Puede que en 1968 resultara una película intrigante, pero si esperas ver algo terrorifico sobre posesiones y satanismo te equivocas. Lenta, aburrida, tediosa y soporífera, y el final... en el qué esperas que al menos ocurra algo interesante, pues no, decepción total.
No entiendo cómo puede tener una nota tan alta en filmaffinity, para mi no se merece más de un 3.

Seguramente controlar lo que un hijo ve por televisión es una de las muchísimas preocupaciones que puede tener un padre hoy día, digo esto porque desde hace algún tiempo me preocupa ver cierta programación que, más que entretener a los chavalines, que puede que lo haga, tiene unos efectos secundarios dañinos, esos efectos son variados y peligrosos y puedo citar algunos como por ejemplo intentar meter con calzador un bilingüismo con imbéciles frasecillas tipo “delicious”, “we did it” o “come on”, sobre todo cuando algunos churumbeles que ven esta porquería aún no dominan la lengua de Cervantes debido a su cortísima edad, o hacer creer a los chicos que en esta vida se consigue cualquier cosa marcándola con el puntero del ratón o que cantando cancioncillas imbéciles y repetitivas ya lo tienes todo hecho. Pues no señores, ¡¡joder!! la TV ni es interactiva y me atrevería a decir que ni mucho menos educativa exceptuando algún que otro programa, así que todo pequeñín que vea esta basura corre un serio peligro de que su capacidad intelectual crezca una velocidad muy inferior a la de su crecimiento físico.

Si nos centramos en los personajes de esta repugnante seriecilla me va hirviendo la sangre por momentos, Dorita es gilipollas integral, el mono de las botas subnormal profundo y el resto de los personajes tres cuartos de los mismo, hay un troll en un puente que pone acertijos para poder pasar, acertijos que son sencillamente un insulto a la inteligencia de cualquier bebé de pecho, o una mochila que habla y que resuelve todos los problemas de la repelente protagonista sacando cualquier objeto de su interior, como por ejemplo una escalera de electricista de esas que tienen varios cuerpos y suben 6 metros, ¡por los testículos del minotauro! ¡Cómo leches cabe eso en una mochila!, y encima ¡una mochila que habla y solo sabe decir “rico, rico, rico, deliciouuuuus”!, ¡¡pero que tiene de delicious una puñetera escalera o cualquier objeto que no sea comestible!!.

En resumen, hay series muchísimo más recomendables para críos, así que por el bien de la futura generación sería muy recomendable no permitir el visionado a criaturas menores de 35 años que aún vivan en casa de su padres y no estén cobrando el paro.

Muy correcta película tocando el tema de posesiones diabólicas, además teniendo en cuenta que un año antes se había rodado “El Exorcista”, el listón estaba bastante alto y todas las películas de posesiones que se rodaran posteriormente iban a ser comparadas con esta, de ahí que mi recomendación a la gente que se anime a verla, borre de su mente durante ese visionado la película de William Friedkin.

Se trata de un film en el que se nota, y mucho, la falta de presupuesto, pese al buen elenco de actores y a su buen hacer en el film. Su punto flojo, los mediocres efectos especiales, pero destaca en muchas otras cosas, como por ejemplo la buena historia con algunas lagunas pero pasables, buena música, buena y tenebrosa ambientación, etc. A los amantes del género no defraudará este clásico italiano, no muy conocido, que incluye alguna que otra escena bastante fuerte no apta para espectadores sensibles.

Mi nota 6.2

Interesante western, con aceptables actuaciones, destacando la de Robert Taylor, actor que quizá nunca fue tan valorado como otros actores de la época y que era un tipo que cumplía bien casi cualquier rol, en este caso, queda muy bien como vaquero sobre el caballo, un tipo con buena planta y además buen actor.

Se trata de un western que difiere un poco de las clásicas películas de vaqueros con el típico tipo duro, ahondando más bien en unos personajes, sobre todo el del mencionado Taylor que rechazan la violencia y son más humanos, a diferencia de su indisciplinado hermano John Cassavetes al que Taylor intenta reconducir, y a lo que no ayuda mucho la aparición en escena de la novia del muchacho de la que Taylor se enamora. Se reflejan también, las rencillas y rencores después de la guerra civil, el odio entre azules y grises.

Destacar los magníficos paisajes del estado americano de Colorado donde fue rodado el film.

Casi siempre que veo que una producción española actual tiene malas críticas, y mala nota en filmaffinity, me digo a mí mismo, puede ser que no sea tan mala, puede que la gente le esté dando mucha caña y no sea para tanto. Por este motivo, y porque me picó la curiosidad al ser un guión firmado por la señora ministra de cultura, me decidí a verla.
Pero claro que cuando ya llevaba 30 minutos de tortura he dicho basta y no he podido aguantar a verla hasta el final por dos razones, por sentir asco y repugnancia en primer lugar, y segundo porque no me apetece perder mi tiempo en ver esto entero cuando podría hacer cosas mucho más agradables, como por ejemplo sacarme una muela sin anestesia. Así que si en principio he comentado que la gente lo mismo le estaba dando mucha caña, ahora digo que se han quedado cortos.

También he de admitir que lo poco que he visto ha sido online, como bastante gente que he leído por aquí, y es que no me da la gana de pagar entrada para ver algo que de antemano ya huele a podrido y que además se ha llevado un buen pellizco con la correspondiente subvención del estado, vamos, con dinerito del contribuyente, con mi pasta y la del que religiosamente paga sus impuestos, para que los políticos de turno lo destinen a poner un poco más ricos a sus amigotes y a ellos mismos, pero de esto luego hablaré.

Cuando digo que la gente se ha quedado corta dándole caña es simplemente porque esto sobrepasa los límites de lo deleznable, y he de decir que la señora ministra y todo el que ha participado en esta mierda se merecen mi más absoluto desprecio, y el del resto de la sociedad que tenga dos dedos de frente.

Según el B.O.E a esto se le concedió una subvención de un millón de euros, lo que pasa es que ya se sabe, a estos no se les cae la cara de vergüenza porque precisamente son unos sinvergüenzas, pero para mí lo único que se me ocurre decir es que lo que pasa en España desde que comenzó la época del talante es asqueroso, repugnante, indecente, nauseabundo, repulsivo, bochornoso, humillante, escandaloso y así hasta el infinito y más allá como decía Buzz Lightyear.

La puntúo con una estrella porque no se le puede poner un CERO que es lo que se merece, y eso ya sería darle una buenísima nota. Recomendable única y exclusivamente para pajilleros y para gente que tenga ganas de vomitar sin tener que meterse los dedos en la garganta.