Amo el mar, vivo en un pueblo de mar, nunca practiqué surf.
Este documental maravilloso, emocionante, profundiza en 6 episodios sobre la locura, la odisea, el reto de conseguir deslizarte sobre una ola gigantesca, de conquistar un Himalaya marino.

La música, el sonido del mar, la belleza y la fuerza inmensa del mar, y la pasión, el miedo, el rigor, las dudas, el dolor, los motivos, las sensaciones, la amistad y la camaradería, el amor al mar y a su pasión, se funden en un todo y consigues entender, embriagarte por esas emociones, que un principio podrían parecer ajenas al espectador o incluso un mero espectáculo pero que finalmente te llegan a alcanzar. Bellísimos primeros dos episodios y definitivo el último.

La podría haber filmado Hawks o Ford.

Mcnamara es Wayne.

Amar a alguien es imperfecto. Este monstruo filma el amor. El sentimiento del amor. Filma el enamoramiento, la pérdida de la persona amada, la conquista, el reencuentro. Filma el hechizo, el mundo bello visto por el que ama. Hitchcock filma el amor, su irrealidad, su imperfección, su belleza, su magia.

Quien ha amado y ha perdido a la persona amada y algún día la llega a ver reflejada en otra persona, si ve Vértigo, comprenderá que ese hombre no pretendió únicamente llenar una sala de cine.

Tenia recuerdos de cuando era niño y en la tele emitían películas en blanco y negro. Ahora he cumplido 47 y he tenido la oportunidad de recuperar de mis recuerdos imágenes de batallas y emociones, y sobre todo, un momento, un momento único, singular, lírico, cuando yo no sabía ni qué quería decir eso pero del que siempre me he acordado.

Después de ver Senderos de Gloria, La Delgada linea roja, Salvar al Soldado Ryan, etc. etc, tantas obras fundamentales, sería injusto no incluir dentro de las películas imprescindibles esta obra maestra. Es una obra maestra porque se rodó en 1930, con efectos innovadores, con coherencia narrativa, con interpretaciones veraces, es tan buena que parece por momentos un documental, las batallas son extraordinarias. Porque si algo me ha sorprendido al visionarla es el arrojo con el que está contada, la sinceridad, la crudeza.

En 1930 fueron capaces de filmar algo tan crudo, tan sobrecogedor,tan desnudo. Es inesperado. Eso merece ser calificado como una obra maestra.

Por no extenderme y repetir lo dicho en otras críticas, pero sí algo que creo que no está suficientemente subrrayado. Esta película hipnótica es terriblemente bella y siempre está viva.

Un día esa película aburrida y extraña te capta. Dejas la adolescencia y sus brumas y sonries con aquellos con los que jamás hubieras pensado reir. Te haces mayor porque sientes ese final, porque te emociona esa música apasionada. Creo que necesitas tener una madurez personal para sentir esta obra maestra, compleja, profunda, bellisima.