Mujeres enamoradas
7.2
174
4 de enero de 2013
4 de enero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra olvidada maravilla de la Warner de comienzos de los años treinta. La dramática historia de un triangulo amoroso desarrollado entre ferrocarrileros contiene los ingredientes clásicos de las producciones de la First National Pictures. El lenguaje vulgar, traición marital y alcoholismo en plena ley seca forman parte esta historia que seguramente conmovió también al Sr Hays , adalid de la moralidad cinematográfica .
Los personajes interpretados por Regis Toomey y Mary Astor , (la chica de extraña belleza), son presentados como una típica pareja felizmente casada hasta la llegada del aventurero Grant Withers quien a pesar de ser un buen y leal amigo no puede evitar enamorarse de la mujer de su compañero. Nada puede ir peor y las cosas se desarrollan de manera torcida.
Pero la verdadera delicia del film está en el trabajo secundario del legendario James Cagney quien simplemente se roba la cámara con su estilo característico de pillo adorable, que incluye unos segundos del fantástico acto de baile que lo hará famoso posteriormente en su carrera. Otra aportación remarcable es la de Joan Blondell , como la chica desdeñada por el protagonista , una mujer de bares , borracha y con temperamento volátil. Miss Blondell estuvo presente en casi cada una de estas películas del periodo y era considerada por el censor Hays como una verdadera diabla por sus personajes libertinos .
Sin ser demasiado , el film representa un periodo histórico de Hollywood por los temas que abordo , siempre controversiales y desinhibidos . Tristemente a partir de 1933 el encanto se perdió y la rigurosa censura se aplico a rajatabla en las películas, dando por terminado este subgénero del que me considero un amante rendido.
Los personajes interpretados por Regis Toomey y Mary Astor , (la chica de extraña belleza), son presentados como una típica pareja felizmente casada hasta la llegada del aventurero Grant Withers quien a pesar de ser un buen y leal amigo no puede evitar enamorarse de la mujer de su compañero. Nada puede ir peor y las cosas se desarrollan de manera torcida.
Pero la verdadera delicia del film está en el trabajo secundario del legendario James Cagney quien simplemente se roba la cámara con su estilo característico de pillo adorable, que incluye unos segundos del fantástico acto de baile que lo hará famoso posteriormente en su carrera. Otra aportación remarcable es la de Joan Blondell , como la chica desdeñada por el protagonista , una mujer de bares , borracha y con temperamento volátil. Miss Blondell estuvo presente en casi cada una de estas películas del periodo y era considerada por el censor Hays como una verdadera diabla por sus personajes libertinos .
Sin ser demasiado , el film representa un periodo histórico de Hollywood por los temas que abordo , siempre controversiales y desinhibidos . Tristemente a partir de 1933 el encanto se perdió y la rigurosa censura se aplico a rajatabla en las películas, dando por terminado este subgénero del que me considero un amante rendido.
22 de mayo de 2016
22 de mayo de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película perteneciente a los primeros años de la etapa sonora de la carrera de William Wellman. Entre el drama y el tono ligero se desarrolla esta historia de dos maquinistas en el que uno de ellos acaba enamorándose de la mujer de su compañero y mejor amigo. Para estar realizada en 1931, con todas las rigideces que imponía en sus primeros años el cine sonoro, está rodada con una agilidad y libertad técnica admirables, con escenas de una economía e inteligencia pasmosa y rasgos de ese gusto de Wellman – algunas escenas expresivamente en off, resolutivas elipsis, planos escogidos, soluciones visuales- elegante y un poco esteticista que llevó a la cumbre en dos westerns maestros “The Ox Bow incident” (1943) y “Yellow Sky” (1948). En este sencillo pero tenso melodrama, un relato sobre la culpa y el remordimiento, sirviéndose de un buen guión, con diálogos justos y precisos, de gran sutilidad, Wellman demuestra su enorme habilidad y sensibilidad para levantar con nervio y energía esta interesante propuesta. Grant Wither, Mary Astor y Regis Toomey realizan un buen trabajo como trío protagonista. James Cagney y Joan Blondell como secundarios en breves papeles aportan un condimento extra a esta muy buena película.
