El guión de esta película fue una de las grandes justicias de los ultimos años en los Oscar, quizá equiparable al de Kauffman este año 2005. McQuarrie entreteje una complicada trama, con tantas trampas y giros, que es casi imposible comprender cómo lo resuelve de una manera tan eficaz como sorpresiva. Un nuevo clásico. Spacey magnífico y los demás no le van a la zaga. Infravalorada la participación de Pete Postlethwaite ya que su papel podría haber dado más juego.

La magia de esta película es maravillosa. Divierte y gusta, pero sobre todo emociona. El relato de una vida desde la edad madura, con una banda sonora deliciosa. No os dejeis engañar con la versión extendida o saldreis con el gesto torcido. Tornatore se dió cuenta de que lo que hacía era magia y dejo el terreno de lo humano para la extendida. La música tiene nombre; Morricone, ¿hace falta decir algo más?

¡Peliculón!. Duelo de titanes, Sigourney Weaver y Ben Kingsley. Cada uno se encarga de dar la replica al otro en un intenso duelo de interpretación para desentralazar una intensa historia de dolor, prejuicios y justicia. Polanski se crece y da el do de pecho.

Como siempre, las comedias han sido infravaloradas por la crítica especializada. Ha hecho falta que Bill se hiciera acompañar por el apellido Coppolla para que la academia le tuviese en cuenta. En Atrapado en el tiempo se podría haber dejado llevar por un histrionismo similar al de Jim Carrey, sin embargo, todo está adecuado a las situaciones provocadas por la repetición eterna del mismo día. Para todos los que hemos visto la película, nunca volveremos a poner a Sonny & Cher al despertarnos, no vaya a ser que mañana siga siendo hoy.

Jean-Pierre Jeunet siempre ha sido calificado como un director único, con un lenguaje audiovisual propio, querido por muchos y odiado por otros tantos. Con Amélie, deja su lado más oscuro (Delicatessen o La ciudad de los niños perdidos) y nos deleita con una fábula de sentimientos acerca de dos personas que no se sienten comodos en el mundo actual que les rodea y de como van uniendo sus vidas. La fotografía es fantástica (como siempre con Jeunet) y quizá el aspecto visual deje poco tiempo al análisis de un guión perfectamente estructurado. Dos grandes aciertos los de Tautou en la interpretación y la de Tiersenn en la banda sonora.