Las aventuras del príncipe AchmedAnimación
7.5
1,786
Animación. Aventuras. Fantástico
El día en que se celebra en la ciudad el cumpleaños del gran Califa, aparece el poderoso brujo y presenta su obra milagrosa: un caballo que puede volar por los aires. El Califa quiere poseer a toda costa dicho corcel mágico. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2007
10 de junio de 2007
28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es un lujo disfrutar de estas películas clásicas que son, en definitiva, los cimientos de un arte que ahora siguen miles de millones de personas. Un arte que es capaz de atraer a todo tipo de usuarios, con unos gustos totalmente dispares a otros, pero que en definitiva aman -o siguen- a un medio como es el cine. Particularmente, adoro la animación, así que he de admitir que el visionado de "Las aventuras del Príncipe Achmed" supone para mi, si cabe, toda una experiencia. Las altísimas expectativas que tenía se han visto totalmente cumplidas con esta maravilla de Lotte Reiniger, una obra artesanal pura, limpia, clara y directa enfocada para todo el mundo, no sólo niños.
La historia es tremendamente simple y nos muestra cómo un hechicero africano crea un corcel volador como regalo al rey de una ciudad. Su intención es usarlo como moneda de cambio y contraer matrimonio con la hija del patriarca. Así, se dirige a la ciudad, donde el Rey está celebrando su cumpleaños, y le ofrece el trato tras demostrar las habilidades del animal. Para facilitar el asunto, engaña a Achmed, hermano de la princesa, y le monta sobre el corcel, llevándole lejos del lugar, quitándose una posible resistencia de encima. A partir de este punto seguimos la historia de Achmed, de una bella princesa y del propio hechicero, enlazando hsata con el mismísimo Aladín. La historia tiene varios giros, el 90% innecesarios pero que a fin de cuentas son atractivos y alargan esta historia fantástica, este cuento alemán con un regustillo único a oriente, no en vano se basa en una de las historias de "Las mil y una noches", hasta un límite totalmente admisible.
Es cierto que hay algunas acciones que no tienen mucha lógica, y que hay otras tantas totalmente cuestionables, como el hecho de que Achmed entre en un sótano, siendo un desconocido, y que cinco doncellas se lo rifen y empiecen a pelearse por acostarse con él, entre otras cosas. Mujeres liberales las de China, sí señor. Más allá del guión -que es ciertamente simplón-, sería especialmente importante pararse a disfrutar de un trabajo artesanal colosal, 65 minutos de sombras chinescas fabulosas, con una animación que aún hoy en día se antoja fluidísima, con poco que envidiar a cintas 2D puras más actuales.
En definitiva, "Las aventuras del príncipe Achmed" es una auténtica auténtica joya dentro de lo suyo, la animación, una cinta sublime a nivel técnico, adelantada a su tiempo sin lugar a dudas, que sólo peca de tener un guión algo simplón. Más allá de eso, obligada tanto para fans del "género" como del cine en general. Pocas cintas clásicas se mantienen tan bien a día de hoy, máxime cuando este campo se antoja especialmente avanzado. La música, además, es sublime.
La historia es tremendamente simple y nos muestra cómo un hechicero africano crea un corcel volador como regalo al rey de una ciudad. Su intención es usarlo como moneda de cambio y contraer matrimonio con la hija del patriarca. Así, se dirige a la ciudad, donde el Rey está celebrando su cumpleaños, y le ofrece el trato tras demostrar las habilidades del animal. Para facilitar el asunto, engaña a Achmed, hermano de la princesa, y le monta sobre el corcel, llevándole lejos del lugar, quitándose una posible resistencia de encima. A partir de este punto seguimos la historia de Achmed, de una bella princesa y del propio hechicero, enlazando hsata con el mismísimo Aladín. La historia tiene varios giros, el 90% innecesarios pero que a fin de cuentas son atractivos y alargan esta historia fantástica, este cuento alemán con un regustillo único a oriente, no en vano se basa en una de las historias de "Las mil y una noches", hasta un límite totalmente admisible.
