (más barato). Pero siempre han acabado aparecido más vertientes en la manera de ver películas: descubriendo joyas del cine clásico o películas clave del cine de autor...
Ya sea por A o por B ha habido momentos en los que se abre la mente a nuevos conceptos y formas de ver las cosas, y justo, estos "pequeños" destellos me han inundado la mente con la más variada amalgama de sentimientos.
13 de octubre de 2024
13 de octubre de 2024
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay momentos entre los seres humanos en los que las miradas, los recuerdos, el tacto, la simple proximidad, o un limonero en una maceta alcanzan a transmitir lo que las palabras no pueden. Paradójicamente la novela, la poesía, hechas de palabras sobre papel, tienen más recursos para contar estas situaciones que el cine. Contar con imágenes el silencio lleno de emoción, de modo que al espectador le importen los personajes hasta el dolor, hasta las lágrimas, no está al alcance de muchos autores/as. Me vienen a la memoria Haneke, Dreyer, Bergman, Wilder, Rossellini, Visconti, Kurosawa, Erice, Moretti, Ozu, Tarkovski, Kieslowski, Coixet, ... hay algunas más.
Pilar Palomero consigue crear una atmósfera en la que todo ello ocurre, con la naturalidad de la vida, de la muerte. Los planos cerrados sobre los rostros de los personajes son retratos fotográficos con la mínima profundidad de campo imprescindible para captar un gesto, o una luz sobre el rostro, un tenue brillo que se apaga, un rictus de rechazo, una sonrisa benévola, para añadir densidad emocional a la narración. Sugieren el proceso interior que afrontan los personajes con la suficiente levedad como para que el espectador reconozca y complete el relato con sus vivencias, con su desolación, con su propia supervivencia. Pocas experiencias más universales que la pérdida.
Los movimientos de la cámara y los encuadres están llenos de sentido: desde un lento recorrido por una estantería para informarnos de las lecturas que han forjado al protagonista masculino -para presentarnos su vocación-, hasta planos que nos hablan del sufrimiento o de la superación sosteniendo su duración, pasando por las miradas con las que la hija -que no quiere elegir afectos- apela al de su madre. No hay más remedio que el amor.
La dura evolución de la protagonista, que parte del rechazo que despierta la extrañeza de un ser que fue querido, quizás hubiera necesitado algunos minutos más de metraje para estar a la altura de la enorme sinceridad de la película; si bien es verdad que la vida casi nunca anuncia los plazos que nos impone, y casi siempre nos encuentra con lo puesto, como nos demuestra el personaje de la hija. Como decía Kundera, "El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores".
Pilar Palomero consigue crear una atmósfera en la que todo ello ocurre, con la naturalidad de la vida, de la muerte. Los planos cerrados sobre los rostros de los personajes son retratos fotográficos con la mínima profundidad de campo imprescindible para captar un gesto, o una luz sobre el rostro, un tenue brillo que se apaga, un rictus de rechazo, una sonrisa benévola, para añadir densidad emocional a la narración. Sugieren el proceso interior que afrontan los personajes con la suficiente levedad como para que el espectador reconozca y complete el relato con sus vivencias, con su desolación, con su propia supervivencia. Pocas experiencias más universales que la pérdida.
Los movimientos de la cámara y los encuadres están llenos de sentido: desde un lento recorrido por una estantería para informarnos de las lecturas que han forjado al protagonista masculino -para presentarnos su vocación-, hasta planos que nos hablan del sufrimiento o de la superación sosteniendo su duración, pasando por las miradas con las que la hija -que no quiere elegir afectos- apela al de su madre. No hay más remedio que el amor.
La dura evolución de la protagonista, que parte del rechazo que despierta la extrañeza de un ser que fue querido, quizás hubiera necesitado algunos minutos más de metraje para estar a la altura de la enorme sinceridad de la película; si bien es verdad que la vida casi nunca anuncia los plazos que nos impone, y casi siempre nos encuentra con lo puesto, como nos demuestra el personaje de la hija. Como decía Kundera, "El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es significativo el papel de la hija de los protagonistas, que empuja a su madre a superar el rechazo por su padre, ante la inminencia de la muerte de él, mostrando que haber vivido menos decepciones permite una generosidad y una capacidad para superar el pasado en momentos críticos, a la que no llegan personas con más experiencia, como es su madre.
