Menos mal que después de leer algunas críticas mis expectativas habían bajado... Y aún así lo único que le puedo reconocer a esta película es que es entretenida, y quizás si la ves con tus colegas o bajo los efectos de estupefacientes te resultará memorable.

Igual es que llevo más de 30 años viendo cine de terror, igual es que los espectadores o críticos de hoy en día se conforman con poco dentro del género o simplemente con no pasar un mal rato y salir ilesos de la proyección se sienten satisfechos. Yo esperaba encontrarme algo desagradable y angustioso, pero desde la cómica escena con el perro y la muñeca o la entrañable abuelita y su cutre nana (parece una parodia de Pesadilla en Elm Street) lo mejor que puedes hacer es tomarla a risa.

Sus referencias son múltiples, desde El exorcista a Quién puede matar a un niño, pasando por Braindead o Tu madre se ha comido a mi perro, de la que calcan un par de escenas. Francamente no entiendo qué han visto en esta película los de Sitges, ni gran parte del público. No sé si toca decir que esta peli mola. Pero si queréis pasar un mal rato os recomiendo Saw X y si además queréis una buena historia y personajes (algo de lo que esta carece) no os perdáis Talk to me, por citar dos titulos recientes.

Conforme pasan los años, esta película cada vez envejece peor y sale perdiendo en la comparación con otros títulos de la época de los 70.
La música sobra en muchas secuencias como la de la cabeza de caballo; algunos planos tienen la magia de ser improvisados pero están repletos de fallos (la paliza de Sonny a su cuñado es falsa por mucho que nos vendieran que era de verdad); la interpretación de Brando, imitada hasta la saciedad por actores como Brad Pitt, es demasiado escueta y estudiada para merecer un Óscar (lo contrario que el gran Al Pacino); el papel interpretado por Diane Keaton es de una ingenuidad que no se sostiene, aún al final continua sin enterarse de la profesión de su marido; y el montaje a veces abrupto parece responder a una falta de medios en lugar de necesidad narrativa.
Es cierto que fue precursora en la época, que el guión maneja muy bien la tensión y que cuenta con actuaciones brillantes, pero está lejos de ser una obra perfecta al estilo de Ciudadano Kane, Pulp Fiction o Taxi Driver por citar tres que se me vienen a la cabeza.

Tengo un problema con las series españolas, lo reconozco... Pero es que muchas veces no me resultan creíbles casi ninguno de los actores y actrices que veo en pantalla. Hasta el más secundario sobreactúa de tal manera que me es imposible entrar en la trama. Ni uno sólo se salva en este caso, no me creo a Coronado, no me creo a los padres de la niña, no me creo a la protagonista que le faltan unas clases de dicción, y por supuesto no me trago a la pareja de polis, una intentando emular a Kate Winslet y el otro más preocupado de salir guapo (nunca he visto a ningún actor llorar tan mal y de forma tan artificial).
Tampoco ayuda la caracterización de los personajes, si no fuera por los carteles de los años nunca sabríamos en qué momento nos encontramos, casi ni cambian de peinado, y eso es lo que pasa cuando se hacen las cosas mal y rápido.
Y luego tenemos el giro, la sorpresa... Puede que en el libro uno lo lea y justifique en su recreación mental todos los porque sí que tiene la historia, pero en imágenes es imposible que uno se trague los comportamientos de ciertos personajes y sobretodo uno no entiende qué han estado haciendo todos los implicados para no llegar a resolver el caso en 10 años. Yo por lo menos necesito ver porqué no han descubierto todo durante ese tiempo, y quizás los creadores no les vendría mal haberse visto todos los thrillers magistrales que se han hecho antes en otros lares, y no quedarse en quid pro cuos y chorradas del estilo que aplican sin ningún tipo de causa efecto en el guión.

De Puñales por la espalda sólo queda el personaje protagonista, el resto es una galería de personajes patéticos que en ningún momento te crees y que parecen querer emular a los idiotas de No mires arriba (de la cual me declaro profundo detractor).
Las sobreactuaciones de todo el reparto me parecen insufribles, lo previsible de la trama me pone de mala leche, y la explicación contada a base de flashbacks que ocupan casi una hora de metraje, durante la cual Daniel Craig no para de narrar, es muy cutre.
Y que no empiecen a galardonar a Janelle Monae porque sinceramente por no depilarse las axilas no merece premio alguno.

Con Ti West parece que toca decir que todo lo que hace es una maravilla bien pensada y llena de metáforas y homenajes cinéfilos... A mí esta vez me ha sabido a poco, como fan del cine de terror necesito algo más que planos y localizaciones calcados de La matanza de Texas y un par de actores maquillados de viejos con unas pelucas imposibles.
Me hace falta algo más en ese decepcionante sótano, más sexo en el rodaje porno, más diálogos que aporten algo de verosimilitud o humanidad a unos personajes que me interesan más bien poco, y sobre todo más locura, más desenfreno, más terror... Pero es difícil igualar los gritos de Marilyn Burns.