El jardín

Deliciosa comedia eslovaca que fluye con un fascinante humor absurdo, haciéndonos disfrutar, a medida que penetramos en su simpático microcosmos, de situaciones disparatadas, protagonizadas por personajes encantadores. En algunos momentos me ha hecho recordar, aun no teniendo tanto en común, a la gloriosa "Amanece que no es poco" de José Luis Cuerda, más que nada, porque comparten células muy semejantes en el alma, aunque su constitución de remate formal, resulte diferente.
Narrada a modo de breves capítulos, con presentación de cada uno de ellos por un narrador en off, se nos irá desgranando la historia de un peculiar elemento que, medio obligado por su sastre progenitor, a causa de su vago y disoluto proceder, a desterrarse a un destartalado caserón en el campo, rodeado de su pertinente y asilvestrado huerto (El jardín motivo del título de la peli) irá conociendo a otros inolvidables individuos y sobre todo individua angelical, con los que vivirá peculiares y enriquecedoras experiencias, mientras nosotros nos vemos incapaces de mudar una feliz mueca sonriente al asistir, como privilegiados espectadores, a tan particular dislate.

Dichosa y radiante hora y media.

Comedia eslovaca con pocos personajes y menos localizaciones. Nos permite adentrarnos en el microcosmos de Jakub a través de pequeños capítulos de su vida.

Tiene una magia que hace que las situaciones surrealistas que vamos viendo funcionen sin problemas. A destacar Zuzana Sulajová en el papel de Helena. Tiene una fuerza impresionante, con esa mezcla entre joven alocada y niña angelical.

Una pequeña película a descubrir, te mantiene con una sonrisa durante todo su metraje.

Cuando descubres películas de este tipo, a veces sientes como si fueras poseedor de una gran reliquia que pocos privilegiados han tenido la oportunidad de degustar, como una especie de Santo Grial que ha estado enterrado bajo tierra durante años, y que un día normal y corriente lo encuentras de improvisto en el lugar más inesperado y sorprendente.

Eso es exactamente lo que sientes cuando ves esta maravillosa y sublime película. Por momentos puede dar la sensación, al menos a mí, de apreciar momentos inimitables y únicos que nunca jamás volverás a encontrar en otro lugar. Creo que es evidente la influencia de directores como Tarkovsky, Sokurov o incluso Bresson, ya que el magnífico director eslovaco, Martin Sulik, dota a algunas imágenes de una singular vivacidad poética a través de una membrana nostálgica y melancólica.

Compuesto por unos pocos personajes, todos y cada uno de ellos tienen algo importante que ofrecer, el film muestra como muy pocos una historia totalmente original y nada convencional, y consigue un resultado muy efectivo combinando ingeniosamente elementos absurdos y surrealistas con cuidadas dosis dramáticas. Sin duda, es una película para enmarcar, o para volver a esconderla en algún remoto lugar para que otro privilegiado afortunado pueda saborear esta particular película.

Si me ofrecieran dos pastillas; en una mano está la de la monótona, aburrida y espantosa realidad, y en la otra la de un paraje en el que encontrarás lo que verdaderamente busca tu ser interior, probaría a ver este film.