Es cierto que hay algunas acciones que no tienen mucha lógica, y que hay otras tantas totalmente cuestionables, como el hecho de que Achmed entre en un sótano, siendo un desconocido, y que cinco doncellas se lo rifen y empiecen a pelearse por acostarse con él, entre otras cosas. Mujeres liberales las de China, sí señor. Más allá del guión -que es ciertamente simplón-, sería especialmente importante pararse a disfrutar de un trabajo artesanal colosal, 65 minutos de sombras chinescas fabulosas, con una animación que aún hoy en día se antoja fluidísima, con poco que envidiar a cintas 2D puras más actuales.
En definitiva, "Las aventuras del príncipe Achmed" es una auténtica auténtica joya dentro de lo suyo, la animación, una cinta sublime a nivel técnico, adelantada a su tiempo sin lugar a dudas, que sólo peca de tener un guión algo simplón. Más allá de eso, obligada tanto para fans del "género" como del cine en general. Pocas cintas clásicas se mantienen tan bien a día de hoy, máxime cuando este campo se antoja especialmente avanzado. La música, además, es sublime.
3 de junio de 2009
3 de junio de 2009
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que confirma al expresionismo alemán como uno de los periodos más fértiles e imaginativos de la historia del cine. Y encima es la primera película de animación. Impresionante.
La historia es ya extraordinaria porque la filma una mujer... en 1926. Y esa sensibilidad se nota al trasladar a la pantalla una historia escrita, ayudándose únicamente de unos recortes de cartón en forma de sombras chinescas. Me atrevo a pronosticar que jamás se volvió a realizar una adaptación tan mágica de las mil y una noches. De hecho, la película es una fabulosa manera de acercar a los más jóvenes al bello conjunto de relatos.
La escenografía tiene una paleta de colores espectacular y hasta los intertítulos y la grafía, detalles que pueden parecer nimios, están cuidados con mimo. La música es una de las más bellas que he escuchado, enfatizando impresionantemente cada una de las aventuras que se nos narra en 5 actos.
Un trabajo artesanal y atemporal que he encontrado gracias a la recomendación de mis almas gemelas. Muchísimas gracias por ello. No se la pierdan.
La historia es ya extraordinaria porque la filma una mujer... en 1926. Y esa sensibilidad se nota al trasladar a la pantalla una historia escrita, ayudándose únicamente de unos recortes de cartón en forma de sombras chinescas. Me atrevo a pronosticar que jamás se volvió a realizar una adaptación tan mágica de las mil y una noches. De hecho, la película es una fabulosa manera de acercar a los más jóvenes al bello conjunto de relatos.
La escenografía tiene una paleta de colores espectacular y hasta los intertítulos y la grafía, detalles que pueden parecer nimios, están cuidados con mimo. La música es una de las más bellas que he escuchado, enfatizando impresionantemente cada una de las aventuras que se nos narra en 5 actos.
Un trabajo artesanal y atemporal que he encontrado gracias a la recomendación de mis almas gemelas. Muchísimas gracias por ello. No se la pierdan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dedicada a una persona muy importante para mí, que me regaló hace un tiempo la colección de relatos de las mil y una noches, casi las mismas que pasamos juntos. Te quiero.
14 de enero de 2009
14 de enero de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
20(11/01/09) Difícil calificar esta singular obra alemana, obra única en el séptimo arte. Realizada a base de sombras chinescas, contando con un argumento basado libremente en "Las 1.001 noches". Merece ser vista por su carácter único en la historia del cine, se trata del nacimiento de la animación europea a través de una cinta entretenida de aventuras repleta de exotismo, con monstruos, caballos que vuelan, hechiceros, etcétera. Su realización llevó 3 años y el resultado fue espectacular, con unos movimientos de siluetas asombrosas. Film recomendable a los que gusten de rarezas de mucho mérito. Fuerza y honor!!!
23 de mayo de 2013
23 de mayo de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé a verla con la actitud del que va a una exposición de objetos antigüos; con mucha curiosidad y escasa emoción. Me dije que una técnica tan obsoleta como la de Reiniger tardaría poco en aburrirme.
