Un cocodrilo que puede cantar pero no puede hablar es lo único más estúpido que un cocodrilo hablando.
Un tipo que se encuentra al cocodrilo, lo adopta... Luego lo abandona pq sí, luego aparece mucho después y pretende aparentar que no pasa nada, luego lo utiliza, luego lo traiciona, luego lo rescata y así todo el rato... En qué quedamos, es bueno, es malo, es gilipollas? De verdad un despropósito.

Pero para despropósito el documento del final: yo pensaba que bueno sería que el piso de abajo donde vivía el vecino idiota pues sería propiedad suya y así estaría en el edificio y no en la casa de la familia... Pues no, es una cláusula ridícula para poder tener cocodrilos en casa... Vamos, otra increíble estupidez como lo de la cláusula de los 15 días al año de poder vivir en casa ajena... Absurdo.

Y así toda la película. Pero es que ya encima no le basta con ser un insulto hasta para la inteligencia de un niño... Es que ya sobrepasa todo límite con la apología a favor de la comida basura, literalmente.

La madre, famosa por escribir libros de cocina saludable, cambia sus hábitos pq era una infeliz y el cocodrilo le descubre que para ser feliz hay que dejarse llevar .... Preparar mierdas tipo dulces a cascoporro y comer pizzas para desayunar.

Le da de comer basura al niño pq debía perder el miedo, disfrutar de nuevos sabores, ser más espontáneo, más feliz ..

Joder, pero cuánta pasta ha metido ahí el lobby de la comida basura para sin sutilezas ni indirectas sugerir directamente que comas mierda porque así serás feliz?

Bueno. Lo dicho. Un asco de peli como película en sí. Publicidad encubierta del lobby de la comida basura, un par de canciones pegadizas que ya no recuerdo y un Javier Bardem que borda el papel de Willy Wonka esquizofrénico de mercadillo.