Película documental que narra los intentos conocidos hasta la fecha para matar a Franco. Casi todos los que lo intentaron acabaron muertos, algo que indica dos cosas: eran muy chapuceros y todo el país y la escasa resistencia estaban agujereados como un queso de Gruyère.
Entre estos intentos de asesinato destacan algunos perpetrados o al menos fomentados por personas cercanas ideológicamente al régimen del dictador. Conviene señalar una frase aportada por un "rebelde" que dice que "Franco no murió en la cama, murió de miedo". Sea como fuere el caso es que murió y se llevó a cabo la tan ansiada transición a la democracia.

Película muy bien contada, con buen ritmo y buenas interpretaciones. Con una factura casi documental y muy acercada a los hechos históricos acontecidos, aunque algunos revisionistas quieran en la actualidad cambiarlo todo y presentar a Franco como un estadista que sacó a España de su atraso ancestral.

Una joven (Hedy Lamarr) comienza una nueva vida aconsejada por su psicoanalista. En esta nueva vida conoce a un hombre que la cambiará, pero no puede borrar de un plumazo todo lo anterior.
Película que camina cercana a "Recuerda" de Hitchcock,lo digo por el tema del psicoanálisis, pero sin la contundencia de ésta. Lo mejor: los decorados de la redacción dónde trabaja el personaje de Lamarr y la propia Hedy Lamarr. Lo peor: la moralina hacia la mujer trabajadora e independiente.

Repugnancia, eso es lo que sentí al verla. Una provocación que tiene como fin sacar lo peor de cada uno y hay que admitir que lo consigue, por desgracia para todos los que la hemos visto. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera hecho en España?, ¿habrían empalado a actores y a director en plaza pública?, ¿cuántos irían a ver el empalamiento?.

Tengo que reconocer que hacía tiempo que una película de Hollywood no conseguía llevarme sin poder apartar la vista de la pantalla, esto es cine. Se acuerdan de la famosa frase del recuadro que había que rellenar, pues Fincher lo rellena siempre con acierto llevándonos por un mundo onírico en el que hasta Douglas está bien. Para disfrutar y sorprenderse.