Me encanta Noruega, he tenido la gran suerte de visitar este país varias veces y muero con sus apabullantes escenarios naturales. Ése es uno de los motivos que me han animado a ver esta miniserie desconocida llamada "Outlier", ambientada en este bello país y con actores y actrices noruegos. La frialdad de sus paisajes envuelve perfectamente la dureza de lo que la serie nos relata. Un país con esa imagen de perfección, de pureza nívea, de desarrollo y bienestar, oculta también mucha podredumbre, mucha corrupción, mucha desidia y muchos errores y machismo.

La protagonista es la actriz Hanne Mathisen Haga, quien se hace cargo de un personaje para nada cercano ni agradable, muy al contrario, es frío, distante, borde y cortante, poco dada a mostrar sus sentimientos. Creo que la actriz hace un muy buen trabajo. Junto a ella destacan actores como Benjamin Noble, que interpreta a su pareja británica, Jonas Delerund, quien se hace cargo del papel de policía del pueblo natal de la protagonista, Marius Lien y la joven actriz Elia Ballorava Varsi.

Entiendo perfectamente a aquellos que no han aguantado hasta el final, que no se han visto seducidos por esta serie, porque su ritmo es verdaderamente lento, todo se cuece poco a poco y los personajes no son especialmente simpáticos ninguno de ellos pero a mí me ha gustado porque deja ver las costuras de uno de los países más desarrollados de Europa, nos hace ver que no todo es lo que parece, no es oro todo lo que reluce y que la maldad se esconde en todas parte.

Unas serie muy disfrutable para mí, con paisajes que quitan el hipo y unos actores discretos pero competentes.
Un saludo,
Tess

Estoy familiarizada con el cine Nórdico, tanto películas como miniseries, y lo que he visto siempre me gustó. Considero que los temas, los actores, los paisajes y las historias que cuentan, tienen las condiciones para configurar un buen cine, y de hecho han logrado muy buenas producciones. Por ello esta miniserie me defraudó.

Es innecesariamente larga, sus ocho capítulos pudieron ser reducidos a cinco o seis. La idea general del guión pudo ser interesante, pero en su desarrollo se empleó tiempo mal aprovechado. La lentitud con que se desarrollan los capítulos seis y siete y su pobre contenido, quitan el interés por terminar de verla. La actriz principal articula las palabras de una manera extraña, no atribuible al idioma noruego, al tiempo que personifica a un personaje frío y pedante con el que cuesta empatizar. Otros personajes tienen comportamientos extraños casi inentendibles y hay huecos narrativos que dejan dudas no resueltas, algo muy frustrante para el espectador.