19 de septiembre de 2024
19 de septiembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Dos amigos ferroviarios, Bill y Jack, que comparten diariamente jornada de trabajo en un tren, se ven envueltos en un triángulo amoroso cuando Bill se enamora de la mujer de Jack, y es correspondido por ella. El conflicto romántico convierte lo que hasta ese momento era una comedia desenfadada en un drama que tendrá fatales consecuencias.
Ambos amigos son como el día y la noche, Bill es mujeriego, inconsistente y un tanto irresponsable, mientras Jack, por el contrario, es sosegado, responsable y hogareño. Lily apreciará en uno las carencias del otro, y los arrastrará a una situación en la que la felicidad de dos supone la tristeza de un tercero.
Destacada presencia en los personajes secundarios de James Cagney y Joan Blondell, siendo los protagonistas los menos recordados Grant Withers y Regis Toomey, aunque encontramos a la siempre interesante Mary Astor como punto determinante de la trama, en un personaje expresivo alejado de los roles bucólicos habituales en su filmografía a partir de los años 40.
Wellman se muestra virtuoso e imaginativo especialmente en las escenas sobre el tren, la primera aparición de James Cagney se rueda en un plano secuencia visualmente muy atractivo sobre los vagones, que demuestra un gran dominio. Destacable resulta también el momento del paso del tren por el puente durante la tormenta, que ha provocado inundaciones, rodada durante la noche con una fotografía preciosa de contrastes de luces.
Una lástima que el guion no profundice más en las relaciones de personajes, resultando los acontecimientos un poco precipitados. La puesta en escena está muy por encima de la calidad argumental y se comprueba en el tramo final, cuando el dinamismo e inventiva de Wellman consiguen mantener la atención del espectador en su punto álgido.
En muchas películas del director de esos años 30 puede comprobarse la solidez narrativa de sus obras, la fluidez en la transición de escenas y el dinamismo en el relato, que lo hacían capaz de contar una historia en duraciones cortas de metraje, con una calidad indudable.
Ambos amigos son como el día y la noche, Bill es mujeriego, inconsistente y un tanto irresponsable, mientras Jack, por el contrario, es sosegado, responsable y hogareño. Lily apreciará en uno las carencias del otro, y los arrastrará a una situación en la que la felicidad de dos supone la tristeza de un tercero.
Destacada presencia en los personajes secundarios de James Cagney y Joan Blondell, siendo los protagonistas los menos recordados Grant Withers y Regis Toomey, aunque encontramos a la siempre interesante Mary Astor como punto determinante de la trama, en un personaje expresivo alejado de los roles bucólicos habituales en su filmografía a partir de los años 40.
Wellman se muestra virtuoso e imaginativo especialmente en las escenas sobre el tren, la primera aparición de James Cagney se rueda en un plano secuencia visualmente muy atractivo sobre los vagones, que demuestra un gran dominio. Destacable resulta también el momento del paso del tren por el puente durante la tormenta, que ha provocado inundaciones, rodada durante la noche con una fotografía preciosa de contrastes de luces.
Una lástima que el guion no profundice más en las relaciones de personajes, resultando los acontecimientos un poco precipitados. La puesta en escena está muy por encima de la calidad argumental y se comprueba en el tramo final, cuando el dinamismo e inventiva de Wellman consiguen mantener la atención del espectador en su punto álgido.
En muchas películas del director de esos años 30 puede comprobarse la solidez narrativa de sus obras, la fluidez en la transición de escenas y el dinamismo en el relato, que lo hacían capaz de contar una historia en duraciones cortas de metraje, con una calidad indudable.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here