Me gustó comprobar lo manipuladores que pueden ser algunas personas y en este caso el abogado Arthur Jamison muy bien interpretado por Anthony Hopkins.

Claro que su esposa Louise, después de una larga convivencia con él ya va conociendo sus vericuetos mentales.

Esta cinta adolece de repetición, Arthur va exponiendo diferentes planes con sus pros y contras para cometer una acción delictiva. A veces estos planes los presenta la cinta como hechos sucedidos para posteriormente desengañar al espectador y presentar un nuevo plan. Estos sucesivos planes y engaños llegan a enlentecer tanto el ritmo de la trama que produce tedio.

La verdad es que hay tantas pequeñas grandes películas por descubrir de las que no se saben prácticamente nada y que no han tenido casi ninguna repercusión pero que merecen muy mucho la pena a la hora de ver cómo se las apañaban grandes actores conocidos por todos en sus trabajos más tempranos. Esto es lo que me ha parecido o la sensación que he tenido, ni más ni menos, con esta película, protagonizada en 1985 por un atractivo Anthonny Hopkins mucho antes de meterse en la piel de uno de los caníbales más famosos del celuloide como es Hannibal Lecter.

Los productores de esta "Conciencia culpable" son los mismos de series mundialmente conocidas y muy exitosas como "Colombo" o "Se ha escrito un crimen", así que podréis haceros una idea de lo que nos vamos a encontrar aquí. Con un aire ciertamente teatral, el director, un desconocido por mí David Greene, nos presenta a un Anthonny Hopkins pletórico cargando gran parte del peso de la misma como abogado criminalista deseoso de quitarse de en medio a su mujer que no es otra que la bella madre de Gwynne Paltrow, una Blythe Danner que no deja de sorprenderme con su buen hacer frente a las cámaras. Ella está fantástica también.

La tercera en este triángulo de las Bermudas es la también más que interesante y veterana actriz Swoosie Kurtz, una de las muchas amantes de Hopkins, que también jugará un papel importante en la trama.

Localizaciones reducidas, mínimo número de actores implicados y mucha intriga, todo de una manera muy bien llevada en hora y media por su director, nos regala una muy disfrutable y desconocida película.
Un saludo,
Tess

Toda la película es un ir y venir haciendo conjeturas de como matar a su esposa, es como un juego y también se juega con el espectador descarada y deliberadamente.
Para ser una película para la TV no está tan mal.
Se salva de ser un tostón por Anthony Hopkins bien acompañado por el resto de actores.
Conclusión, se deja ver sin más.