Rambo no sentía las piernas, DiCaprio no debería de sentir nada después de que el oso lo zarandease de todos los modos posibles, solo le falto coger la escopeta de DiCaprio y reventarle el cerebro. Estamos todos de acuerdo en que tiene unas imágenes espectaculares y unos paisajes que te cagas,.... pero la historia es simple, no se cree y hay momentos en que el guión no tiene mucho sentido (como cuando se queda a su cuidado, su hijo, un chico y un tio que estuvo todo el camino intentando martar o echar a su hijo). Y si buscas por internet la historia del trampero no dice nada de que estuviera allí con su hijo, ni siquiera de que tuviese un hijo mestizo, vamos que el mexicano le hecho un poco de edulcorante holliwudiense para darle un poco de sustancia a la peli. Por muy Iñarritu que sea a mi me recuerda más a las historias de Stalone, Chuck Norris o Steven Seagal que a Amores perros o 21 gramos, y que conste que no estoy comparando a DiCaprio con los de antes, no vaya a ser que los fans se me echen encima, es mas, hizo una gran actuación y Tom Hardy también, pero la historia es una coña, solo un par de zarpazos del oso ese y ya me parecería difícil de creer que sobreviviera, y encima se cae por un acantilado, sobrevive a los disparos de los indios por el rio, sobrevive a los rápidos del río, se le humedecen las heridas, y supera el frio ambiental a la intemperie, todo supercreible, en fin una pena de 6 euros. Recomiendo "las aventuras de Jeremiah Johnson" o "Dersu Uzala", películas de temática similar pero con una historia mucho más creible y trabajada

No hablaré del aspecto técnico de esta obra de Mizoguchi, simplemente porque me parece un atrevimiento. Por lo tanto, hablando de la historia en sí, puede parecer la típica historia entre una persona de buena reputación que se enamora de otra que simplemente es una sirvienta, pero no es así. Desde el principio el guión esta encajado de forma milimétrica, por una parte está en juego el futuro profesional de Kikunosuke por insistir en ver a la persona que ama, una sirvienta de su familia, lo que es una deshonra para la misma, y por otra la felicidad al lado de Otoku frenada por ella para que no haya confrontaciones familiares. El desahucio paternofilial es irremediable y entonces es cuando ellos emprenden una aventura donde Kikunosuke empieza a aprovechar las malas críticas para mejorar como actor y poder volver a Tokio con la cabeza alta, con las dificultades y sacrificios que se avecinan para ambos para poder alcanzar sus objetivos.
Es una película absolutamente conmovedora, pero lo que más me impresiona de ésta es que la envuelve un romanticismo absoluto, toda la película está empapada por el amor de los protagonistas, pero sin ser empalagosa, es más, puede que sea una de las mejores películas románticas que he visto sin ver ni un solo beso entre los protagonistas ya que casi no hay contacto físico entre ellos. Es el amor en estado más puro.

¿Cómo sabemos que no estamos viviendo un sueño o una pesadilla?, ya otros pensaban que la vida era solo un sueño, y supongo que será porque existencialmente no representamos casi nada del universo que nos envuelve, y no solo por lo infinitamente pequeños que somos sino también por el desconocimiento de lo que nos rodea. Amenabar en este film, hace reflexionar sobre el significado y la importancia de la realidad para conseguir una felicidad plena.

En algunas fases, la película aburre, pero por otra parte, muestra la crudeza de los japoneses con los prisioneros de guerra pero sobre todo muestra el choque de culturas tan dispares como la occidental con la oriental y como ese choque genera incomprensión, injusticias e intolerancia por parte de los dos bandos.

Película que respira humanidad por todos sus poros, historia de la que en un principio no te esperas nada pero te lo acaba dando todo. Demostración de lo solas que se pueden sentir las personas y de la necesidad de la compañía y el cariño para cubrir gran parte de lo que llaman felicidad.

Imprescindible