Bette Davis en todo su esplendor, parche en ojo incluído.
Una grata comedia de humor negro británica, con un reparto de lujo. Bette Davis demuestra ser una madre fría y calculadora, capaz de matar a las pretendientas de sus hijos y de meterles incluso en la cárcel.
Un negocio familiar fraudulento, un ojo perdido, una novia dispuesta a comerse el mundo, un viaje a Canadá, un hijo que adora la ropa de mujer, y un padre fallecido, al que veneran los hijos cada año. Acompañados eso si, de una madre, que no está dispuesta a callarse.
Comedia de humor negro magnífica, y que merece ver la pena un buen sabado por la tarde.

Curioso argumento de B. Macllwraith que sirve a R.W Baker para dirigir una película hiriente, sarcástica e implacable que, bajo su deliberada forma de estereotipo, encierra esencias de psicología cotidiana.
Posee fuerza narrativa, secuencias estupendas, giros inverosímiles pero plausibles, dinamismo, coherencia y una especie singular de magnetismo cinematográfico de evidente tradición teatral.

Destacar la excelente interpretación de B. Davis, curtida en las mil batallas de su guión, que borda ese hiperbólico papel de dama doliente y dañina cuya herida de guerra parece otorgar orgullo e impunidad.

No hice palmas con las orejas como el negro del merendero, pero vaya, pasé un gran rato. Un buen guión, pura serie B pero sin astracanadas y cargado de cinismo y mala baba, una dirección solvente de Baker y otra cola de vaca de la niña de los ojos de caramuro, que parte y reparte y se lleva para sí la mejor parte. Desde luego, el desparpajo y la absoluta falta de complejos con la que encaró Davis el otoño de su carrera es algo digno de estudio. La manera en la que aquí deja a sus compañeros de reparto a a altura del peor Mature es insultante. Y tampoco es que ejecute un tiro por la escuadra incontestable, Davis acogota y pisa fuerte sirviéndose de un sólo ojo y un parche como muletas para el baile, creando de paso una imagen icónica bastante memorable. Luego se limita a pasear su descaro con la mayor naturalidad, et voilà, el resto del reparto en paños menores
Un pequeño festín para amantes de Petete, como bien indica el cartel.

Digo...eye.

Lo normal es tener dos, y ella también tenía dos, como cantaba en los 80 la tipa esa que se llamaba Carnes pero estaba flaca. Aunque en esta peli la Davis sólo luce un ojo, del que se sirve para componer un papelón de lo más inquietante e histriónico. Nada más verla aparecer, bajando unas escaleras en plan vedette, te entran ganas de tomarte una tila.

Todo es muy poco natural, ya que la peli adapta una obra de teatro, no muy brillante, me temo. Tal vez sea una mala adaptación, no lo sé, pero el caso es que el texto resulta bastante cretino, ya que todo lo que pasa es terriblemente simplón. Pero da igual, aunque sólo sea por la Davis y su perfidia, la peli merece y se disfruta.

La película ofrece una descripción muy exacta de como funciona la mente de una psicópata y sólo por ello merece la pena ver este título de la Hammer.

No sé como EL ANIVERSARIO puede considerarse una comedia negra porque de gracia, lo que se dice gracia, la historia no tiene ninguna. A no ser que seas un psicópata como la protagonista y experimentes la trama desde su mundo emocional, claro.

Recomendable para quien goce de las películas con muchos diálogos y en espacios reducidos.