Quizás sea del cine comercial de este verano la película más interesante y entretenida Sin embargo, resulta pesada, demasiados disparos, demasiada explicación sobre la base del argumento con el fin de modificar o cambiar la actitud de alguien a través del sueño.

El comienzo es una mezcla de in media res y flashback, con un final algo "ambiguo", muy claro para algunos espectadores. El guion es atrevido y bien construido, el espectador no se pierde entre sueño y sueño -aunque podría dormir algún ratito y formar parte de alguno de ellos (irónicamente) por la pesadez de algunas secuencias: muchos tiros, demasiadas explosiones, puñetazos, persecuciones... El montaje, coherente. Aun así, insisto, puede llegar a aburrir.

Especialmente precaria es la interpretación de Marion Cotillard, quien resplandece en la pantalla con su rostro y figura, un cuidado y elegante vestuario, da el toque romántico a la cinta, además de contrarrestar la excesiva acción de tiroteo incontrolado, y la canción de Edith Piaf que suena una y otra vez "Non, rien de rien, je ne regrette rien" que nos recuerda la excelente interpretación de la Cotillard en el biopic de Edith Piaf.

Ensalzar la interpretación de Leonardo di Caprio,y destacar a Cillian Murphy.

Los escenarios en los que se desarrolla la acción son variopintos y especialmente grises, seguramente como los sueños, pero como apunta uno de los personajes, "y una playita no hubiera sido mejor" Los efectos especiales, sobre todo, la falta de gravedad, muy conseguidos.

Espero que este filme no se quede en una maravillosa historia de animación con la que disfruten pequeños, jóvenes y mayores, sino que además sirva para reflexionar sobre el consumo excesivo de juguetes, la cosificación de las personas a través de la humanización de los muñecos y el valor de los objetos que nos han acompañado en nuestra vida.

Uno de los mensajes, entre otros, con el que los espectadores deberían quedarse es no destruir, sino compartir.

Otro de los aspectos más interesantes de la película es el tratamiento de los residuos solidos urbanos. Me ha gustado, ha sido entretenida, un regalo para la vista, un recuerdo a la infancia, pero he echado de menos el mensaje subliminal de la separación de materiales -plásticos,cartón,órganico y vidrio- al público infantil le hubiera venido muy bien.

Ingeniosamente divertida, real y a la vez triste. La relación amorosa se ve truncada, primero por la lumbalgia y luego por el óregano. Dinámica y elegante interpretación de Glenda Jackson y George Segal. Un adulterio castigado por el destino, que retrata a los personajes, sobre todo, el del marido que echa una canita al aire con mucha naturalidad. Una película que habría que recuperar del olvido.

Película entretenida, con suspense y con pretensiones de ser una dura crítica a la justicia, que sólo se queda en eso: en pretensiones. Al comienzo, es inevitable recordar a Mell Gibson en El patriota, cuyo protagonista, con un alto valor de la justicia y disfrutando de la paz familiar, ha de abandonar la paz, y abrazar la guerra. Al final, recordamos al protagonista de la novela de Alejandro Dumas, Edmundo Dantés en El conde de Montecristo, evadiéndose del la Isla de If, aprovechando el túnel cavado durante años por el abate Faria, para ejecutar su venganza contra los que detractaron su destino.

El retrato de los personajes, de todos ellos, es tan real como el tópico "la vida misma". Por desgracia, el egoismo se apodera de algunos seres humanos hasta el punto en el que narra la cinta. Para muchos espectadores será familiar la narración cinematográfica, para otros, más alejados , poco creíble. Sin embargo, es así de crudo, y aunque todo condensado, como en esta película, la realidad, a veces, más dilatada en el transcurso de los acontecimientos y situaciones, "supera la ficción". Se agradece el toque humoristico.