Locura en el paraíso

La película no es más un ejercicio de melancolía hippie completo de chorradas realizado para mayor gloria de Paul Ruud y Jennifer Aniston, que por cierto, tienen química como pareja en la pantalla, pero cada vez hacen peores películas.

La historia, está muy cogidita con alfileres: típica pareja neoyorkina a la que le suceden algunos reveses, y que para salir y escapar de todo y de todos (es algo muy actual, ¿no?), se quedan a vivir en una comuna hippie con las ventajas y e inconvenientes que ello conlleva.........y con el final que todo el mundo espera.

Lo único que se salva son los secundarios, generalmente bastante conseguidos (sobre todo Alan Alda).

En fin, película para olvidar.

Pfff, otra comedia romántica infumable, esta vez a cargo de Paul Rudd (no le encuentro la gracia) y Jennifer Aniston (cada vez más mayor y, de nuevo, no le encuentro la gracia). En esta ocasión, todo gira en torno a una comuna hippy, perdida en los bosques de Georgia, a donde llegan por casualidad el matrimonio protagonista. Al principio, todo parece ideal, hasta que a la larga todos se van dando cuenta que no todo es lo que parece.

Salvando algún gag que mínimamente consiga hacer sonreír, todo lo demás es absolutamente plano y prescindible. De vergüenza ajena es la escenita de Paul Rudd frente al espejo, contándose a sí mismo lo que iba a hacer sexualmente con una chica de la comuna, a modo de motivación. En serio, es vergonzoso. No podría ni recomendarla para pasar el rato (y lo siento mucho por todos aquellos que pagaron una entrada en el cine para ver ésto).

Veo "Sácame del paraíso", una película que, dirigida por David Wain (quien también colabora en el guión) está protagonizada por Jennifer Aniston y su novio, Justin Theroux. Este film, rodado en el pueblo de Clarkesville (Georgia) y que pretende ser un reflejo de la realidad (una pareja de Manhattan que está en paro y no puede hacer frente a su loft, va a parar a una comunidad hippie) me ha resultado insípido y nada divertido ya que si bien es cierto que hay algún secundario de lujo y la pareja Aniston/Paul Rudd funciona, los chistes hippies están superados, los gags no funcionan, hay un tufillo soez y el film pasa sin fortuna por encima de los valores de la amistad y la camadería. Mala, de 2.

La verdad es que no es posible criticar duramente esta película porque una, a estas alturas del partido,ya saber perfectamente lo que se va a encontrar cuando se dispone a ver una película producida por el rey de la comedia gamberra de los últimos tiempos como es Judd Apatow y dirigida por David Wain. Lo que pasa es que esta comedia no me ha resultado tan entretenida como otras, y más teniendo a una pareja protagonista que a mí siempre me han gustado en sus respectivas carrera en el cine como son el atractivo Paul Rudd y la divertida Jennifer Aniston quienes, diez años más tarde, se vuelven a reunir para trabajar juntos y encarnar a una pareja enamorada que se tiene que enfrentar a la crisis y a la pérdida de sus empleos, teniendo que cambiar radicalmente su forma de vida. La química entre ambos es muy buena, como ya pasara en su primera película que les uniría por primera vez y a la que me refería antes, "Mucho más que amigos", una deliciosa comedia romántica que me encanta, pero esta película que nos ocupa es otra historia. Tiene sus buenos puntos, como la aparición del veterano Alan Alda, otro que también se vuelve a reunir con la pareja protagonista y que coincidió con ellos también en "Mucho más que amigos", un interesante Justin Theroux que se convertiría en pareja sentimental de Anniston tras esta película y una simpática Malin Akerman. Otra compañera habitual de Paul Rudd, Kathryn Hahn vuelve a hacer de bicho raro, papel en le que parece haberse encasillado definitivamente. Da lo que promete, ni más ni menos, para pasar el rato y desconectar sin más.

Al tener entre sus filas en esta película a actores de la talla del dúo protagonista esperaba un nivel mayor. El filme tiene momentos muy buenos (en cuanto a golpes de humor, me refiero) y la idea de la historia es ingeniosa, pero creo que la han fastidiado enormemente. Aún con, como he comentado, situaciones divertidas, el tono general de la película es demasiado idiota (joder, si hay escenas como la de Paul Rudd delante del espejo "motivándose" que me produjo sensación de vergüenza ajena). Una auténtica lástima.