El dolor como motor de la historia. La muerte de una madre.

La protagonista, hija de la fallecida, con dos hijos, dos ex-maridos y amantes ocasiones, incapaz de sobrellevar su falta.

La madre ausente, una mujer independiente, que amaba "lo justo, ni mucho ni poco".

Confieso que he tardado bastante en entrar en materia, viéndola dos terceras partes con respeto pero sin mayor interés.

Pero, siendo en todo momento muy digna y honesta, me ha ido ganando poco a poco en su tramo final hasta el punto de emocionarme en ciertos momentos.

Esto es obra de una estimable realización y una estupenda interpretación de Marina Salas, que lleva el peso del film con seguridad, fuerza y determinación.

Al final, me ha gustado y convencido.

Diálogos fluidos, requiere, eso sí, algo de paciencia, pero me ha dejado un buen recuerdo.

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"También esto pasará" es una película que sigue a Blanca, una joven que se sumerge en un viaje de autodestrucción después de la muerte de su madre. "También esto pasará" muestra cómo Blanca intenta reconstruirse en un pueblo costero, Cadaqués, donde se rodea de amantes ocasionales y fantasmas de su pasado.

La directora María Ripoll utiliza un estilo de dirección delicado y sin juzgar, con planos largos y silencios que duelen más que diálogos. La actuación de Marina Salas es destacada, y su interpretación de Blanca es un huracán en cámara lenta que derriba todo a su paso.

"También esto pasará" también cuenta con una fotografía impresionante que convierte el Mediterráneo en un espejo del alma de Blanca, y una banda sonora que suena a brisa con sabor a sal. En general, "También esto pasará" es un retrato íntimo del duelo y la búsqueda de consuelo, que destaca por su delicadeza y honestidad emocional.

Resumen de la crítica escrita por Pablo Veiga Carpintero
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También esto pasará es el título homónimo de la novela de Milena Busquets que ahora María Ripoll lleva a la gran pantalla. Asimismo, es la respuesta incluida dentro de un cuento que la madre de la protagonista le contaba de pequeña: una afirmación que retiene un ápice de esperanza ante las dificultades de la vida. Porque sí, la historia es, en su trasfondo, dura.

Tras la muerte de su madre, Blanca se sumerge en un difícil proceso de duelo. Durante este, da múltiples traspiés y se centra en una búsqueda de validación externa a través del sexo (casi como si fuera lo único existente). Esto lleva al argumento a estancarse y, al mismo tiempo, perfila al personaje desde sus imperfecciones. Asimismo, al igual que Blanca con lo sexual, la cinta cae en ciertos recursos facilones como una cansina voz en off, una puntual literalidad o una música algo impostada que deja momentos “videocliperos” que sacan al espectador.

Sin embargo, También esto pasará halla su contrapunto en la construcción de otras vinculaciones afectivas como el profundo amor de Blanca por sus hijos y las reuniones sociales con sus amistades. En esta línea, la historia maternofilial encuentra luminosidad en el entendimiento, el perdón y el amor tras la muerte, así como en la interpretación de su reparto y el liderazgo de Marina Salas. Ella sabe guiar a Blanca por sus contradicciones hasta un final que exime al conjunto de sus resbalones y presenta una emotiva redención.

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Hay películas que te agarran por sorpresa. Que inoculan un sentimiento, de esperanza o de desazón, de miedo o de predisposición a sentirte mejor y superar el vértigo aparentemente infranqueable de la pérdida, volcado por la irrevocable sensación de vacío que va disminuyendo progresivamente al cabo del tiempo pero nunca desaparecerá; sólo aprenderás a convivir con ella. Puedes sentirlo así, o en el supuesto preferible de no haber experimentado aún un proceso de duelo, tomártelo como una clase preparatoria para lo que está por venir materializada en una pantalla, en una película, la de la mejor María Ripoll desde 'Tu vida en 65' -no digo la única reivindicable en 20 años, pero sí la mejor-, que alude de forma directa a quienes hayan pisado u hoy estén caminando por el mismo sendero que su protagonista principal, a la que los flashback y la voz en off -no permitiéndole el cine echar mano formalmente de las mismas herramientas que la literatura- remueven intermitentemente, siempre sin avisar, los recuerdos pujantes de quien no volverás a ver. De hecho mi propensión a rizar el rizo en lo emocional me conduce a creer en la interpretación bilateral del título: también esto te pasará a ti en el mejor de los casos (cuando un hijo no dobla la servilleta antes que sus padres) y también esto pasará si ya te ha tocado a ti, porque también es ley de vida acostumbrarte y aprender a vivir. Lo del sexo para escapar del dolor igual sale de mi realidad, pero tampoco veo necesario escarbar en los pormenores. En lo que tal vez sí encuentre un nexo en común es en que Ripoll hallase vinculaciones con la novela que adapta de Milena Tusquets cuando pasaba por lo mismo, solo que a mí me pasó precisamente eso con 'Tinta Invisible' (Javier Peña, BLACKIE BOOKS).
Nunca están de más, cualquiera que sea el medio en que se transmitan, los relatos sobre la muerte, el vértigo o una pérdida que, paradójicamente, contagian, al paso del tiempo, deseos de vivir y una sed de recuperación anímica, superando el miedo, la tristeza repentina o los ataques de ansiedad en la oscuridad (episódica, inocua, fugaz, ensañada y feroz).
Formidable reparto, sobre todo Marina Salas y Susi Sánchez. No me he explayado al respecto porque me apetecía más explorar el modo en que la historia me salpica en lo estrictamente personal.
A lo mejor no es que no me guste hablar de mí ni de mi vida a través de las redes. Puede que sólo prefiera hacerlo disfrazándolas de críticas de cine.
Es lo que hay, supongo.

Creo que es una muy buena película, aunque lo que más me gustaría resaltar —porque fue lo que más me gustó— es el soundtrack: las canciones, las letras, y la manera en que las integran con las escenas.
Me encantó que los personajes las cantaran, que las sintieran. La música no está solo de fondo, es parte emocional de lo que se vive. Hay escenas en las que la canción se vuelve protagonista, y eso me pareció hermoso.

Por otro lado, el guion me pareció bastante reflexivo. Se nota que la novela en la que está basada es muy buena. Por momentos me vi pensando más en el libro que en la película. Como si el texto original tirara de mí hacia otra capa de la historia, una que tal vez no está del todo en pantalla, pero se intuye. Eso también me pareció interesante.