Ecos de un reino oscuro

387/28(27/11/20) Turbador documental del muniqués Wener Herzog, indaga sobre uno de sus mantras, los personajes megalomaniacos, disfuncionales, en este caso sobre la figura de Jean-Bedel Bokassa, primer presidente mediante un Golpe de Estado de la República Centroafricana, y luego, autoproclamado Emperador de esta nación, comandó el país de 1966 a 1979. En el año del rodaje de 1990 de esta cinta Bokassa acababa de ser condenado a pena de muerte, sentencia luego conmutada por cadena perpetua y luego por 10 años de prisión, para finalmente ser amnistiado en 1993. Herzog deseaba entrevistar al propio Bokassa, estaba en prisión durante el rodaje de la película. El equipo de filmación obtuvo el permiso oficial del entonces presidente André Kolingba y, según los informes, Bokassa estaba dispuesto a dar la entrevista. Sin embargo, justo antes de ir a la prisión, Herzog y el equipo de filmación fueron arrestados y expulsados del país por el ministro del Interior.

A diferencia de la mayoría de los documentales del germano, el núcleo de la película no ofrece narración o comentario de Herzog. Siendo hilo conductor el periodista Michael Goldsmith mientras vuelve a visitar la República Centroafricana, donde fue encarcelado y torturado por el régimen de Bokassa. Goldsmith entrevista a dos de las esposas de Bokassa (se estima tuvo 17), varios de los hijos de Bokassa (incluida la "verdadera" hija Marine. Se estima tuvo más de 50 hijos Bokassa), dos de los abogados de Bokassa y el presidente de la República Centroafricana, David Dacko, ello mientras pasea por diferentes lugares centroafricanos con relación con la historia (la prisión en la que estuvo el propio Goldsmith, el palacio del jerarca, o el zoo donde se dice llevaba a presos para se los comieran los cocodrilos), también en París donde residen descendientes de Bokasssa, y en Venecia donde entrevista Goldsmith a ‘Martine’. Bokassa aparece solo en imágenes de archivo. La película comienza con Herzog leyendo una declaración de Goldsmith, quien había desaparecido en Liberia durante su primera guerra civil entre el rodaje de la película y su finalización. El comunicado describe un sueño que tiene Goldsmith, acompañado de imágenes de la migración del cangrejo rojo de la Isla de Navidad. Herzog volvió a utilizar imágenes de la migración del cangrejo en su película posterior Invincible. Tras finalizar el montaje Goldsmith apareció y se supo que fue apresado por niños soldados en Liberia, pudo asistir a la presentación del filme en Venecia, para fallecer pocas semanas después. Relato que mezcla terror con patetismo humorístico de modo enervador, donde hay cabida para asesinatos, cuernos, hijas ficticias, canibalismo, una ninfómana amante rumana, canibalismo, una ceremonia napoleónica de Emperador (mostrada de modo original sin sonido ambiente, con la música clásica.

En 1977, Jean-Bedel Bokassa llevaba ya doce años en el poder. En 1965, mientras era Jefe de Estado Mayor, aprovechó un intento de golpe de Estado contra su primo David Dacko para tomar el poder. Después de siete años de gobierno apoyado por Francia, pero durante los cuales el terror, el encarcelamiento abusivo, la tortura y las ejecuciones sumarias ya son algo común, se proclamó presidente vitalicio en 1972 y luego mariscal en 1974. Dos años más más tarde disolvió el gobierno y lo reemplazó con el Consejo Revolucionario Centroafricano. Tomó a David Dacko, que había vuelto a ser favorecido, como su consejero, y fue coronado Emperador en 1977.

Goldsmith trabajaba como periodista francés cuando fue encarcelado después de informar sobre la elaborada coronación de Bokassa. En la película, dice escribió su informe y usó una máquina de télex para enviárselo a su empleador. Hubo un corte de energía durante la transmisión, provocó que el texto se mezclara. El mensaje fue interceptado por el gobierno del CAE, que decidió que era un mensaje codificado y que Goldsmith era un espía sudafricano. Goldsmith fue llevado a una prisión, donde dice fue golpeado personalmente por Bokassa con un bastón, casi hasta la muerte.

