Sol de otoño

La verdad es que me gustaría dejar el comentario tan sólo parafraseando la película, como he hecho en el título, porque quizá ese sea el mejor comentario del trabajo de Eduardo Mignogna.

¿Y si todos supiésemos qué vale la pena?

Una película sin artificios, real y sencilla (que no fácil), sobre la vida y sus sentimientos; cine argentino en estado puro lleno de lugares comunes para todos aquellos que los sepan encontrar, o que tengan la valentía de, al menos, buscarlos.

Un enorme Luppi, como siempre; y una bellísima Norma Aleandro son las voces de esta canción que nos dejan con tan buen sabor de boda y con la seguridad de aclararnos un poco el camino hacia lo que de verdad vale la pena.

Que vaya por delante que amo el cine argentino y que para mi, Federico Luppi es Dios.

Llevaba muchos años queriendo ver esta película, ya que no pude verla en su momento. No sólamente por Luppi y Norma Aleandro, sino porque además sólo había leído críticas excelentes de la misma.

Sin embargo, la película me ha decepcionado bastante. Sólo se salva el gran trabajo actoral de los protagonistas, que llenan la cinta, pero el guión es tremendamente pobre ya que no hay ni una sola escena digna para el recuerdo y la trama transcurre sin que apenas pase nada. Es la típica historia de últimas oportunidades en el amor para dos personas mayores, pero, a pesar de no ser una película comercial americana, cae en una avalancha de tópicos que la alejan de ser una historia mínimamente original, con gancho y atractivo.

El personaje de Norma Aleandro es insoportable. Vale que sea una mujer madura e indecisa y que no quiera sufrir, pero ante la bondad y transparencia del personaje de Luppi responde con comportamientos irracionales y exagerados, lo que hace bastante difícil a identificación del espectador con ella y con la historia.

En fin. Una historia de sobrevivientes en la Argentina de finales del siglo XX, que en su plano final consigue que la sonrisa de Luppi haga que la vida merezca la pena.

315/25(25/08/21) Sobrevalorado film argentino dirigido por Eduardo Mignogna, con guión propio junto a Santiago Carlos Oves (“Conversaciones con mamá”), para una dramedia muy previsible, con una historia mil veces vista, donde el único aliciente es ver en acción a dos titanes del cine del país andino como son Norma Aleandro (la actriz ganó el Premio a actriz en el Festival de Cine de San Sebastián) y Federico Luppi, su química es chispeante a la par que enternecedora en este amor (como el propio título indica) otoñal, aunque no pueden salvar que es una narración que apenas pasa nada destacable, todo discurre por lugares comunes. Contando una historia más simple que el mecanismo de un botijo, una mujer madura que contrata a un hombre para hacerse pasar por su novio ante la visita de su hermano que vive en USA. Un relato que se ve con agrado, con sus altibajos, pero discurriendo por lugares comunes, sin llegar a sorprenderte una, llevadero por el carisma que desborda el binomio. Una reflexión sobre que para enamorarse no hay edad, nunca es tarde para encender la llama de la pasión, ello con algo de humor, con algún diálogo inteligente, pero con desarrollo harto estereotipado. Retrato de dos seres de vuelta de todo que se encuentran cuando no lo esperan, y mediante un McGuffin más sobado las tetas de una actriz porno (persona aleccionada por otra para que se haga pasar por quien no es), evoluciona una cinta minimalista, donde echo en falta secundarios de fuerza, donde nos cuelan una chirriante sub trama sobre un ladronzuelo que o se sabe a qué viene, como si hubieran coartado algo. Con un inserto final onírico muy estridente con cómo ha ido la película. Y es que tras hacer poco que la he visto no soy capaz de decir que hay una escena a recordar. Todo muy ha sido tan aseadito, como desprovisto trascendencia.

Producto pasable. Fuerza y honor!!!

Film ganador del Premio Goya como mejor película extranjera de habla hispana.

Una bella pelicula. Contada desde ese lugar del corazón donde la realidad, los sueños, la soledad, el cariño, se encuentran.
Norma Aleandro trasmitiendo con su personaje, la desconfianza, lo refinado, la emoción, la entrega. Federico Luppi: la sencillez, la honestidad, la amabilidad. Una película donde lo sencillo se vuelve grande.
Me gustó mucho, es emotiva. Sin identificarme con los personajes la pelicula me logró cautivar desde las gran interpretación de estos excelentes actores.

Ésta es una de esas pocas películas que he ido a ver al cine 2 veces, y en video he perdido la cuenta...y es que estamos hablando de mi película favorita.

De principio a fin, cada diálogo, cada imagen, cada nota de la banda sonora...es simplemente perfecta. Como perfectas son las actuaciones de los 2 personajes principales; Norma y Federico están "que se salen" y consiguen que te enamores de ellos y que a partir de entonces no quieras perderte ninguna película en la que actuen.

Si la persona que está leyendo ésto todavía no la ha visto le aconsejo que lo haga inmediatamente ya que aunque Mignona es un director brutal y así lo ha demostrado en películas como El Faro, La fuga o El viento, esta es , para mí, su mejor película.