No sé en qué momento del metraje fui consciente de que la película, con sus rudimentarios medios, con su arcana técnica y con su elemental trama, tenía una virtud de la que carecen las hiperrealistas piezas de animación actuales: capacidad de estimular la imaginación, de hacer co-artífice al espectador. Las bases de 'Las aventuras del príncipe Achmed' son idénticas a las de cualquier película de animación actual; solo que tu imaginación ha de tomar partido en suplir las incógnitas visuales.
En el cine actual, donde la recreación digital de paisajes y elementos virtuales es tan precisa como la de, por ejemplo, 'Avatar', no hay nada que el espectador pueda aportar de su universo personal. Se gana espectacularidad, pero se pierde implicación, pues no hay mucho más que hacer que, simplemente, mirar la pantalla.
Gracias.
No sé en qué momento del metraje fui consciente de que la película, con sus rudimentarios medios, con su arcana técnica y con su elemental trama, tenía una virtud de la que carecen las hiperrealistas piezas de animación actuales: capacidad de estimular la imaginación, de hacer co-artífice al espectador. Las bases de 'Las aventuras del príncipe Achmed' son idénticas a las de cualquier película de animación actual; solo que tu imaginación ha de tomar partido en suplir las incógnitas visuales.
En el cine actual, donde la recreación digital de paisajes y elementos virtuales es tan precisa como la de, por ejemplo, 'Avatar', no hay nada que el espectador pueda aportar de su universo personal. Se gana espectacularidad, pero se pierde implicación, pues no hay mucho más que hacer que, simplemente, mirar la pantalla.
Gracias.
20 de abril de 2025
20 de abril de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acercarse a una película de animación de 1926 da vértigo, y mucho. Antes de ponerla, te planteas muchas veces porque la vas a ver y si va a suponer algo nuevo o vas a tirar la basura algo más de una hora de tu vida, porque si, también utilizas la duración como vara de medir a la hora de decidir.
Pero la ves, y la verdad es que ni es una pérdida de tiempo ni la has tenido que aguantar por el orgullo de que si una peli se pone, se termina.
Si eliminas de tu mente la fecha de publicación, al verlo tienes la sensación de estar viviendo una representación indie, con unas imágenes llenas de expresión, incluso sin sonido de diálogo, en el que la imágen y la música te generan todo lo que debe hacer para seguir la narración sin mayor problema y de forma muy amena y entretenida. Te transmite todo lo que te tiene que transmitir, las imágenes están llenas de sentimientos. Dirías que es un ejercicio de ilustración brutal, que ha quitado todos los elementos superfluos, y que con muy poco se puede narrar una historia y hacerla vivir.
Que en eso consiste el cine, en transmitir emociones mediante imágenes, música y diálogo y que aquí se ha decidido prescindir de una de las patas, y que aún así, el mensaje llega alto y claro.
Después de pensar en esto, vuelve a tu mente el hecho en sí de que era de 1926, y que no se trata de un ejercicio de nostalgia, se trata de utilizar los medios que había.
Se trata de hacer cine
Pero la ves, y la verdad es que ni es una pérdida de tiempo ni la has tenido que aguantar por el orgullo de que si una peli se pone, se termina.
Si eliminas de tu mente la fecha de publicación, al verlo tienes la sensación de estar viviendo una representación indie, con unas imágenes llenas de expresión, incluso sin sonido de diálogo, en el que la imágen y la música te generan todo lo que debe hacer para seguir la narración sin mayor problema y de forma muy amena y entretenida. Te transmite todo lo que te tiene que transmitir, las imágenes están llenas de sentimientos. Dirías que es un ejercicio de ilustración brutal, que ha quitado todos los elementos superfluos, y que con muy poco se puede narrar una historia y hacerla vivir.
Que en eso consiste el cine, en transmitir emociones mediante imágenes, música y diálogo y que aquí se ha decidido prescindir de una de las patas, y que aún así, el mensaje llega alto y claro.
Después de pensar en esto, vuelve a tu mente el hecho en sí de que era de 1926, y que no se trata de un ejercicio de nostalgia, se trata de utilizar los medios que había.
Se trata de hacer cine
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