Es un relato en tercera persona del régimen del terror instaurado por un tirano endiosado, como en su creída omnipotencia hacía toda clase de tropelías a su población, aquí se nos relata cómo vivieron estos años gente cercana a él, contando microhistorias que dan un semblante de un ser despreciable. Entrando en temas con la represión carcelaria del disidente (o del que le parecía a él), el tan rumoreado canibalismo (nunca demostrado), una rocambolesca búsqueda de una hija en Vietnam, o un juicio chirigotesco.

Comienzan las entrevistas con Michael Goldsmith entrando en el castillo francés de Hardricourt, donde Bokassa se retiró de 1980 a 1986 tras ser destituido del poder. En el interior vemos el culto a la persona de Bokassa de la familia que allí reside, con cuadros y fotografías, esto Herzog lo entrelaza con la edición con imágenes de archivo del dictador. Alli conocemos a Augustine Assemat, última esposa de Bokassa, cuatro de sus decenas de hijos, en lo que será dar un perfil humano del opresor, ello sin hacer juicios de valor Goldsmith, compadeciéndonos de que a uno de los filios lo vejan en la escuela con el canibalismo de su progenitor; Pasamos con Goldsmith por la prisión donde pasó tiempo engrilletado y torturado, en lo que es una visión sin rencor desde un lugar ahora abandonado; Se comentan las aficiones culinarias de Bokassa, pero esto no tiene base, me extraña que con tanta gente que lo sabía, con la cantidad de gente que se dice tenían de avituallamiento en las despensas no haya una sola prueba física.

Pero las historia que más me llama la atención son por su componente entre patético, cómico y grotesco: La de la hija Marine, que tuvo Bokassa con una mujer vietnamita, que tras llegar el jerarca a la presidencia, pide a la embajada de Francia que la busque, encuentran a Marine, él la toma bajo su protección y al adopta, pero resulta que no es su hija... (sigo en spoiler)

Echos aus einem düsteren Reich (Ecos de un reino oscuro, 1990) de Werner Herzog.

Documental centrado en la figura de Jean-Bedel Bokassa, primero presidente mediante un Golpe de Estado de la República Centroafricana, y luego, autoproclamado Emperador de esta misma nación, un período que se extendió desde mediados de los sesentas hasta finales de los setentas del siglo pasado.

El filme tiene como protagonista al periodista Michael Goldsmith, un hombre que al inicio de esta dictadura fue apresado al ser señalado como un espía, casi muere a manos del propio Bokassa. Su idea era volver algún día a este país, y con el régimen depuesto opto por volver e inmortalizar el evento con Werner Herzog.

A inicios del documental, el propio director sale frente a la pantalla muy preocupado indicando que luego de la filmación Goldsmith desapareció, tiempo después se conocería que fue apresado por niños soldados en Liberia, pudo asistir a la presentación del filme en Venecia, para fallecer pocas semanas después.

El documental de hora y media de duración se desarrolla en base a entrevistas que Goldsmith hace a distintas personas que tuvieron relación con Bokassa, su abogado, familiares, esposas, hijos, etc., todo mientras camina por distintos escenarios en el país centroafricano.

Todo mientras se va reseñando un poco de la historia de este hombre, desde su relación con los gobernantes franceses o su participación como general del ejército de este país, hasta las locuras que emanaban de su gestión, que incluyen asesinatos en masa, canibalismo, religión y vaciar las arcas monetarias de su país.

La intención misma de Herzog era entrevistarse con el propio exlíder africano, quien aún se encontraba vivo para entonces y que se encontraba encarcelado, pero antes de lograrlo fue expulsado del país. Sí bien el documental devela muchas cosas alrededor de este personaje, sin duda algo más grande se quiso ocultar y han quedado ya sepultadas tras su muerte.

Interesante producto, su forma es un tanto atípica, el dialogo-entrevista entre Goldsmith y las personas no es lo que acostumbra Herzog, pero sin duda se sigue la línea propia de su filmografía de centrarse en una persona que parece haberse cegado con el poder adquirido.