Como en el cine

a historia es bastante sencilla: Una chica deja a su novio, el novio, ahora soltero, decide hacer un cortometraje para volver a ser quien fue en sus épocas de universitario soñador, reúne a su viejo equipo de amigos y vuelve al ruedo... claro, con todos los inconvenientes físicos y psicológicos que puede atravesar alguien en su situación.
La trama no se complica mucho mas allá de lo que acabo de mencionarles. Esta película, como muchas otras en los últimos años, intenta darle la vuelta al romance y muestra un retrato fiel -dentro de lo cinematográficamente posible- del amor y la desilusión. Pero esto no es sobre a quien se lleva a la cama Manuel Gold antes de que corran los créditos, no, aquí el amor juega una pieza mas dentro de un problema mucho mayor: El saber quien eres. La dependencia que puedas tener a las cosas, a las personas, a una situación económica o a un estilo de vida, una dependencia que no te permite ver mas allá de tus miedos, una dependencia que te convierte en algo o alguien que al final del día... no eres. Y tu dirás: "Olle pero khe profundo". Si, y es aquí donde remarco lo dicho arriba: Manejo de la simpleza. Todo lo que acabo de escribir esta en el filme PERO no te golpean en la cabeza cada dos minutos con estos temas, no hacen un drama donde pudieron hacer uno, no exageran y sobretodo no hacen que la película sea pretenciosa (cosa que la hubiera fulminado). Todos estos aspectos "profundos" (a falta de un termino mejor) se encuentran detrás de la bien conocida y sabrosa comedia. Y es allí donde entramos al punto dos.

El "drama" dio las estocadas correctas en los momentos correctos, el humor redondeó de manera deliciosa, los actores tienen un carisma (y una química entre ellos) sorprendente, hay un buen guión, buena dirección, buena historia ¿Qué tiene de malo está película? Tan sobón no puede ser uno. Pues bien, sé que al inicio dije que la película no era perfecta, y no lo es. La misma simpleza que tanto he elogiado a lo largo de este post, termina siendo, al final del día... simpleza. La película es pequeña, y lo que hace lo hace de maravilla porque se tiene un buen control del espacio, pero al final del día las limitaciones terminan haciendo sentir que la cinta fue algo chiquita (no hablo de tiempo, sino de escala). Pueden haber debates sobre si la proporción de la producción podría haber hecho mas daño que bien, pero es un punto a tener en cuenta. NO soy un fanático de la música que estuvo presente a lo largo del filme. No es mala, pero es bastante monótona para mi gusto; Y por último, el mas grande problema que tuve con la película fue que al final me quede con ganas de seguir viendo a estos personajes. Eso no ocurre a menudo, y si, adivinaste, este problema no es malo, sino bueno.

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Luego de seguir temporada por temporada la serie por internet titulada "Los cinefilos", fui al cine para ver una película en donde actúan los protagonistas: Manuel Gold y Guillermo Castañeda. Debo confesar que fui con muchas expectativas. Cuando se prendió las luces y empezaron a salir los créditos finales no podía creer lo que había visto. Pensé que iba a ser una mezcla entre Clerks (chistes irreverentes e incorrectos) y The Dreamers (guiños y citas a muchas películas de culto) pero el resultado fue una típica comedia peruana, absurda y predecible, sin alma, con un guión pésimo, con personajes estereotipados pero hasta el culo, lamentable en verdad.

Películas como Contracorriente, Ella & El y todas las de Pancho Lombardi sacan cara por el Perú, demostrando que no todo lo que se hace aquí es mierda, claro ejemplo películas pedorras como: Macho que se respeta, Pequeño seductor y la sobrevalorada Asu Mare. Como en el cine ha sido la decepción del 2015, nunca pensé que iba ser tan mediocre.

La idea de unos ex compañeros de universidad que al ver su patético y mediocre presente deciden realizar el sueño que los llevó a elegir la carrera: realizar una película, era buena siempre y cuando fuera bien llevada, pero el director y guionista se inundó en un pantano de limitaciones. Los chistes fueron una lágrima. Solo puedo rescatar dos cosas: la escena en que Pietro Sibile hace sonidos de gemidos cuando le pregunta al personaje de Manuel Gold que si se va a tirar a la actriz de su corto y los minutos que duró ese detrás de cámaras del corto que filmaron en la universidad, el cual fue demasiado feeling y fueron los únicos momentos que plasmaron algo al espectador, algo que no fuera pena. No puedo creer que Pietro Sibile, Gisela Ponce de León y Pancho Lombardi (Sí, dejo de ser director y se hizo actor secundario en una película basura) se hayan prestado para este fiasco, bueno, si Al Pacino ahora hace películas mierderas, se puede esperar cualquier cosa. ¡No la vean!