Haz click aquí para copiar la URL

Los niños del paraíso

Romance. Drama París, 1820. Dos jóvenes artistas, Baptiste Debureau y Frédéric Lemâitre, debutan en el teatro de los Funámbulos y entablan amistad. Un día, Garance, una misteriosa y atractiva mujer, irrumpe en sus vidas. Mientras que el tímido Baptiste no se atreve a declararle su amor, Frédéric la convierte en su amante. Sin embargo, al estar implicada en una serie de crímenes, la mujer desaparece. (FILMAFFINITY)
Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
9
2 de mayo de 2008
73 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera secuencia queda patente la atmósfera de fiesta y homenaje. La cinta es, ante todo, una celebración gozosa del mundo de los cómicos. No hay una sola línea del diálogo que no transpire pasión por la farándula.

Al igual que en el teatro, todo cabe en este paraíso: amor y celos, enredo, frivolidad, posesión y picardía, orgullo de clase y ambiciones, crimen y belleza. Belleza en cada personaje, en la brillante esgrima de las réplicas, en los instantes mudos, en el candor del vodevil.

El guión de Jacques Prévert derrocha pensamiento y poesía. En él, encontramos perlas como la que sigue:

Garance: Mais si quelqu’un m’aimait…

Édouard: Il n’en est pas question. Vous êtes beaucoup trop belle pour qu’on vous aime vraiment. La beauté est une exception, une insulte au monde, qui est laid. Rarement les hommes aiment la beauté. Ils la pourchassent simplement pour ne plus en entendre parler, pour l’effacer, pour l’oublier.

[Garance: Y si alguien me amara…

Édouard: De ninguna manera. Sois demasiado hermosa para que se os ame de verdad. La belleza es una excepción, un insulto al mundo, que es feo. Pocas veces los hombres aman la belleza. Le dan caza simplemente para que no les hablen más de ella, para borrarla, para olvidarla.]

Y un mensaje de fondo que adorna la sonrisa de Arletty:

Comme c’est simple l’amour ! [¡Qué sencillo es el amor!]

En efecto, el amor es simplicísimo, nos dice la película. Lo complicado es todo lo demás.
10
2 de abril de 2006
61 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había oído hablar a Truffaut sobre Los niños del paraíso, que era para él la mejor película francesa jamás hecha. Yo pensaba que sería, con ese título, un drama sobre la infancia estilo Cero en conducta o Los 400 golpes, y quizás una película corta. Pero luego lo que me encontre fue una película sobre la vida a través del teatro, algo así como Lo que el viento se llevó a la francesa, desgarradora, y larga, muy larga.

La película es un teatro, una forma de ver la vida muy teatral, que juega con la ambigüedad de las obras teatrales, y de cómo cuesta separar vida y teatro, más aún cuando este es tu vida. Y una gran visión romántica, y casi obsesiva del amor. Y una película ambientada " en el pasado ", pues continuamente juega con la importancia que el pasado juega en nuestras vidas, y que a veces es imborrable aunque lo intentemos.

La película subraya continuamente esa idea de drama teatral que es la vida, donde todos formamos parte de un guión escrito por alguien, y en este caso, ese papel lo desempeña el criminal Lacenaire, un personaje cuya importancia nunca llegué a entender en la trama hasta los últimos 15 minutos, que es cuando se revela su verdadera tarea. Los personajes mueven la propia historia con sus decisiones, con su forma de ser, y así nos presenta a varios arquetipos del teatro en la propia vida: el joven romántico, un inocente soñador atrapado entre dos mujeres, como es Baptiste, el ambicioso, Frederik Lamaitre, un personaje carismático que realmente interpreta papeles durante toda la película, y que aprovecha lo que le pasa en la vida real para incluirlo en las representaciones teatrales. Entre estos dos personajes surgirá una relación de amistad- rivalidad por el amor de Garance, a la que podría denominar como " femme fatale inconsciente ", pues realmente maneja a los protagonistas, sobre todo a Baptiste, como quiere, y es su objeto de obsesión, aunque ella no pretende serlo, dándole un carácter ambiguo.

A partir de aquí, lo que comenzó como una especie de comedia sobre el teatro, se va transformando en un auténtico drama, al entrar en la trama la parte de amor y celos, aunque ciertamente, no exenta de algunos puntos cómicos totalmente geniales, como el director de Los funámbulos y sus multas, o los geniales autores de la obra que representa Frederik. Algo así como ocurría en Candilejas, con auténticos momentos de sentimiento que le llegan al espectador a lo más hondo, con planos que, sin necesidad de diálogos, dicen más que algunas películas enteras. Y otro aspecto es el recién citado de los diálogos. Auténticos prodigios, cada frase podría formar parte de un estudio, de una tesis, por su riqueza, por su calidad, y que me recordaron a los geniales dialogos de Mankiewizc en Eva al desnudo.

