Refleja cuidadosamente todos los aspectos y detalles de la alta sociedad neoyorquina. También capta de forma aguda el mundo de los chismorreos que adoraba el protagonista y que plasmó en su libro Plegarias atendidas, obra que fue una traición a sus cisnes, como él llamaba al estrecho círculo de mujeres aristócratas que le confiaron todos sus secretos e intimidades.

Quizá tuviera las expectativas demasiado altas, pero no llego a conectar con la película. Por otra parte, se centra casi totalmente en la relación con su mujer. En cualquier caso, se puede pasar el rato viéndola, no se hace larga, lo cual es decir mucho de una película. Cooper está perfectamente caracterizado.

Empecé a ver esta película por casualidad y no pude dejar de verla en ningún momento. Tengo que decir que me pareció una de las mejores películas del cine español que he visto. Y respecto a la historia que cuenta, creo que en ninguna película he encontrado una trama tan humana, tan aparentemente sencilla y tan cautivante a la vez. Lo más curioso de todo es que engrandecí esta película en los días siguientes a verla, cuando reflexioné sobre ella. Y qué decir de las magníficas interpretaciones de Mollá, Resines y Verdú: sublimes.

Deja ver los diversos lados del ser humano y nuestra capacidad para disimularlos o no. En el caso del protagonista es asombrosa la actitud cautivadora que tenía con la gente que le rodeaba y la habilidad para ocultar su lado más oculto así como su auténtica naturaleza.

Me ha resultado una película amena e interesante, sobre todo porque permite ver la cantidad de antiguos nazis que se reintegraron a la sociedad alemana como si nada. Y las dificultades que existieron en la justicia para llevar a muchas personas a los tribunales.
Se ve con mucho interés al descubrir la impunidad que reinó en Alemania tras la II GM.
Además, no cae en los clichés justicieros del cine americano. El personaje del protagonista me resulta muy genuino.