25 de octubre de 2024
25 de octubre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los destellos está dirigida por Pilar Palomero, en su tercera película, y nos pone en la piel de una familia que no está demasiado unida. Tenemos a Isabel por una parte (Patricia López Arnaiz) y a Ramón (Antonio de la Torre), un ex-matrimonio con una hija en común que se llama Madalen (Marina Guerola). Isable ha rehecho su vida con otra persona (Julián López), pero no sabe nada de Ramón hasta que su hija, estudiando en Valencia, le dice que está muy mal. Tanto es así que Isabel se ve obligada a cuidar de este y a compartir más momentos de los que habría deseado en un inicio. Esta situación lleva a Isabel a dejar atrás resentimientos propios de un matrimonio fallido, gracias también a la luz que arroja su hija, que es la bisagra que une a la ex-pareja. Digamos, pues, que es un viaje hacia el final de una vida, con todo lo que eso conlleva, narrado con maestría.
Y es que Pilar Palomero ya es experta de contar cosas cotidianas haciendo parece que es muy sencillo, y no hay nada más complicado. A su vez, cuenta con una Patricia López Arnaiz, experta a su vez en interpretar a mujeres fuertes, sencillas y tan humanas como la vida misma, algo que vuelve a ser tremendamente complicado. Si a eso le añadimos a Antonio de la Torre, que no tiene ni una mala interpretación destacable en su filmografía, y el arrojo y desvergüenza de Marina Guerola, estamos ante un filme que se sostiene firmemente y se colocará en una posición destacada a la hora de recibir todo tipo de nominaciones y premios Cabe decir que es una película que nos hace pensar en la muerte, en el sentido efímero de la vida y en disfrutar de cada pequeño momento y vivencia, puesto que al final llegamos todos.
En definitiva, LOS DESTELLOS es una gran película que verá una pequeña parte de público, puesto que no es comercial pero sí muy humana. Es totalmente satisfactoria y necesaria, y las interpretaciones son de gran nivel. No existe un momento en que algo no tenga relevancia, y a la vez es sumamente cotidiana. Hacer fácil lo difícil es el sello de Pilar Palomero y de las enormes intrepretaciones. No os la perdáis.
Y es que Pilar Palomero ya es experta de contar cosas cotidianas haciendo parece que es muy sencillo, y no hay nada más complicado. A su vez, cuenta con una Patricia López Arnaiz, experta a su vez en interpretar a mujeres fuertes, sencillas y tan humanas como la vida misma, algo que vuelve a ser tremendamente complicado. Si a eso le añadimos a Antonio de la Torre, que no tiene ni una mala interpretación destacable en su filmografía, y el arrojo y desvergüenza de Marina Guerola, estamos ante un filme que se sostiene firmemente y se colocará en una posición destacada a la hora de recibir todo tipo de nominaciones y premios Cabe decir que es una película que nos hace pensar en la muerte, en el sentido efímero de la vida y en disfrutar de cada pequeño momento y vivencia, puesto que al final llegamos todos.
En definitiva, LOS DESTELLOS es una gran película que verá una pequeña parte de público, puesto que no es comercial pero sí muy humana. Es totalmente satisfactoria y necesaria, y las interpretaciones son de gran nivel. No existe un momento en que algo no tenga relevancia, y a la vez es sumamente cotidiana. Hacer fácil lo difícil es el sello de Pilar Palomero y de las enormes intrepretaciones. No os la perdáis.
27 de octubre de 2024
27 de octubre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonitos planos de Patricia López, la cámara está centrada en ella durante buena parte de la peli, muy bien construida y creíble excepto que demasiado buen carácter para una persona enferma.
Demasiados planos en silencio y después de este silencio te cambian de plano, lo que hace la película algo aburrida.
En resumen vale la pena, cine sincero, y la vida sigue y te acompaña con buena música
Demasiados planos en silencio y después de este silencio te cambian de plano, lo que hace la película algo aburrida.
En resumen vale la pena, cine sincero, y la vida sigue y te acompaña con buena música
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