Siempre es un auténtico placer descubrir series o películas de países que, estando relativamente cerca de nosotros, suponen un mundo totalmente aparte en lo que se refiere a cultura y forma de vivir, ya no digamos idioma. Y en este caso tenemos una miniserie polaca que no está nada mal.

"Forst" está basada en una saga de novelas con el protagonista de dicho nombre como personaje principal, el cual está aquí magníficamente interpretado por el atractivo Borys Szyc, actor que le da una personalidad al policía entre tipo duro y atormentado por una traumática infancia que le va perfecta a la serie.

El carácter rudo y melancólico de los personajes no puede ir más de acuerdo con ese paisaje fuera de lo normal de lo hermoso y salvaje que es, la región de las montañas Tatra, en Polonia, magnífica muestra de naturaleza aislada por la nieve y los fuertes vientos invernales.

Junto a Szyc tenemos a una serie de actores y actrices que no desmerecen frente a él, todo están estupendos en sus respectivos papeles, a mí me han encantado.

Ellas son la veterana Kamilla Baar, actriz y directora de casting, muy correcta, la también veterana Malgorzata Hajewska y las jóvenes Zuzanna Saporznikow, Magda Debicka y Aleksandra Grabowska. Todas ellas perfectas.

Ellos, los encargados de acompañar a Szyc, son el veterano Andrzej Bienias y el interesante Maciej Pesta, todos, como digo, inmensos a la hora de desempeñar sus roles.

La música, la fotografía, las localizaciones, el carácter de la gente originaria de estas bellas y duras tierras, el idioma polaco, todo ello hace que la serie esté francamente bien y con un final abierto para que cada uno decida cómo acabarla verdaderamente.
Muy recomendable.
Un saludo,´
Tess

Maravillosa serie la que nos vuelve a traer una creadora increíblemente interesante como es Veena Sud, la responsable de una maravilla como "The Killing", y que aquí nos trae temas tan tristemente de moda hoy en día como son la violencia policial, la corrupción dentro de este departamento que, supuestamente, está para servir y proteger al ciudadano, el racismo en la sociedad y los grandes estamentos norteamericanos, entre otros.

Cuenta para ellos Veena Sud con una serie de directores entre los que destaca el tristemente fallecido Jonathan Demme, quien se hizo cargo del segundo episodio y que fallecería a lo largo del rodaje.

La acción transcurre en la ciudad de New Jersey, desde donde la maravillosa e imponente estatua de la libertad se ve sólo de espaldas a la sociedad, donde habitan una serie de personajes a cual más interesante con sus claroscuros, nadie es perfecto, nadie puede decir que no bebió de tal o cual agua, matrimonios que parecían sólidos se resquebrajan tras una enorme desgracia familiar, personas que parecen de fiar no lo son, donde la policía campa a sus anchas porque se defienden entre ellos y parecen ser intocables.

Regina King está inmensa, y eso que es una actriz que siempre me ha crispado los nervios, pero verdaderamente aquí está impecable. Pero es que la para mí desconocida actriz inglesa, Clare-Hope Ashitey, no se encoge ante ella y nos brinda una increíble actuación, se come la cámara. Su química con Michael Mosley es palpable. Nadia Alexander, maravillosa, otra de esas jóvenes actrices que espero que dé mucho que hablar porque tiene un desparpajo delante de la cámara que no es normal.

Del cuarteto de policías que se creen los amos del universo decir que todos y cada uno de ellos está perfecto, desde el texano Raúl Castillo hasta Beau Knapp, pasando por el australiano David Lyons y Patrick Murney. Todos ellos dando unos matices a sus personajes, sobre todo Beau Knapp, que no sabes si es un policía que intenta ser justo o todo lo contrario. Su mujer en la pantalla, la atractiva Michelle Veintimilla es otra de las sorpresas de la serie, con un personaje a la que comprendes y odias a partes iguales. Y no quiero dejar de alabar la actuación de Russell Hornsby, otro de los puntos fuertes de la serie.

Merece la pena y estoy deseando hincarle el diente a más trabajos de esta creadora, Veena Sud, quien con "The Killing" ya me había ganado.
Un saludo,
Tess

Estupenda película la que ha conseguido dirigir para Netflix el catalán Albert Pintó, toda una producción en la que dijo haber invertido tres años de su vida y de la que ha recibido críticas muy positivas, siendo todo un éxito de espectadores en la plataforma, llegando a ser la más vista 58 países y siendo la 2ª película más vista en USA. Y es que al director catalán le parece mentira que su trabajo se encuentre disponible para todo el que quiera verlo en 190 países, no sólo en USA sino también en Sudamérica y toda Europa. Decía Pintó que era todo un subidón recibir mensajes de personas que habían v sito su película en India, Canadá o Brasil.

Muy bien realizada, con una actriz inmensa, una Anna Castillo, barcelonesa a la que le llegó el guion de la película de una manera inesperada, ya que ella venía de hacer un cine mucho más íntimo y de poco presupuesto pero que quiso retarse as í misma, ya que este papel de Mía es todo lo contario a lo que ella estaba acostumbrada, una actuación muy física, con gritos, con golpes, para el que la catalana se preparó con cursos de buceo y apnea, ya que quería estar perfecta para lo que le requería su personaje.

