Diamante de sangre
2006 

7.3
76,696
Aventuras. Thriller
Historia sobre el tráfico ilegal de diamantes. En 1999, Sierra Leona vive una terrible guerra civil. Un contrabandista (DiCaprio) especializado en la venta de piedras preciosas, cuyos beneficios sirven para financiar tanto a los rebeldes como al gobierno, conoce a un pescador nativo (Djimon Hounsou) que enterró un enorme diamante cuando trabajaba como esclavo para los rebeldes. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2011
9 de enero de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de confesar que, desde que pasó la famosa fiebre conocida como "leomanía", he estado predispuesto a ver cualquier película estelarizada por este actor. Sí, la cara de Leo ha cubierto tantas carpetas que seguramente provocó alguna crisis entre el gremio de diseñadores de dicho material escolar, y, aunque no suelo utilizar ciertos conceptos, he de decir que al fin la gente está dejando de tenerle tanto asco por precisamente ese endiosamiento por parte de las adolescentes (las cuales ahora se dedican a hacer idem con los crepusculitos). ¿Podría decirse que le ha perjudicado Titanic? Sinceramente, a estas alturas, eso ya no importa. El caso es que más de uno estaba demasiado ocupado poniéndole a parir y catalogándole de "estrellita" y ahora se sorprende de que haya madurado, y, a pesar de todos los excelentes actores que existen, hay uno que, a día de hoy, está trabajando a un nivel claramente superior a todos los demás, y ese actor, le pese a quien le pese, es Leonardo DiCaprio.
Respecto a Diamente de sangre, no digo nada nuevo: es una película con un mensaje bastante contundente, quizás algo panfletaria, pero la verdad, ¿No tiene todo el mundo la libertad para quejarse de lo que sea? Edward Zwick, que seguramente no va descalzo, ha optado por mostrar esa faceta de la realidad, y eso al mensaje no le resta validez.
En cuanto al resto del reparto, Jennifer Connelly aguanta el tipo, pero Hounsou (un tío que no conozco practicamente de ningún otro proyecto, salvo por Gladiator y un par más) hace un papel genial, y más meritorio es aún teniendo en cuenta a quién tiene delante.
Y, por último, sobre África. El continente más rico del mundo, y a la vez el más pobre. ¿Por qué será? Algunos pueden tildar esta cinta de superficial, pero, sinceramente, a veces está bien mirarse al espejo y preguntarse ciertas cosas, en lugar de soltar la primera parida que nos ilumine la bombilla. Y lo mejor de este superficial mensaje, es que su contenido es perfectamente intercambiable, solo tienes que cambiar diamantes por cualquier otro recurso natural que occidente afana sin permiso, y la lista es larga. En fin, y hasta aquí mi crítica superficial para una película superficial, con un reparto de superficiales.
Respecto a Diamente de sangre, no digo nada nuevo: es una película con un mensaje bastante contundente, quizás algo panfletaria, pero la verdad, ¿No tiene todo el mundo la libertad para quejarse de lo que sea? Edward Zwick, que seguramente no va descalzo, ha optado por mostrar esa faceta de la realidad, y eso al mensaje no le resta validez.
En cuanto al resto del reparto, Jennifer Connelly aguanta el tipo, pero Hounsou (un tío que no conozco practicamente de ningún otro proyecto, salvo por Gladiator y un par más) hace un papel genial, y más meritorio es aún teniendo en cuenta a quién tiene delante.
Y, por último, sobre África. El continente más rico del mundo, y a la vez el más pobre. ¿Por qué será? Algunos pueden tildar esta cinta de superficial, pero, sinceramente, a veces está bien mirarse al espejo y preguntarse ciertas cosas, en lugar de soltar la primera parida que nos ilumine la bombilla. Y lo mejor de este superficial mensaje, es que su contenido es perfectamente intercambiable, solo tienes que cambiar diamantes por cualquier otro recurso natural que occidente afana sin permiso, y la lista es larga. En fin, y hasta aquí mi crítica superficial para una película superficial, con un reparto de superficiales.
21 de octubre de 2011
21 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recomiendo muy encarecidamente que se visualize en versión original, aparte de los motivos obvios para ver toda película en VO, en concreto la actuación de DiCaprio es alucinante en cuanto al conseguido acento. El acento sudafricano es uno de los más difíciles y está muy bien trabajado.
21 de noviembre de 2012
21 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diamante de Sangre nos muestra una situación brutal y dramática mediante una historia consistente y con miga, pero lo más importante no es que sea tremendamente entretenida (lo es), lo importante aquí es que nos transporta hacia un mundo para nosotros impensable, y esto se nos queda marcado en cortas pero demoledoras escenas, una de ellas es cuando cerca del final el hombre mira ese escaparate y ese colgante tan brillante como posiblemente sucio.