Únicamente puedo recomendarsela a todo el que no la haya visto, por que realmente se le harán cortas las 3 horas que dura, y, al igual que me ocurrió a mi, saber que se ha visto una parte de la historia del cine.
9
28 de diciembre de 2008
42 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film más conocido del realizador francés Marcel Carné. Escribe el guión Jacques Prévert, colaborador habitual de Carné. Se rueda en Studios la Victorine (Niza) y en Studios Pathé Cinéma (Paris) entre agosto de 1943 y junio de 1944, con interrupciones a causa de la IIGM. Es nominado a un Oscar (guión original). Producido por Raymond Borderie y Fred Orain para Pathé, se proyecta en sesión inaugural el 9-III-1945 (Paris).

La acción dramática tiene lugar en Paris, en 1828 y unos dos años después. La atractiva actriz de teatro Garance (Arletty), nombre artístico de Claire Reine, es cortejada por Baptiste Duburau (Barrault), tímido y sensible actor de mimo; por Frédérick Lemaître (Brasseur), apuesto y prometedor actor de teatro; por Pierre-François Lacenaire (Herrand), dramaturgo frustrado, estafador, ladrón y asesino de refinados modales; y por el vanidoso conde Édouard de Montray (Salou).

El film suma drama, romance, farsa, tragedia y teatro. Concebido como una superproducción, reúne a 1.500 extras, cuenta con un inmenso decorado (de medio km. de largo) que evoca el “Bulevar del crimen” (distrito parisino de teatro), un año y medio de producción, la mayor inversión francesa en cine realizada hasta entonces y un metraje de 3 horas y 25 minutos, dividido en dos partes: “El bulevar del crimen” y “El hombre blanco”.

Estrenado inmediatamente después de la liberación de Francia, antes de la finalización de la IIGM en Europa (mayo, 1945), deviene la gran película francesa de la posguerra. Tras un estreno triunfal, obtiene una gran acogida por parte del público y la crítica. Es el último gran éxito de Carné y de su guionista, Jacques Prévert. Concebida como respuesta francesa a “Lo que el viento se llevó” (Fleming, 1939), guarda con ésta algunos paralelismos: protagonismo de una mujer atractiva, adelantada a su tiempo, independiente, escenas multitudinarias, insertos melodramáticos y trágicos, similar época de referencia, etc.

La cinta traspira la densidad y complejidad características de las grandes novelas románticas del XIX. Los diálogos son fluidos, precisos, abundantes y muy literarios. Los personajes se presentan en dos planos, el de los protagonistas (mimo, actor, ladrón, conde y mujer seductora) y el resto, que reúne un universo variopinto de actores, criminales, oportunistas, hacendados, marginados, dramaturgos, tramoyistas, etc. La actriz y los tres personajes masculinos principales son imaginarios, pero se inspiran en personas reales (históricas). El film habla de muchos y muy diversos sentimientos humanos: celos, deseos de venganza, envidias, amor verdadero, codicia, soberbia, amistad, amor perdido, etc. Presenta una atractiva descripción de ambientes, como el del teatro, la noche, la calle, el familiar, el del público del paraíso, etc. Se apoya en una acertada puesta en escena, un guión brillante, irónico e ingenioso y en interpretaciones acertadas.

(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La obra rinde un homenaje explícito y festivo al teatro y a todas las artes escénicas. El teatro es una metáfora de la vida, el amor, la amistad y el espíritu festivo. Cita varias veces a Shakespeare (“Romeo y Julieta”, “Othello”...). Muestra dos salas de teatro: Théâtre des Funambules y Grand Théâtre. Incorpora la representación de una comedia cómica, una pantomima, un drama (“L’Auberge des Adrets”) y fragmentos de una tragedia (“Othello”). Dentro del concepto genérico de teatro (artes escénicas) incluye el mimo, la pantomima, la comedia, el drama, la tragedia, el circo, las representaciones de Carnaval, etc. La obra está dedicada al público modesto, que es el preferido de Prévert y Carné. Defiende la libertad creadora del artista (autor e intérprete).

Justifica la importancia del humor, la ironía, la farsa y la alegría de vivir, en el teatro y en la vida. Eleva un canto al amor en todas sus manifestaciones: amor libre (Garance), amor libertino (Lemaître), amor sincero (Nathalie), amor absoluto (Baptiste), amor único, amor verdadero, amor tomado a la ligera, amor esporádico, amor no correspondido (Édouard), amor homosexual (Lacenaire), etc. Elogia los sueños, los de Baptiste y los de tantos que los han necesitado para sobrevivir. Los sueños dieron fuerzas para soportar la ocupación y alimentaron el coraje de la Resistencia. De los sueños se han de extraer las fuerzas para la reconstrucción. Los sueños permiten ir más allá de la realidad para mejorarla y superarla. Propone un modelo de mujer independiente, autónoma, audaz, sexualmente libre y profesionalmente activa, acorde con la tipología emergente en Europa.

