Desde luego con "Terraformars" se cumple la norma por la que en toda adaptación de un manga a película con actores de carne y hueso, el resultado es siempre inferior.
Extraño híbrido que parece una suma de los "Power rangers" de " Dragon ball" y de "Starship Troopers" lo que da idea de lo extraño que es todo en la película. como digo en el título, es una frikada y no dudo de que habrá quien sepa encontrarle encanto a la película. Yo mismo la he disfrutado en algunos tramos, pero sinceramente el resultado está muy por debajo de considerarla como una película buena. De hecho en Japón ha tenido un tremendo batacazo de taquilla y no quiero pensar como la atizarían si esta película la hubieran rodado en Hollywood.

El excesivo número de protagonistas (15) los largos y tediosos flash backs para contarnos su vida, lo poco que duran vivos la mayoría de ellos, tan poco que apenas te da tiempo a ponerles cara, el cutrísimo villano que tiene la película (el peor villano que he visto en el cine este año) hacen que la película nunca emocione.
Algunos momentos cómicos y unos efectos especiales decentes, son lo mejor que tiene.
Si consigues engancharte en sus primeros 45 minutos, puede que consigas disfrutarla, a medida que cada humano se trasforma en un híbrido diferente entre humano y un insecto: escarabajos, hormigas etc. pero es difícil hacerlo porque los diálogos son entre absurdos y patéticos.

Existen los directores de cine normales, y luego esta el japonés Takashi Miike, un tipo peculiar, capaz de rodar hasta cuatro películas el mismo año, sin que curiosamente, se resienta para nada la calidad normal de sus producciones.

Con un enfoque extremo, que comparte con muchos de sus compatriotas, y con amigos personales como Quentin Tarantino, a Miike le viene de lujo acercarse al terreno de la fantasía, como perfecto catalizador sobre el que desarrollar su imaginario, siempre tendente a historias que propicien su vena destructiva, que en ocasiones, alcanza niveles de máxima espectacularidad.

Ambientada en el futuro 2599, donde la superpoblación de la tierra obliga a encontrar un nuevo planeta, Marte reúne las condiciones ideales para ello, sobre todo desde que a principios del Siglo XXI, se envió una nave colonizadora con musgo y cucarachas, que generó una atmósfera respirable. Solo hay un problema, ahora hay que exterminar a todos los artrópodos, que dominan la superficie del Planeta Rojo.

Manejando con criterio todos los factores para la emoción, que incluso contempla desde su inicio claros homenajes a películas como Blade Runner, Miike acelera el proceso narrativo del film, para casi no dar tregua a un espectador, que recibe, de manera tan atropellada como estimulante, toda la información de una historia que se reserva alguna que otra sorpresa en la manga.

Precisamente, del Manga proviene la base argumental de un trabajo más cercano al anime que a la realidad, sujetada por un solo escenario que finalmente, se hace algo agotador, por la reiteración y el exceso de su peligro constante, que si bien recoge un estilo visual destacado, en el que los efectos especiales y el maquillaje resultan del todo convincentes, también hay que achacar algunas decisiones un tanto excéntricas, que en el fondo, lastran un tanto tan particular propuesta.

Por último, una reflexión, viendo la compleja transformación a la que se somete, ya están tardando en llamar a Miike para rodar un Bola de Dragón decente, en sus manos reside la sabiduría y el entusiasmo para rodar dicha odisea, y eso es quizá lo mejor que se pueda decir de casi todas las películas de su filmografía, en la que Terraformars, ocupa con absoluta naturalidad, su espacio de acomodo en tan bizarro universo.



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Como todas las "live-action movies", este film resulta una decepción absoluta por su falta de empatía con el espectador. Aunque la historia sobre el papel puede resultar interesante, sobre todo para los aficionados al manga, el desarrollo en imagen es tremendamente torpe, lento y fatigoso. Con una secuencia inicial homenaje a "Blade Runner", quizás lo único destacable del film, su viaje a Marte y las desventuras que sufren los personajes, resultan ciertamente frustrantes.

No me resisto a establecer un paralelismo entre "Mad Max: Fury Road" y este film, por cuanto lo que ocurre en Marte, básicamente es una persecución arriba y abajo, con peleas y luchas con un enemigo que no da cuartel. Así, si en la película de George Miller este viaje resulta espectacular y épico, con la misma ausencia de guión, en el filme de Miike resulta ciertamente pesado, deslavazado y falto de ritmo. Donde en uno es poesía, el otro son grafitis en los baños públicos. Y gran parte de culpa la tienen la definición con actores reales de unos personajes-manga. No entiendo porqué los japoneses trasponen al mundo real unos personajes con los mismos cortes de pelo y cara de Koji Kabuto. Para el consumo interno será fantástico, pero para el espectador occidental provoca un inevitable rechazo.

Aún resulta más irritante si nos fijamos en el lujo en la producción, con unos excelentes interiores de naves, diseños de vestuarios y efectos especiales.

El resultado final es una película engañosa, un chasco, que quizás pueda satisfacer al aficionado a los mangas y animes, pero dudo que guste al seguidor de filmes de ciencia-ficción en general.

Muy atropellada, un enfoque demasiado extraño, sin ton ni son, efectos demasiado exagerados y escenas que van de despropósito en despropósito. Desde el principio se ve todo muy apresurado, desaparecen protagonistas que parecen importantes sin ninguna explicación, van de escena lamentable a alguna todavia peor, mi cara de incredulidad no tenia precio, pero esto que es. Que DESPROPÓSITO. Un placer.

Una nueva marcianada del maestro japones, donde abraza los convencionalismos del anime más puro, para a su vez, desechar los convencionalismos más tradicionales y repetitivos del cine cotidiano (y mofarse de ellos), en la ya muy asumida faceta vanguardista del director.

Absurdo y comedido, dramático y humorístico, no hay espacio para nada más, esto es un ejercicio desbordante de pura ingeniería anime al mejor postor, sin duda, los que sepan apreciar este tipo de cine de animación, verán en este live-action un buen reflejo de toda la cultura anime-manga, lo cual sorprenderá a todos aquellos y extraños que esperan una película convencional al más puro estilo Christopher Nolan, conocido por algunos iluminados de esta página como "el Stanley Kubrick de nuestra época", (inserte aquí su carcajada).

Una simple nota, he visto que este film se le compara con la obra maestra de SciFi del genio Verhoeven, Starship Troopers, nada mas lejos de la realidad, de Starship Troopers, aquí, no hay nada, en cambio, de la genial serie Digimon, de la cual, la mayoría tenemos un grato recuerdo de ella en la memoria, hay mucho.

Si aborreces la cultura manga y anime, aléjate de este producto cuanto antes, abraza y fornica con todos y cada uno de sus clichés.