CallejerosDocumental
6.3
206
Documental
Una mirada al mundo de Zeytin, un perro callejero en las calles de Estambul. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2020
4 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta en concurso en el festival de Gijón, de la estadounidense Elizabeth Lo.
El film ganó el máximo premio en HotDocs 2020 y fue seleccionada en Amsterdam, Londres y Tribeca.
Según la película, la ley turca prohíbe encerrar a los perros, aparentemente es el único país con esta ley. Narra la vida de un perro callejero en Estambul y las relaciones que tiene tanto con otros perros como con los viandantes de Estambul. Las escenas se suceden entre el protagonista andando por la ciudad o jugando con otros perros , mientras una leve música acompaña las imágenes. Los únicos diálogos que hay, son los casuales que pueden tener los transeúntes entre ellos o con respecto a los perros . La directora quiere utilizar este perro como metáfora sobre la inseguridad, la soledad y el desarraigo que hay en Turquía.
La directora graba al perro protagonista, aparentemente sin forzarlo, dejándolo que se mueva libremente por las calles de Estambul. Esto implica cierto peligro para los cámaras, ya que tienen que cruzar calles y carreteras, mientras pasan los coches, siguiendo al perro.
Algunas de las escenas, como el grupo de jóvenes que esnifa pegamento, no quedan claras si son parte del guión o no estaban preparadas, dando un toque muy sano de realismo a la cinta.
Una cinta para ver y dejar que llegue más o menos dentro de uno, dependiendo del cariño que se tenga a los perros y al cómo se relacionan entre ellos.
El film ganó el máximo premio en HotDocs 2020 y fue seleccionada en Amsterdam, Londres y Tribeca.
Según la película, la ley turca prohíbe encerrar a los perros, aparentemente es el único país con esta ley. Narra la vida de un perro callejero en Estambul y las relaciones que tiene tanto con otros perros como con los viandantes de Estambul. Las escenas se suceden entre el protagonista andando por la ciudad o jugando con otros perros , mientras una leve música acompaña las imágenes. Los únicos diálogos que hay, son los casuales que pueden tener los transeúntes entre ellos o con respecto a los perros . La directora quiere utilizar este perro como metáfora sobre la inseguridad, la soledad y el desarraigo que hay en Turquía.
La directora graba al perro protagonista, aparentemente sin forzarlo, dejándolo que se mueva libremente por las calles de Estambul. Esto implica cierto peligro para los cámaras, ya que tienen que cruzar calles y carreteras, mientras pasan los coches, siguiendo al perro.
Algunas de las escenas, como el grupo de jóvenes que esnifa pegamento, no quedan claras si son parte del guión o no estaban preparadas, dando un toque muy sano de realismo a la cinta.
Una cinta para ver y dejar que llegue más o menos dentro de uno, dependiendo del cariño que se tenga a los perros y al cómo se relacionan entre ellos.
21 de noviembre de 2020
21 de noviembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Festival de Cine de Gijón:
La directora Elizabeth Lo está muy ligada al mundo del documental. Debuto hace unos años con el cortometraje "Hotel 22", donde reflejaba de una manera muy intimista, un autobús nocturno que servía como refugio para muchos indigentes en Silicon Valley. El cortometraje paso por muchos festivales y tuvo un gran reconocimiento internacional. Ahora presenta su primer largometraje. Se trata de "Stray", una mirada a tres perros callejeros que vagan por la ciudad de Estambul. El documental ha pasado por festivales tan importantes como Tribeca o Londres y ahora está presente en el Festival de Cine de Gijón dentro de la Selección Oficial - Retueyos.
Si en la India las vacas son sagradas y son tratadas prácticamente como reinas, en Turquía son los perros , los que gozan de una gran veneración por parte del gobierno y de toda la población. Hace unos años sacaron una ley por la cual ningún perro callejero podría ser sacrificado. La directora nos va mostrando las aventuras de los animales, como vagan por las calles y conviven con el resto de la población. todo ello lo vemos desde la perspectiva de los animales. Lo pone la cámara a su altura y nos va mostrando una ciudad de Estambul completamente sucia y desolada.
En el documental se tocan diversos temas, por un lado vemos como viven muchos refugiados sirios que vagan por las calles y los perros son su único refugio. En todo momento la inseguridad y la soledad están presentes en el desarrollo de la historia. Me ha parecido un documental interesante, distinto a lo habitual, destaca como todo lo que vemos, la directora lo va presentando con diversas citas bíblicas. Los amantes de los perros la disfrutaran bastante.
Lo mejor: Como nos muestra una Estambul diferente bajo la mirada de los perros
Lo peor: Llega un punto que el documental se estanca y se nota que ya no da para mas.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
La directora Elizabeth Lo está muy ligada al mundo del documental. Debuto hace unos años con el cortometraje "Hotel 22", donde reflejaba de una manera muy intimista, un autobús nocturno que servía como refugio para muchos indigentes en Silicon Valley. El cortometraje paso por muchos festivales y tuvo un gran reconocimiento internacional. Ahora presenta su primer largometraje. Se trata de "Stray", una mirada a tres perros callejeros que vagan por la ciudad de Estambul. El documental ha pasado por festivales tan importantes como Tribeca o Londres y ahora está presente en el Festival de Cine de Gijón dentro de la Selección Oficial - Retueyos.
