Mira que perder una noche de domingo con este film!
Previsible hasta cansar, nos introduce en un juego psicológico que no aportó nada a mi vida, ni a mi entretenimiento.

No es que sea mala película, pero sí del montón, en la que no consigo encontrar nada destacable que merezca la pena nombrar. Si a eso le unimos que no conectó conmigo por no atraerme este tipo de terrorismo psicológico, es normal que no tuviera moral para verla terminar.

Esta película deja bastante que desear. En mi opinión merece la pena verla gracias a Pablo Carbonell, que me cae bastante bien, aunque la verdad un trabajo así es casi mejor olvidarse de él. Toda llena de tópicos chungos de las vacaciones de verano en España que la verdad no hacen reir, salvo contadas excepciones.

La única cosa que podemos decir a su favor es que termina mejor de lo que comienza. Muchas películas deplorables lo son aun más a medida que pasan los minutos, pero ésta creo que mejora en el último cuarto de cinta.

En la televisión anunciaban esta película como "cine porno familiar", lo que me produjo curiosidad el pensar que era una cinta porno hecha para toda la familia. No me gusta el porno, pero al menos me pareció un concepto extraño y digno de ver. Después de varios minutos de película uno se puede dar cuenta que la afirmación habría que aclararla un poco, pues se trata de una película normal sobre una familia que regenta un cine donde se emiten películas porno. En definitiva, es un detalle sin importancia, pero que resultó en cierta decepción.

La película me pareció buena. No dudo que cinematográficamente pueda ser un peliculón a ojos de los más cinéfilos, pero quien desee un poco de diversión e historias sorprendentes, no encontrará nada de eso en Serbis. Al contrario, se hace lenta y a veces un poco aburridilla. Es cierto que sabe explotar bien los sentimientos de los personajes y las miserias locales, pero todo eso no me convence para engancharme a la pantalla. Al fin, pienso que merece la pena por conocer algo del cine filipino y la cultura del país, pero no por la historia que nos cuentan.

Considero a Estómago una de las mejores películas brasileñas que he visto en los últimos tiempos. Claro que no es una obra maestra, como considero a "Cidade de Deus", pero es muy entretenida y sobre todo divertida. Recomendada por amigos brasileños, he tenido el placer de verla por dos ocasiones en versión original y en ambas me he divertido con los personajes y por las situaciones que se plantean. Ahora, leyendo las críticas de otros usuarios de este sitio, veo que ganó un festival de cine en Valladolid. Ni lo sabía, pero me parece que tiene méritos para ello.

Por mi parte, me quedo más con la trama de la propia película que con el desenlace. Pienso que, a pesar de querer hacer un final especial, que merezca la pena como culmen de esta historia, me atrae mucho más saber cómo se busca la vida un "paraiba" (jerga carioca para referirse a un inmigrante del nordeste de Brasil) que llega a la grande ciudad y se hace su lugar en diversos ámbitos a través de su mano en la cocina.

Una comedia entretenida que resulta bastante sencilla, pero no por ello ordinaria. El resultado está lejos de las acostumbradas comedias románticas estadounidenses, lo que hace que no se convierta en bodrio, a pesar de ser normalita.