Sobran cosas, sobre todo acerca de la relación del personaje interpretado por Jennifer Connelly y Leonardo Di Caprio, pero globalmente es innegable catalogar a esta película como buena, y más viendo lo que hay hoy en día, donde no abunda el buen cine.
Mención especial merece la interpretación de Djimon Hounsou y toda la historia de su personaje.
En definitiva, una película notable, muy entretenida y recomendable.
Sobran cosas, sobre todo acerca de la relación del personaje interpretado por Jennifer Connelly y Leonardo Di Caprio, pero globalmente es innegable catalogar a esta película como buena, y más viendo lo que hay hoy en día, donde no abunda el buen cine.
Mención especial merece la interpretación de Djimon Hounsou y toda la historia de su personaje.
En definitiva, una película notable, muy entretenida y recomendable.
24 de marzo de 2013
24 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace unos años, el significado de África para el cine ha cambiado, en mi opinión para bien. En las películas que se realizaban en los años 50, 60 o 70, casi siempre que el continente negro aparecía en un filme estaba relacionado con la aventura, con exploradores, cazadores o buscadores de riqueza que se internaban en las selvas y desiertos del interior para encontrarse con tribus en estado semisalvaje, parajs hostiles y bestias feroces cuya única finalidad era que el héroe de turno demostrarse lo varonil que era derribándolos de un tiro.
Sin embargo, en estas últimas décadas, aunque sigan existiendo películas más vinculadas al género de aventuras, la tónica general ha cambiado. Ahora, África tiene un significado diferente. Ya no evoca riquezas, sino pobreza, hambre y sufrimiento sin fin. El antiguo colonialismo ha sido sustituido por un nuevo orden en el que ahora los nativos del continente se matan entre ellos para definir quien tendrá el privilegio de recibir los exiguos beneficios que europeos y americanos pagan por sus multiples fuentes de recursos: marfil, maderas, piedras preciosas. Y el cine ha tratado de mostrar la cruda realidad que se vive allí, con ejemplos como “Hotel Rwanda”, “El último rey de Escocia” y la película que nos ocupa, “Diamante de sangre”, quizá la más conocida de estas tres.
Estos filmes tienen en común que han retratado los conflictos que desde la época de la descolonización los habitantes del continente han sufrido sin descanso. “Hotel Rwanda” estaba ambientada en la sangrienta y tristemente famosa guerra civil de Ruanda. La segunda, la tiranía del líder de Uganda Idi Amin. Y esta, “Diamante de sangre”, el conflicto interno de Sierra Leona, una guerra muy reciente que no finalizó hasta hace menos de una década. Pero es que además, la obra de Edward Zwick tienen el valor añadido de que no se limita a relatar las vicisitudes del pueblo sierraleonés; también muestra otras dos realidades muy presentes en la región y que han supuesto algunas de la principales preocupaciones de los grupos humanitarios que operan allí. Por un lado, como los africanos son explotados por sus propios paisanos para recolectar los frutos de la tierra que luego irán destinados a los blancos, quienes son los auténticos instigadores de la miseria que se vive en el continente. Por otro, se hace mucho incapié en los niños soldados, otro tema muy inquietante y que en “Diamante de sangre” se nos muestra de una forma que inquietará a más de uno.
En cuanto al filme en sí, la impresión que deja es muy positiva. Por varias razones, como su capacidad para hacer referencia a tres temas preocupantes (la guerra, el expolio por parte de los extranjeros y los niños soldado). Es cierto que la película al final se hace larga (yo recortaría unos veinte minutos), pero entretiene, no de la forma en que entretienen otras películas, sino que lo hace apelando emocionalmente al espectador, haciendo que se conmueva con lo que se vive en ese país. Tiene una más que aceptable fotografía. Las interpretaciones del trío protagonista (DiCaprio-Hounsou-Connelly), notable. A mi me gustó en especial la del beninés, un actor al que empezamos a ver en “Gladiator” y que en “Diamante de sangre” hace su sin ninguna duda mejor trabajo hasta la fecha (no en vano fue nominado al Óscar).
Sin embargo, en estas últimas décadas, aunque sigan existiendo películas más vinculadas al género de aventuras, la tónica general ha cambiado. Ahora, África tiene un significado diferente. Ya no evoca riquezas, sino pobreza, hambre y sufrimiento sin fin. El antiguo colonialismo ha sido sustituido por un nuevo orden en el que ahora los nativos del continente se matan entre ellos para definir quien tendrá el privilegio de recibir los exiguos beneficios que europeos y americanos pagan por sus multiples fuentes de recursos: marfil, maderas, piedras preciosas. Y el cine ha tratado de mostrar la cruda realidad que se vive allí, con ejemplos como “Hotel Rwanda”, “El último rey de Escocia” y la película que nos ocupa, “Diamante de sangre”, quizá la más conocida de estas tres.
