The Man From Earth: Holocene es una secuela interesante, de menor calidad que la original. Pero mejorar o igualar a la primera era, evidentemente, complicado, por no decir imposible.

En esta película hay menos debate científico que en la original, por no decir casi ninguno, pero gana en debate religioso. En esta película se ahonda en la radicalidad o fanatismo de las ideologías religiosas y hasta qué punto la gente es capaz de defender y salvarguardar sus propias creencias y dogmas de fe.

Esta película también pierde en "teatralidad". El tiempo y la acción no transcurre en un mismo espacio, como así ocurría en la primera, siendo los profundos diálogos los que captan nuestra atención. Lástima, porque en la oríginal eso funcionó muy bien.

Las interpretaciones son también más pobres que en la primera, sobre todo por parte de los adolescentes estudiantes.

Aún así, es una película interesante, digna, que nos sigue mostrando las dificultades que tiene en la vida un ser inmortal de más de 14000 años, entre ellos, la contínuas separaciones con seres queridos o la preservación de la privacidad y el anonimato por el riesgo de ser descubierto.

Épica.

Punto.

Y épica.

Ah, y también épica.

¿Ya habéis dicho épica?

¿No?

Pues épica.

Una mezcla inaudita, curiosa y original entre el género de la fantasía y el subgénero policíaco.

Yo, particularmente, no soy muy fan del género de la fantasía. Me dan mucha pereza las películas sobre elfos, orcos, hadas, magos, brujos, fantasmas, centauros, y demás criaturas mitológicas, fabulosas y mágicas (y no, no están entre mis películas favoritas ni El Señor de los Anillos ni Harry Potter); pero a esta le di una oportunidad porque lo que vi en el trailer me gustó, y al final la pelicula me encantó. Por el toque único que veía por fin.

La idea me maravilló. Fue darle una vuelta de tuerca. Estábamos acostumbrados a ver este tipo de películas en la edad medieval, antigua, histórica o gótica, con hermosísimos paisajes, temibles lagos o imponentes montañas, dentro de la naturaleza más épica y salvaje. El Señor de los anillos, El hobbit, Dragonheart, Lady Halcón, Willow… nos muestran verdes campos, extensas llanuras, frondosos bosques… Pero nunca antes se había visto este tipo de películas contextualizado en “Los Ángeles” de la actualidad. En medio del Bronx, o Harlem, o Chinatown o Little Italy, ni entre inmensos rascacielos o al lado de Wall Street. ¿Quién se imaginó una locura así? Gracias Max Landis…

En el tema visual y sonoro, pues tiene unos efectos especiales muy buenos (para ser Netflix, y no una gran productora tipo Disney), y una banda sonora expectacular que desde la primera canción Broken People (de Logic & Rag’n’Bone Man) te mete dentro de la historia.

El toque “Buddy Film” es evidente e innegable. La pareja formada por Ward (Will Smith) y Jakoby (Joel Edgerton) no aporta nada nuevo a la historia del cine de acción policíaco, y las comparaciones serán odiosas con Denzel Washington y Ethan Hawke en Training Day, Nick Nolte y Eddie Murphy en Límite 48 horas, Bruce Willis y Samuel L. en Jungla de cristal III, Mel Gibson y Danny Glover en Arma Letal, o el propio Will Smith y Tommy Lee Jones en Men in Black o con Martin Lawrence en Dos Policías Rebeldes. ¿Qué en esta peli hay chistes malos y chascarrillos de uno y otro? Sí… y ¿en cuál no?

Y la película hay que leerla entre líneas. El tema principal de esta película es el RACISMO. Visto desde otro ángulo, desde otro contexto, desde otra dimensión. Es una película, en el fondo, muy profunda, que aborda un tema muy delicado. El racismo entre razas, nunca mejor dicho. No entre colores entre humanos, que parece en esta película totalmente superado, sino entre verdades razas. No deja de ser una crítica ácida a la sociedad actual, que da que pensar.

Este película tiene potencial para un par de secuelas donde nos puedan contar más sobre las varitas mágicas, el Señor Oscuro, o las anteriores profecías. O sobre los propios personajes de Ward, Jakoby, Kandomere (Edgar Ramírez) o Tikka (Lucy Fry). Estos últimos dos bordan sus respectivos papeles.

