La abadía del crimen: El nombre de RosaMediometrajeDocumental
1986 

6.3
39
Documental
Documental para la televisión alemana que narra la crónica de los ensayos diarios, las escenas detrás de las cámaras del clásico “El nombre de la rosa” de Jean-Jacques Annaud. Este documental presenta los desafíos que hay detrás de una producción de semejante escala. Desde la perspectiva de los actores hasta las ideas utilizadas por el director para crear una épica adaptación de la novela de Umberto Eco. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2024
15 de diciembre de 2024
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Como si imitase la narración colmada de melancolía y nostalgia del buen monje franciscano Adso Von Melk durante, tal vez, los últimos instantes de su vida, Jean-Jacques Annaud comenta "Aún recuerdo aquel día en que, tras leer la novela y enamorarme perdidamente de ella, hice todo lo posible para lograr que Umberto Eco me cediera los derechos; vi ahí no sólo una obra maestra de la literatura, sino un libro hecho a mi medida, que estudié griego, que adoro a Aristóteles y que siento enorme pasión por la Edad Media...".
Se trataba de un sueño, tal vez irrealizable, que llevó al francés a embarcarse en una producción de más de cuatro años, estudiando escenarios, reuniendo a actores de diferentes nacionalidades de la misma forma que a sus inversores, norteamericanos y europeos, en su mayoría. Bernd Eichinger, dijo él, "Con su empresa Constantin salvó la película, no sólo eso, además hipotecó todas sus propiedades y su apartamento, esperando un enorme triunfo". En efecto, "El Nombre de la Rosa" triunfó y se convirtió en una de esas obras legendarias de la Historia del cine.
O al menos triunfó en Europa. El resentimiento que quedó en los productores norteamericanos debido a la elección de Sean Connery (que aunque fuese casual, y es que el empeño del actor hizo mucho, ¿qué se pensaban?, ¿que Annaud iba a elegir a un yanqui para interpretar a William of Baskerville?) pareció afectar al rendimiento de taquilla en EE.UU., y eso que la producción aseguraba un espectáculo de primera clase que competía sin problemas con las de Hollywood (además, el guión se procuró cambiar la novela en su mayor parte para satisfacer al público, algo muy americano, en fin...).
Pero eso todavía pertenecía al futuro. Tal vez, por estar principalmente producido por un alemán y llevarse a cabo parte del rodaje en un auténtico monasterio cisterciense del Estado de Hessen, se acordó producir, al mismo tiempo, un reportaje para la televisión alemana donde se documentara el desarrollo de tan gigantesco y carísimo proyecto, y que ahora forma parte de los extras de la edición especial en DVD de la película. Más una curiosidad para el fanático, se nos presenta esto: el día a día en los decorados, el esfuerzo de los diseñadores de producción, los ensayos, etc.
Un producto que respira el aroma de la nostalgia al presentarnos a un Connery aún fuerte y muy dicharachero, a un Christian Slater adolescente en el primer papel importante de su carrera, igual que a un joven Annaud admitiendo sin ningún pudor estar orgulloso de las diferencias que separan a la obra de Eco de su propia obra, que es una criatura muy distinta. Eco, por su parte, parece encantado de esta decisión. Lo que no se nos muestra es la inquina que éste sentía por Connery, las dificultades por las que pasaron Slater y Valentina Vargas para filmar sus escenas de sexo o la repelente megalomanía de Murray Abraham.
Claro, estos son otro tipo de curiosidades, más profundas y oscuras. "Die Abtei des Verbrechens", narrada para la ocasión y salpicada de algunas entrevistas, es un documento que habla del esfuerzo y la sólida colaboración de un equipo muy variado dispuesto a sacar adelante una obra al estilo de los clásicos de Hollywood: de épica envergadura.
Vale la pena disfrutarlo para sentirse ahí mismo, como un espectador en el tiempo presente, sin que ninguno de los implicados sepa todavía los efectos que tendrá dicha producción. Pero los tendrá: Annaud logró su obra maestra, se ganó el respeto de Eco, y también Connery, que resurgió de las cenizas; al final "El Nombre de la Rosa", con varios premios en su haber, se convirtió en una pieza fundamental de la Historia del cine, y en especial de los géneros histórico, de aventuras y de misterio.
Se trataba de un sueño, tal vez irrealizable, que llevó al francés a embarcarse en una producción de más de cuatro años, estudiando escenarios, reuniendo a actores de diferentes nacionalidades de la misma forma que a sus inversores, norteamericanos y europeos, en su mayoría. Bernd Eichinger, dijo él, "Con su empresa Constantin salvó la película, no sólo eso, además hipotecó todas sus propiedades y su apartamento, esperando un enorme triunfo". En efecto, "El Nombre de la Rosa" triunfó y se convirtió en una de esas obras legendarias de la Historia del cine.
O al menos triunfó en Europa. El resentimiento que quedó en los productores norteamericanos debido a la elección de Sean Connery (que aunque fuese casual, y es que el empeño del actor hizo mucho, ¿qué se pensaban?, ¿que Annaud iba a elegir a un yanqui para interpretar a William of Baskerville?) pareció afectar al rendimiento de taquilla en EE.UU., y eso que la producción aseguraba un espectáculo de primera clase que competía sin problemas con las de Hollywood (además, el guión se procuró cambiar la novela en su mayor parte para satisfacer al público, algo muy americano, en fin...).
Pero eso todavía pertenecía al futuro. Tal vez, por estar principalmente producido por un alemán y llevarse a cabo parte del rodaje en un auténtico monasterio cisterciense del Estado de Hessen, se acordó producir, al mismo tiempo, un reportaje para la televisión alemana donde se documentara el desarrollo de tan gigantesco y carísimo proyecto, y que ahora forma parte de los extras de la edición especial en DVD de la película. Más una curiosidad para el fanático, se nos presenta esto: el día a día en los decorados, el esfuerzo de los diseñadores de producción, los ensayos, etc.
Un producto que respira el aroma de la nostalgia al presentarnos a un Connery aún fuerte y muy dicharachero, a un Christian Slater adolescente en el primer papel importante de su carrera, igual que a un joven Annaud admitiendo sin ningún pudor estar orgulloso de las diferencias que separan a la obra de Eco de su propia obra, que es una criatura muy distinta. Eco, por su parte, parece encantado de esta decisión. Lo que no se nos muestra es la inquina que éste sentía por Connery, las dificultades por las que pasaron Slater y Valentina Vargas para filmar sus escenas de sexo o la repelente megalomanía de Murray Abraham.
Claro, estos son otro tipo de curiosidades, más profundas y oscuras. "Die Abtei des Verbrechens", narrada para la ocasión y salpicada de algunas entrevistas, es un documento que habla del esfuerzo y la sólida colaboración de un equipo muy variado dispuesto a sacar adelante una obra al estilo de los clásicos de Hollywood: de épica envergadura.
Vale la pena disfrutarlo para sentirse ahí mismo, como un espectador en el tiempo presente, sin que ninguno de los implicados sepa todavía los efectos que tendrá dicha producción. Pero los tendrá: Annaud logró su obra maestra, se ganó el respeto de Eco, y también Connery, que resurgió de las cenizas; al final "El Nombre de la Rosa", con varios premios en su haber, se convirtió en una pieza fundamental de la Historia del cine, y en especial de los géneros histórico, de aventuras y de misterio.
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