El Universo de los superhéroes en el cine en la mayoría de las ocasiones es simpático y complaciente con pocas tonalidades grises. Malos muy malos, buenos...parece como si la sombra de Disney fuera mucho más alargada de lo que creemos.

La mayoría de las series y películas, hechas con intenciones de convertirlas en un "blockbuster" rara vez arriesgan a darle un carácter más adulto, menos juvenil al asunto. Pocas veces se recrea en la series el ambiente policíaco y negro, con mil matices, duro y desconfiado como en la que nos ocupa (por si lo están pensando, Gotham ha quedado en un intento chusco, pésimamente escrito). Esta serie condensa esa realidad dolorosa del detective privado de bajos fondos y adicciones varias con los "cuentos de Marvel"; se puede ver como un caso más de la detective protagonista o como una lucha de superhéroes. El experimento sale bien, algo flojo el desarrollo de la trama en algunos capítulos, buena construcción de personajes, muy buenas actuaciones, y efectos especiales correctos, de esos que no te dan vergüenza ajena. Consigue que la protagonista te caiga incluso simpática a pesar de su "dramón" interior y su hostilidad infantil. De remate, como no podía ser de otra forma en todo lo que sale de Hollywood, y aunque ya estamos más que acostumbrados, la propaganda multicultural está, una vez más, omnipresente.