Tras 5 años de clandestinidad, opresión y resistencia, el film proclama llegada la hora de la libertad, la alegría, el amor y la fiesta. Las máscaras han sido y son un medio de autodefensa y resistencia. Son un instrumento para sumergirse en el mundo mágico de la fantasía, fuente de gozo, inspiración y alegría. Sobre todo son una ayuda para aproximarse a la vida, entenderla y encontrar en ella la verdad, la autenticidad, la realidad y la verdadera libertad.

La música, de Maurice Thiriet y Joseph Kosma, ofrece una partitura orquestal apasionada, que inspira sentimientos románticos y dramáticos. Se advierte un ajustado equilibrio entre las formas visuales y las variaciones y los colores sonoros de la partitura. Añade los compases de un vals vienés en una escena de baile. La fotografía, de Roger Hubert, destila equilibrios, armonías, precisión y sutilezas. Ofrece encuadres superiores, inferiores, barridos, perspectivas generales y travellings de gran efectismo. La belleza clásica del rostro de Garance contrasta con el diseño barroco y romántico de la ambientación.

Gran película, nunca estrenada comercialmente en España. Film clásico del cine francés, máximo exponente del realismo poético de Carné.
9
10 de abril de 2011
41 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película bellísima, pero en absoluto apta para cualquier espectador. En su desmesurado metraje se convoca el poder incendiario de la retórica sobre el paisaje lunar de la poética: Frédérick, el actor, reinventa el lenguaje hablado; Baptiste, el mimo, reinventa el lenguaje físico. Este colosal fresco de Marcel Carné o fascina desde el principio, con su atmósfera de novela de Victor Hugo y sus personajes de la Comedia del Arte, o aburre colosalmente con sus enredos aparentemente triviales.

Para estos niños del paraíso no existe diferencia entre el escenario o la vida y pronto, tampoco la hay para quienes observan desde el patio de butacas; Pierrot-Baptiste, Frédérick-Arlequín y Garance-Colombina juegan a la eterna farsa romántica mientras el mundo, en algún lugar ajeno al marco encantado del teatro, cambia, evoluciona, envejece.

La película parece un homenaje al mundo del teatro y la interpretación, pero es mucho más que eso: es la transmisión de un secreto. Aunque pasan los años, Arlequín, Pierrot y Colombina siguen siendo los mismos. El público, también sigue siendo el mismo. "Los niños del paraíso" es la eterna juventud a cambio del importe de una entrada. La vida y la muerte. Las lágrimas y la risa. La mirada y la palabra. Poética y retórica.
7
3 de marzo de 2006
44 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de ésas películas de las que veo un fragmento y me parecen geniales, pero que a la hora de ver del tirón (¡más de 3 horas con las dos partes seguidas!), no me enganchan.

A mi modesto entender, lo mejor es el guión, tanto en la construcción de los personajes y situaciones como en los apasionados y delicados, cuando no ingeniosos, diálogos –en francés mejor que en español, pues perderíamos el ritmo que Prévert, poeta, les imprimió–. También son destacables la fotografía, los actores y el presupuesto (fue la película francesa más cara hasta aquel momento).
Y, sin embargo, no creo que sea perfecta, ni siquiera una gran película, pues adolece de una clara monotonía en todo su desarrollo: los diálogos se repiten una y otra vez y las situaciones se alargan más de la cuenta. Un ambiente teatral, incluso fuera de las representaciones, lo envuelve todo. Esto no sería nada malo si fuera una historia más dinámica ("La huella" o "Sola en la oscuridad" son dos ejemplos que recuerdo de películas teatrales que no aburren en ningún momento), pero el director, Marcel Carné, no supo agilizar el guión literario. Es el problema de confundir el cine con la poesía y el teatro. Prueba de ello es el primero de los asesinatos, del que nos enteramos mediante diálogos, cuando en cine desahoga muchísimo más mostrarlo (bueno, no me refiero a ver la sangre ni nada de eso, pero habríamos cambiado de aires durante un tiempo precioso, cosa que sí hace en el asesinato en los baños turcos).
También me parece que Jean-Lois Barrault acapara demasiado protagonismo, al parecer porque a su condición de actor de renombre intocable se une el hecho de que fue uno de los impulsores de este proyecto. Demasiadas pantomimas; con una habría bastado.

A la hora de elegir los mejores momentos, yo lo tengo claro: Frédérick saboteando la obra de los tres dramaturgos, Frédérick acudiendo borracho al duelo con ellos y la "visita" de Lacenaire a Frédérick en busca de dinero; estos tres momentos situados en la segunda parte, si no recuerdo mal.

Curiosidades: aunque fue estrenada en 1945 en la Francia liberada, se rodó durante la ocupación, así que está dividida en dos partes para eludir la prohibición de los nazis de hacer films de más de 90 minutos.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Dream Work (C)
    2001
    Peter Tscherkassky
    6.6
    (365)
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para