No es para un 1, ni tampoco para un 10. No entiendo la gente que la defiende y la define como epopeya, ni a la gente que la aborrece y dice que es mala. Mala es Casi 300 o Epic Movie y parodias similares. Malas son la de la saga Crepúsculo. Malas son... mil ejemplos más.

Esta no es mala. Pero supongo lo que le pasa a mucha gente (al menos es lo que me ha pasado a mi) es que las expectativas eran muy altas y/o que la anterior (la VII) fue muy buena.

Porque en la VII vimos, creo, el aire de las versiones clásicas y no un exceso de ordenador o malos efectos como ocurrió con la I-II-III... y algo nuevo, a la vez. La novedad fue ver desertar alguien del imperio y convertirse en rebelde. Los bandos estaban muy claros en todas las películas, y eso no había ocurrido nunca, y la historia de Fynn fue algo novedoso con lo que nos asombraron a muchos.

Pero esta VIII... a ver...el leitmotiv, o motivo central de la película, vuelve a ver el mismo una vez más. Again, again, again...

Resumiendo: El imperio persigue a los rebeldes para acabar con ellos. Éstos atacan o contraatacan, según el momento, y cuando se ven con el agua al cuello se "dividen" entre los que gritan como Flanders "estamos perdiditos, perdiditos, perdiditos" y quieren huir; y los que se rebelan como Braveherat y gritan "aquí está mi culo, dispárame y a ver si eres capaz de acertar, soldado de blanco, porque prefiero morir luchando que morir huyendo". Al margen de la cansina, manida y repetida persecución del Imperio contra los Rebeldes, tenemos por medio, como siempre, cuantro o cinco planetas, con su fauna, y su flora; a unos pocos Jedis, unos buenos y otros malos; y a un antihéroe (que a falta de Han Solo, se lo inventan).

Ecuación: Star Wars VIII = Imperio + Jedis vs Rebeldes + Jedis + Bichos / Antihéroe

Momentos muy emocionantes, como siempre.
Momentos graciosetes, entre tanta tensión, como siempre (sobre todo por parte de los droides y los bichejos)
Y alguna escena que a, seguro, casi todo el mundo, NO le ha gustado.

Esperemos que la IX mejore...

"El tiempo es una ilusión" es la frase que le dice John Kramer a su primera víctima, Cecil Adams, el yonki que golpeó con la puerta a su mujer provocando así el trágico acontecimiento que originó la psicopatía del primero. (Saw IV).

Con esa premisa jugaron todos los directores-guionistas que pasaron por la saga, y esa es la premisa que nos vuelven a traer en esta entrega. El tiempo no es lineal, y nada es lo que parece.

Difícil hacer una crítica de esta película (y de cualquiera de la saga) sin destripar, nunca mejor dicho, la historia. Así que antes de entrar en zona spoiler, sólo diré que visualmente me ha parecido la "saw menos saw" de todas, y eso es algo, he de reconocer, que me ha decepcionado un poco. Todas las películas anteriores empiezan con "un juego" y "una cinta", y en esta de repente vemos un tipo corriendo por la calle, huyendo de la policía, a plena luz del día. ¿Dónde están los sitios cerrados, oscuros, sombríos y tenebrosos? Para mi gusto, y hablo como fan de la saga, demasiados espacios amplios y coloridos, falta de angustia, escasez de gore, y poquita banda sonora. La "saw menos saw", repito.

Eso sí, cumplieron con los giros de guión y con el gran giro final, así como con los flashbacks, necesarios para seguir montando un rompecabezas cada vez más grande. Eso es lo que hace grande a esta saga. Que es un rompecabezas en el sentido más estricto de la palabra.

Personalmente, opino que después de la primera gran película hubo dos" trilogías", que van de menos a más. La 2, 3 y 4 están conectadas entre sí, siendo la mejor la cuarta (aquí muchos querrían hacer sangre conmigo, pero considero que la cuarta es una follada mental al espectador y la amas o la odias). Y la 5, 6 y 7 crearon otra historia, teniendo su punto álgido al final de la séptima, recuperando el personaje principal de la primera, el Doctor Gordon con un cambio de rol. Espero que esta octava película sea solo la primera de una tercera trilogía, con gran final en ¿la décima?. Material hay, y buenas ideas seguro.