Otra oportunidad perdida.
Un tema actual de gran importancia, una historia real, la posibilidad de hacer un film serio y que deje poso; pero como siempre, fracasan. Les pueden las banderas y vender su panfleto.
En lugar de tratar la historia en toda su magnitud, se fijan solamente en los detalles y, de paso, nos cuelan un reclamo político que, además, es irreal.
Entre todos y cada uno de los malos planteamientos, sorprende la inconsciencia del profesor con la España de 1935, y como la directora omite totalmente los problemas reales de la España de entonces (independientemente de los colores de unos y otros), para mostrar una estampa idílica e idealizada de algo que no lo era.
Luego está el personaje de Laia Costa, al que hay que dar de comer aparte. Toda la película enfurruñada, tratando mal a quien se le ponga por delante, exigiendo por doquier sin dar nada a cambio, maltratando a su madre...¿porqué? Nunca lo sabremos, no tendrán la delicadeza de explicarlo. Como tampoco que le corra prisa buscar los orígenes de su abuelo cuando este se encuentra en sus últimos días...
Un mensaje muy bucólico, en la que unos muy muy buenos lo hacían todo bien y los muy muy malos no les dejaban. Una lectura simplista de una realidad mucho más compleja.
Seamos serios y sepamos interpretar lo que pasó en su justa medida, aceptando las virtudes pero sobre todo asumiendo los errores, y muchos, que hubo por parte de ambos bandos; y no mostremos solamente lo mal que unos lo hicieron.
Películas como esta no ayudan, no enseñan, dan una visión sesgada de algo de lo que todavía tenemos que aprender.
Mal.

Siempre es peligroso acercarse tan de cerca a personajes que residen en el imaginario nacional.
En ese camino se encuentra "Saben aquell". Es un loable ejercicio de descubrimiento de la persona detrás del personaje.

La interpretación de David Verdaguer es excelsa. Su mirada recuerda todo el rato al conocido Eugenio, en dónde muestra una serenidad mezclada con un profundo poso de melancolía. El tono y la expresión de la voz, algo tan característico de Eugenio, es idéntico. Solo per esta interpretación vale la pena el visionado.
También es preciso destacar el papel de Carolina Yuste, que se hace con la función en todo momento.

A favor está que la ambientación está muy lograda (calles, bares, locales, vestuario), te transporta a los años 80, si bien en algún momento se nota demasiado que es una película, puesto que todos los coches que aparecen en la calle están excesivamente limpios y con aspecto de estar muy cuidados.

En contra es que a mitad de película hay un bajón de ritmo y después cuesta un poco arrancar de nuevo.

Por último, esta película debe verse en VO en catalán, ahí se aprecian los matices de las grandes interpretaciones.

Asombrado estoy ante la avalancha de nominaciones a los premios Óscar que tuvo Barbie. Cada día se desprestigian más.
Esta película, si bien parte de una curiosa premisa, rápidamente se convierte en lo peor que le puede pasar a un film: hacer el ridículo.
Y una vez superada esa barrera, pese al intento de dotar de profundidad a la historia (cosa que se podría conseguir), no consiguen eliminar la sensación de sentirme estafado.

Luego habrá lecturas de feminismo, empoderamiento, igualdad...todo loable, pero la verdad es que lo que consiguen es difuminar cualquier mensaje y al final te queda la sensación de que esta película es una memez.

Una pérdida de tiempo.

Creía imposible que se pudiera dar una nueva vuelta de tuerca a esta historia tan reproducida en películas y libros. Pero Bayona ha sabido hacerlo con maestría.
De principio a fin esta película te mete en el avión con los protagonistas y te hace partícipe de todo lo que les sucede. Resulta imposible abstraerse de lo que estás viendo. Todo está rodado con una perfecta naturalidad, las actuaciones son tan espontáneas que te contagias de los sentimientos de los protagonistas, sus sufrimientos y sus dilemas. Todo desde la distancia, con mucho tacto y delicadeza, mostrando los hechos como algo secundario, en dónde lo principal son los protagonistas, por los cuáles se evita partidismos o bien que el espectador elija favoritos en esta historia.
La mano de Bayona es sutil, pero firme, y te muestra lo que necesitas para implicarte en la historia.
En resumen, imprescindible.

Quien mucho abarca poco aprieta.

Demasiados personajes, demasiadas historias, demasiados diálogos...añádele la maldita manía de realizar saltos temporales a gusto del director, y así terminas de destrozar una historia que todo el mundo debiera conocer.
Me sobra metraje, me sobran personajes y tramas; céntrense en el proyecto Manhattan y luego, si quieren, hagan una secuela, precuela o spin-off de las infinitas implicaciones políticas, sociales, personales que pueda tener. Pero intentar meterlo todo en la batidora es, sencillamente, imposible. Ni con 3 ni con 5 horas. Y eso es lo que ha hecho nuestro amigo Nolan.
A mi parecer, el resultado es una película agotadora, difícil de apreciar, pese al buen trabajo de los actores o la magnitud de la historia. Se pretende dar demasiada información, es un bombardeo constante de diálogos entre un desfile continuo de personajes que acaba aturdiendo al espectador. Además, que la historia no sea lineal no ayuda en nada, es más, creo que le resta. Parece un videoclip de hechos mezclados con diálogos y saltos en el tiempo. Un galimatías que pierde el sentido a cada minuto.
El resultado es el agotamiento.