Marea baja

Marea baja es una película dirigida por Paulo Pécora.
La trama de esta película es extraordinariamente simple; un criminal que escapa de sus antiguos compañeros se hospeda en una posada, en la región selvática de la frontera entre Argentina y Uruguay. Allí el delincuente se dedica a rastrillar los terrenos aledaños al establecimiento al tiempo que desarrolla un triángulo amoroso con las dos cuidadoras del mismo.
El ritmo al que avanza la trama es increíblemente lento. La cámara se empeña en documentar las acciones menos interesantes del protagonista, con largas tomas que lo muestran caminando por el bosque, haciendo pozos o sentando mirando al horizonte. No digo que escenas como este estén de más en una película, momentos de calma bien situados entre la acción pueden realzar a la película y hacerla más llevadera. El problema surge cuando estos momentos vacíos conforman el 99 por ciento de la película.
El climax se aleja un poco del estilo contemplativo en favor de la acción, pero estas escenas están torpemente ejecutadas y no alcanzan a redimir a la producción.
El apartado técnico deja bastante que desear. En todo momento y sin importar que esté sucediendo en pantalla, la cámara se agita de una manera antinatural que distrae y parece hecha en computadora para imitar un estilo de grabación de cámara en mano. Las únicas tomas que detentan algo de belleza son las que retratan los paisajes naturales de la zona en que fue grabada la película.
Esta producción cuenta con los talentos actorales de actores como Germán de Silva o Mónica Lairana, pero el guión les da tan poco para hacer que perfectamente podrían haber sido reemplazados por familiares del director y el resultado habría sido similar.
En conclusión, Marea Baja es una película pretenciosa que no cuenta nada y se arrastra a un ritmo tan lastimero que sus escasos 70 minutos de duración se hacen largos. Lamentablemente no puedo recomendarla.

Aunque solo dura 70 minutos, la película resulta lenta, monótona, repleta de silencios, con una primera mitad donde no sucede prácticamente nada, es muy poco lo que sabemos de los personajes, de hecho uno se entera más por la sinopsis, que por verla, ya que dentro de la misma no nos dicen casi nada, tenemos que adivinar todo, o sacar nuestras propias conclusiones.
Típico cine de autor, que parece que a fuerza debe ser lento, aburrido, pretencioso.
Lo bueno la fotografía, las interpretaciones, la atmósfera, y para de contar.