Estos filmes tienen en común que han retratado los conflictos que desde la época de la descolonización los habitantes del continente han sufrido sin descanso. “Hotel Rwanda” estaba ambientada en la sangrienta y tristemente famosa guerra civil de Ruanda. La segunda, la tiranía del líder de Uganda Idi Amin. Y esta, “Diamante de sangre”, el conflicto interno de Sierra Leona, una guerra muy reciente que no finalizó hasta hace menos de una década. Pero es que además, la obra de Edward Zwick tienen el valor añadido de que no se limita a relatar las vicisitudes del pueblo sierraleonés; también muestra otras dos realidades muy presentes en la región y que han supuesto algunas de la principales preocupaciones de los grupos humanitarios que operan allí. Por un lado, como los africanos son explotados por sus propios paisanos para recolectar los frutos de la tierra que luego irán destinados a los blancos, quienes son los auténticos instigadores de la miseria que se vive en el continente. Por otro, se hace mucho incapié en los niños soldados, otro tema muy inquietante y que en “Diamante de sangre” se nos muestra de una forma que inquietará a más de uno.
En cuanto al filme en sí, la impresión que deja es muy positiva. Por varias razones, como su capacidad para hacer referencia a tres temas preocupantes (la guerra, el expolio por parte de los extranjeros y los niños soldado). Es cierto que la película al final se hace larga (yo recortaría unos veinte minutos), pero entretiene, no de la forma en que entretienen otras películas, sino que lo hace apelando emocionalmente al espectador, haciendo que se conmueva con lo que se vive en ese país. Tiene una más que aceptable fotografía. Las interpretaciones del trío protagonista (DiCaprio-Hounsou-Connelly), notable. A mi me gustó en especial la del beninés, un actor al que empezamos a ver en “Gladiator” y que en “Diamante de sangre” hace su sin ninguna duda mejor trabajo hasta la fecha (no en vano fue nominado al Óscar).
10 de abril de 2014
10 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diamante de sangre es una espectacular cinta de acción y aventuras filmada en hermosos paisajes africanos que resulta muy entretenida pero que no funciona como película denuncia porque no tiene la suficiente contundencia al convertirse en un film de acción. Muy bien hecho y con momentos logrados gracias al brillante trabajo de sus protagonistas, tanto DiCaprio como Hounsou fueron nominados al Oscar, pero su argumento abarca demasiados temas y no se centra en ninguno con la suficiente intensidad como para emocionar.
Por un lado tenemos a Leonardo DiCaprio que encarna a un mercenario y traficante de diamantes que descubre la existencia de un valioso diamante encontrado por un humilde pescador convertido en esclavo. Djimon Hounsou es dicho esclavo que ha perdido a su familia en un ataque de los rebeldes a su aldea y cuyo objetivo es localizarlos a toda costa. Jennifer Connelly es una atractiva periodista amante del riesgo y la aventura, una persona comprometida que busca escribir un artículo para denunciar el tráfico de diamantes de sangre. Y Arnold Vosloo es un jefe mercenario y traficante al igual que su subordinado DiCaprio que tan pronto vende armas a la guerrilla como les ataca cuando el gobierno contrata sus servicios.
En definitiva un producto bien elaborado al que no se le puede reprochar nada desde el punto de vista técnico pero en el que prima en exceso la acción sobre un argumento que trata un tema demasiado serio como para contarlo así. Me parece una buena película pero le falta más pasión para convertirse en una obra maestra.
Por un lado tenemos a Leonardo DiCaprio que encarna a un mercenario y traficante de diamantes que descubre la existencia de un valioso diamante encontrado por un humilde pescador convertido en esclavo. Djimon Hounsou es dicho esclavo que ha perdido a su familia en un ataque de los rebeldes a su aldea y cuyo objetivo es localizarlos a toda costa. Jennifer Connelly es una atractiva periodista amante del riesgo y la aventura, una persona comprometida que busca escribir un artículo para denunciar el tráfico de diamantes de sangre. Y Arnold Vosloo es un jefe mercenario y traficante al igual que su subordinado DiCaprio que tan pronto vende armas a la guerrilla como les ataca cuando el gobierno contrata sus servicios.
En definitiva un producto bien elaborado al que no se le puede reprochar nada desde el punto de vista técnico pero en el que prima en exceso la acción sobre un argumento que trata un tema demasiado serio como para contarlo así. Me parece una buena película pero le falta más pasión para convertirse en una obra maestra.
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