Cateto a babor
1970 

4.6
3,989
Comedia
Miguel Cañete, un lugareño que vive con la única compañía de Quique, su hermano pequeño, solicita varias prórrogas para librarse del servicio militar, hasta que recibe un ultimátum del Ministerio de Marina, por el que se le ordena presentarse en el cuartel de Instrucción de San Fernando. El futuro soldado se ve obligado a dejar a su joven familiar en casa de su novia Jacinta y presentarse en su división correspondiente. Allí es el ... [+]
29 de abril de 2009
29 de abril de 2009
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cateto a babor no es más que una muestra de la comedia típica española propia del régimen: exaltación del orgullo patrio. Esta vez la historia nos cuenta como un quinto recibe la carta para presentarse en San Fernando para ser cadete de la Armada. El argumento es bastante simplón, el pequeño se niega a quedarse en el pueblo y le sigue hasta Cádiz con la intención de no separarse porque bastante torpe es ya su hermano mayor como para que le dejen solo.
A partir de aquí se nos quiere enseñar como era la vida en la mili, esos sargentos chusqueros con mala leche, la conversión del bobo en hombre, los listillos, los pardillos, vamos, lo mejor de cada casa.
Dentro del tono acartonado de una españolada de hace 40 años, hay varias situaciones graciosas (que no es poco), el tono dramático no es excesivo y en ningún momento se sale de sus pretensiones. A mi me ha gustado, pero claro, que nadie busque aquí ningún pensamiento transcendental.
A partir de aquí se nos quiere enseñar como era la vida en la mili, esos sargentos chusqueros con mala leche, la conversión del bobo en hombre, los listillos, los pardillos, vamos, lo mejor de cada casa.
Dentro del tono acartonado de una españolada de hace 40 años, hay varias situaciones graciosas (que no es poco), el tono dramático no es excesivo y en ningún momento se sale de sus pretensiones. A mi me ha gustado, pero claro, que nadie busque aquí ningún pensamiento transcendental.
17 de agosto de 2007
17 de agosto de 2007
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la historia de un chico que vive con su hermano al que cuida (lo de chico... es bueno, por poner, porque los 35 los pasa de lejos, vamos, que parece hijo en vez de hermano) pero un día lo llaman de la marina y debe dejar al chico al cuidado de alguien porque debe partir a la ciudad donde está destinado.
Historia ñoña pero hay que reconocer que despierta ternura y risas. Alfredo Landa está en uno de sus mejores papeles: cuando hace de bonachón.
José Sacristán es fiel a sus papeles cómicos junto con Florinda Chico.
Historia ñoña pero hay que reconocer que despierta ternura y risas. Alfredo Landa está en uno de sus mejores papeles: cuando hace de bonachón.
José Sacristán es fiel a sus papeles cómicos junto con Florinda Chico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena en que le lleva el pollo al sargento envuelto con un lazo es buenísima.
Lo típico: Como el chaval es el espabilado de la película, se escapa y va donde se encuentra su hermano y como éste es más cateto y bobo pues le busca una novia guapísima y le pone a buenas con su sargento que lo odiaba.
Lo típico: Como el chaval es el espabilado de la película, se escapa y va donde se encuentra su hermano y como éste es más cateto y bobo pues le busca una novia guapísima y le pone a buenas con su sargento que lo odiaba.
4 de noviembre de 2010
4 de noviembre de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alfredo Landa era el prototipo del macho ibérico que cuadraba con los cánones castizos del cine español de hace unos cuarenta o cincuenta años. Que se quitaran aquellos guaperas con cara de niño lindo. ¿Quién los quería? Si un Landa con hirsuto vello corporal, baja estatura, voz de pastor que se pasa el día arreando ovejas y que persigue a las suecas (estaba de moda lo de irse a Alemania) y jamonas de turno era el colmo del sex-appeal.
Añadámosle un toque de cateto mayor del habitual, y de pringadillo modosito y tenemos al prota perfecto para “Cateto a babor”. Poquita cosa el chaval, pero bonachón, que se enamora de la hija invidente de su oficial superior del servicio militar. Cañete lleva incorporado a su hermanito menor, porque, para terminar de redondearle la aureola, son huerfanitos.
Flojita pero presente en las experiencias cinéfilas de cualquiera que se precie.
Añadámosle un toque de cateto mayor del habitual, y de pringadillo modosito y tenemos al prota perfecto para “Cateto a babor”. Poquita cosa el chaval, pero bonachón, que se enamora de la hija invidente de su oficial superior del servicio militar. Cañete lleva incorporado a su hermanito menor, porque, para terminar de redondearle la aureola, son huerfanitos.
Flojita pero presente en las experiencias cinéfilas de cualquiera que se precie.
19 de mayo de 2021
19 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de estas películas que, si tienes cierta edad, has visto seguro alguna vez en tu vida (o varias).
Una historia con cierto toque cómico (mucha gracia hoy en día no hace, la verdad) y que en lo que más bien se queda es en que provoca cierto feeling hacia el protagonista y todo lo que tiene que pasar, junto con la historia de la chica ciega.
Por otra parte, la película no es más que publicidad al ejército, en este caso a la marina, al más puro estilo de las películas americanas, pero a la española.
Una historia con cierto toque cómico (mucha gracia hoy en día no hace, la verdad) y que en lo que más bien se queda es en que provoca cierto feeling hacia el protagonista y todo lo que tiene que pasar, junto con la historia de la chica ciega.
Por otra parte, la película no es más que publicidad al ejército, en este caso a la marina, al más puro estilo de las películas americanas, pero a la española.
31 de diciembre de 2023
31 de diciembre de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los tiempos que corren, es el capitán de la nave, ayudado por los subversivos, el que trata de que todo se vaya a pique, en la certeza de que el almirante está en casa y con las manos atadas; pero no hace demasiado los unos y los otros miraban en la misma dirección, y seguían la misma derrota. Y los unos y los otros velaban codo con codo por la flotabilidad del buque. CATETO A BABOR, que nos enseña que no era tan fiero el tigre como lo pintaban, que muestra imágenes de una España de la mayoría, sin unos pocos buenos a estribor y tanto malo del otro lado, habla de esa época y, apoyándose en Laly Soldevilla, catalana, Margot Cottens, uruguaya, Florinda Chico, extremeña, o Rafaela Aparicio, marbellí, viene a ratificar cómo era posible un país en el que los gritos más estentóreos, en los más de los casos, se oían en aquellos cuarteles con el blasón de `Todo por la patria´. Unos gritos, aunque le pese a algunos, como no lo eran los de Louis Gossett junior en Oficial y caballero, acaso un remedo sofisticado de CATETO A BABOR, cargados de tanto odio como el que hoy, por doquier, se respira a bocanada llena.
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