Si en la India las vacas son sagradas y son tratadas prácticamente como reinas, en Turquía son los perros , los que gozan de una gran veneración por parte del gobierno y de toda la población. Hace unos años sacaron una ley por la cual ningún perro callejero podría ser sacrificado. La directora nos va mostrando las aventuras de los animales, como vagan por las calles y conviven con el resto de la población. todo ello lo vemos desde la perspectiva de los animales. Lo pone la cámara a su altura y nos va mostrando una ciudad de Estambul completamente sucia y desolada.
En el documental se tocan diversos temas, por un lado vemos como viven muchos refugiados sirios que vagan por las calles y los perros son su único refugio. En todo momento la inseguridad y la soledad están presentes en el desarrollo de la historia. Me ha parecido un documental interesante, distinto a lo habitual, destaca como todo lo que vemos, la directora lo va presentando con diversas citas bíblicas. Los amantes de los perros la disfrutaran bastante.
Lo mejor: Como nos muestra una Estambul diferente bajo la mirada de los perros
Lo peor: Llega un punto que el documental se estanca y se nota que ya no da para mas.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
22 de noviembre de 2020
22 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es cine quinqui, como digo en el título, por los chavalillos quinquis del inframundo que Elizabeth Lo, directora del documental Stray, muestra en el mismo por las calles de Estambul, sino porque los verdaderos protagonistas de la película son esos perros callejeros que deambulan por doquier y con plena libertad a la par que transeúntes y habitantes de la capital de Turquía. El juego de palabras con el cine quinqui, pues, estaba más que servido.
Tiene su trascendencia el que Lo haya elegido Estambul y Turquía. Parece ser que en aquel país hay una conciencia más que arraigada acerca de la situación del mundo perro, dado que el número de animales caninos que vagan por las ciudades turcas supera con creces el deseado, hasta el punto de que según cuenta el documental el Gobierno otomano ha tomado cartas en este asunto y ha medio regulado la presencia excesiva de perros callejeros. Higiene, tanto la nuestra como la suya, dignidad y esas cosas. Especie protegida o no, el perro cuenta. Por lo menos para esos chavalillos del inframundo del Bósforo y alrededores, ya que lo único que necesitan estos chicos para (mal) vivir es el mejor amigo del hombre y unas pocas bolsas de pegamento.
Y también cuenta para la directora Elizabeth Lo, interesada en su corta carrera de cortos (Stray es su primer largo) por mostrar desheredados de la gloria, en forma de ser humano o perruno. Y Stray va de lo perro que es el mundo, no sólo para esos pobres animales sin dueño ni señor (casi que mejor), sino del otro malvivir de la gente a ras de suelo, sin techo y sin qué comer. La visión de la cámara de Lo se agacha muy acertadamente a la altura de lo que el ojo de un perro ve y lo que ahí se ve a veces no mola.
Y da la impresión de que, ya que, como todo el mundo sabe, los perros hablan, el panorama que se presenta ante ellos y que luego comentarán (o aullarán, bello plano final) cual post-tertulia garciana es cuando menos inquietante, inaudito, extravagante, exótico, mezquino... Un mundo singular, un mundo sin lugar.
Tiene su trascendencia el que Lo haya elegido Estambul y Turquía. Parece ser que en aquel país hay una conciencia más que arraigada acerca de la situación del mundo perro, dado que el número de animales caninos que vagan por las ciudades turcas supera con creces el deseado, hasta el punto de que según cuenta el documental el Gobierno otomano ha tomado cartas en este asunto y ha medio regulado la presencia excesiva de perros callejeros. Higiene, tanto la nuestra como la suya, dignidad y esas cosas. Especie protegida o no, el perro cuenta. Por lo menos para esos chavalillos del inframundo del Bósforo y alrededores, ya que lo único que necesitan estos chicos para (mal) vivir es el mejor amigo del hombre y unas pocas bolsas de pegamento.
Y también cuenta para la directora Elizabeth Lo, interesada en su corta carrera de cortos (Stray es su primer largo) por mostrar desheredados de la gloria, en forma de ser humano o perruno. Y Stray va de lo perro que es el mundo, no sólo para esos pobres animales sin dueño ni señor (casi que mejor), sino del otro malvivir de la gente a ras de suelo, sin techo y sin qué comer. La visión de la cámara de Lo se agacha muy acertadamente a la altura de lo que el ojo de un perro ve y lo que ahí se ve a veces no mola.
Y da la impresión de que, ya que, como todo el mundo sabe, los perros hablan, el panorama que se presenta ante ellos y que luego comentarán (o aullarán, bello plano final) cual post-tertulia garciana es cuando menos inquietante, inaudito, extravagante, exótico, mezquino... Un mundo singular, un mundo sin lugar.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here