Pese a algunos desajustes en el elenco (Celeste Cid como Susana Giménez no convence, por ejemplo), el resultado es efectivo y efectista. Del fango a la gloria y viceversa en este relato de la vida personal aunque no profesional de Carlos Monzón. Correcta en la descripción casi forense de esa psiquis moldeada por la carencia y la violencia, pero sin caer en la justificación, lo que es loable.

Parte de la trama considero que no aporta y carece de rigor histórico pero creo que en esto coincidirán todos los contemporáneos de aquellos acontecimientos. Por el resto, recomiendo su visionado. Román y Paniagua en la piel de Monzón, son lo mejor de la serie.

Hubo un tiempo en el cine en que una historia de venganza daba pie a una hora y media y hasta más allá de metraje. Tras los ropajes del misterio se nos presenta esta película que va bien hasta que empieza a correr su propio telón. El último tercio del film se derrumba precipitadamente, perdiendo el sostenible ritmo que tenía hasta ese entonces.

Queda desteñida pero ser espectador de una obra fílmica que no abuse de sofisticados efectos especiales ya es bastante. Se deja ver. Aceptable y poco más.

Descontando que visualmente es espectacular, esta película me dejó la sensación que Don James no estaba muy inspirado en cuanto a guion se refiere, puesto que en esta oportunidad tuve la plena sensación que hizo copie y pegue de lugares comunes y uso y abuso de una filosofía new age que si bien es entendible, a los efectos no aporta gran cosa. Hasta me pareció en un instante que había echado mano al guion de Titanic, por la similitud de ciertos pasajes.

Lo único concreto es que se viene una tercera parte, a juzgar por el desenlace y no diré más. Mucho caldo y poco arroz.

Ni Ana de Armas con su soberbia actuación salva a esta soporífera película. Lenta, sin ritmo, incoherente por momentos. Onírica, obliga al espectador a bucear en esos profundos y confusos vericuetos de un alma atormentada y traumada como la de Norma Jean. Una verdadera pena porque los hitos de la vida y la carrera de este mito se resumen en pinceladas tenues sin matiz ni color.

Tediosa, machacona con el tema de las carencias afectivas parentales. A decir verdad, solo vale la pena su visionado porque todos hablan de ella. Por pura curiosidad. Lamentablemente, este film subestima a Marilyn más de lo que lo fue la actriz en vida. Olvidable.

Y a varios actores colombianos que desconocíamos en Uruguay. A través de los noticieros conocimos por estos lares las andanzas, los atentados, los asesinatos del infame Pablo Emilio Escobar Gaviria pero nunca tuvimos demasiada información de primera mano, como que las cosas eran fragmentadas.

Un par de décadas después nos topamos con esta dramatización de "La Parábola de Pablo" (la que tuve oportunidad de leer) y por aquí no dejamos de sorprendernos de la capacidad actoral de un inmenso Andrés Parra encarnando al capo y de la versatilidad de quienes lo secundan en esta superproducción. De más está decir que esta serie se ha convertido en un clásico de la televisión latinoamericana.