Es increíble cómo una actriz de físico tan delicado como Anna Castillo saca garra a la hora de interpretar y admiro cómo la actriz se echa a sus espaldas todo el peso de la película y nos regala una actuación portentosa. Su director decía que sólo la quería a ella y que la considera la mejor actriz española, una Meryl Streep nacional, o sea, palabras mayores.

Muy bien conseguido ese ambiente claustrofóbico dentro de un conteiner flotante en medio del océano, muy buena música acompañando el trayecto de sufrimiento de nuestra protagonista y una película que no se me ha hecho larga ni pesada en ningún momento y que me ha mantenido todo el tiempo expectante por ver cómo Anna Castillo consigue salir adelante de esta trampa mortal en forma de contenedor.
Muy recomendable.
Un saludo,
Tess

Esta película, ópera prima en el largometraje de su director, un más que interesante Rubin Stein, me ha ganado un poco más con un segundo visionado, en el que he entendido mejor lo que nos ha querido transmitir el director con este trabajo, ampliación de un cortometraje suyo realizado en el año 2013.

Contaba Rubin Stein que su abuela, con la que él pasaba mucho tiempo y que era una mujer muy creyente y católica, le hablaba continuamente de la Biblia, de Dios, pues tenía una gran influencia en él pero, claro, luego leía a una edad temprana pasajes del libro sagrado que eran verdaderamente terroríficos y tenía auténticas pesadillas con ellos, por lo que siempre ha sido para él una relación de amor y odio con la religión, con Dios y con todo lo que conlleva y de ahí ha surgido, precisamente, esta idea, en la que se nos cuenta lo dañino que pueden ser los extremismos religiosos, el fanatismo en nombre de Dios y cómo la educación que un niño reciba a cierta edad puede influir de manera brutal en el comportamiento y desarrollo del mismo.

Stein ha ambientado la acción de la película a principios de los años 80, utilizando un tono en su fotografía que nos evoca directamente esa época y trayéndonos de vuelta a programas de tv, canciones y actrices que triunfaron en España en aquellos días, como es el caso del "Un, dos, tres", Enrique y Ana o Teresa Rabal.

Hablando de Teresa Rabal, su vuelta al cine después de 40 años sin rodar nada ha sido maravillosa, su actuación es toda una agradable sorpresa. La veterana actriz y cantante decía haber sido feliz rodando de nuevo y dice estar deseando retomar su carrera en el cine después de esta oportunidad.

Los niños de la película, esos Tin y Tina del título, están enormes, tanto Carlos González Morollón como Anastasia Russo. Ella en concreto está teniendo una carrera fulminante y es que la niña se lo merece, porque tiene una naturalidad y un desparpajo frente a la cámara que ya quisieran muchos actores adultos. La actuación de ambos es de las que te de dejan mal cuerpo, muy bien por los dos.

Junto a ellos, la pareja de adultos formada por una Milena Smit que está en su salsa en este tipo de papeles de mujer que va por la vida como alma en pena. El director dice que no podría haber otra actriz que representara la tristeza vital del personaje de Lola como Milena, y un Jaime Lorente que simplemente está correcto, aunque a mí es un actor que no me acaba de llenar. Es cierto que ambos se compenetran bien en pantalla.
Interesante y original propuesta, me apetece seguir de cerca lo que este director nos pueda traer en un futuro.
Un saludo,
Tess

Maravillosa adaptación de la novela insípida de D.H. Lawrence que se ha sacado de la manga la directora francesa, Laure de Clermont-Tonnerre, quien explicaba que para las tórridas y numerosas escenas de sexo entre la pareja protagonista había contratado a una coreógrafa profesional, experta en movimiento y expresión corporal, quien con su equipo habían elaborado toda una coreografía para dichas secuencias con la colaboración de las ideas aportadas por los dos actores encargados de llevarlas a cabo, Emma Corrin y Jack O´Connell.

No sé si ese es el motivo del buen resultado de dichas secuencias pero lo que sí está claro es que hay una química palpable entre estos dos actores y que su historia de pasión y amor se hace creíble, cercana, disfrutable, se palpa y se siente.

Emma Corrin ya me encantó dando vida a una joven Diana Spencer en la cuarta temporada de "The Crown" y aquí demuestra, una vez más, lo versátil que es y cómo la adora la cámara.

Jack O´Connell, guapo y masculino, ya me había llamado la atención trabajando a las órdenes de Jodie Foster en "Money Monster", y aquí desnuda su cuerpo y su alma para dar vida a este hombre solitario entregado hasta las trancas a esta Lady para la que trabaja.

Comparado con ellos dos todos los demás desfallecen, se disipan, pero aún así, Joely Richardson saca petróleo de su personaje de ama de llaves con esa elegancia marca de la casa y un desconocido por mi Matthew Duckett aporta carisma a su papel de marido cornudo.
Las localizaciones, vestuario, mansiones y música son una delicia aparte.
Un saludo,
Tess