Señalar que los guardas forestales (estos más bien son andarríos) siguiendo la pista a un oso por la montaña encuentran un día a una serie de osos abatidos todos juntos en la orilla de un río. Escena que descentra al espectador, totalmente absurda. Unas imágenes que te adelanta que la película no tiene sentido, está mal dirigida y mal realizada.
El oso es una animal solitario, peligroso por supuesto, sobre todo si le haces burla, no parará hasta atraparte; pero es impensable que se junten una docena de osos y sean todos abatidos al mismo tiempo. Porque sería de gilipollas que hubieran sido abatidos en distintos sitios y los hubieran reunido todos en ese punto. O sea, todo mal, no hay explicación.
Los andarríos junto con tres agentes del FBI totalmente descolocados se adentran en la montaña para ver si dan con el furtivo y será el furtivo el que dé con ellos, estilo Rambo.
Liquidará a todos menos a la muchacha que resultará herida para hacer cumplir el título de la película.
A partir de ese momento, el furtivo, que creía que la había matado, tomará como misión personal liquidar a la muchacha ya que es la único testigo de su negocio. Ella, que con la muerte de su pareja ha caído en un estado de depresión, está hecha polvo pero se defenderá.
Película lenta, mal dirigida, apagada, apenas se sigue con interés. No vale para nada.

El Director es Richard Martin que trabajó en 1958 en la serie de televisión Ivanhoe, y en 1960 en serie Maigret , y en 1963 a 1965 en el doctor Who. En 2013, la BBC elogió dirección del borde de la destrucción de Martin como la forma en que "exprime hasta la última gota a disposición del suspense, horror y misterio.
La música de la película está bien dirigida por Ross Vannelli (1956), compositor de las bandas sonoras de Canadá.
En lo que corresponde a la fotografía .la perspectiva del horizonte, la imagen horizontal y vertical, el centro de interés, el fondo, el contraste, el equilibrio, son elementos a tener en cuenta.

Dar demasiados poderes al malo de la película, que además se carga a todo quisqui, no es guay.

Que de pronto una mujer normalita, eso sí con punteria, se enfrente de tu a tu con esa máquina de matar, no es muy creible.

Salvo un guión falto de mejor ritmo y coherencia todo lo demás (actuaciones, ambientación, un buen final, etc) está bien.

En esta sociedad creo que ya pasamos un poco de los supermalos que todo lo pueden aunque no sepamos como, y de los héroes repentinos.