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Críticas de Beatriz Jimenez
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Críticas 127
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
8 de febrero de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero es aclarar que, en Diamantes en bruto, la cuestión no va de diamantes, pero es lo que pasa cuando no se traducen bien los títulos (Uncut Gems). Gemas aparte, de lo que trata esta producción, estrenada en Netflix, es de la vida de un perdedor de libro. Un hombre judío, que se dedica a la joyería, que, debido a sus constantes malas decisiones, a su adicción a las apuestas y a un poco de mala suerte, se encuentra en graves problemas que no dejan de crecer como si de una bola de nieve se tratase.

Un hombre encarnado por un sorprendente Adam Sandler, que no solo se aleja de las comedias simplonas a las que nos tiene acostumbrados, si no que realiza un espléndido trabajo en la piel de este jugador desesperado y autodestructivo.

Y esa desesperación nos la transmiten los hermanos Benny y John Safdie, responsables de la dirección del filme. Con una ágil puesta en escena, que no deja respiro al espectador, escenas con un ritmo narrativo endiablado y un guion lleno de diálogos a velocidad de vértigo, que transmiten auténtica angustia.

Sí, porque avisado quedas que este filme resulta estresante de ver, pero eso no es óbice para que Diamantes en bruto sea uno de los mejores ejemplos de buen cine. Cine de mafiosos, sí, aunque estos sean judíos en vez de italianos.

https://www.bollacos.com/diamantes-en-bruto-el-perdedor/
Beatriz Jimenez
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10
8 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
1917 es el tipo de film por el que amo el cine. No hace falta más que analizar un poco la producción. No tiene un gran guion, de hecho la historia no puede ser más simple. Dos soldados reciben el encargo de entregar un importante mensaje, pero para ello deben atravesar la tierra de nadie, ese pedazo todavía ni reclamado ni ganado que separa los frentes enemigos. Y enfrentarse a posibles combatientes alemanes, en una misión contrarreloj hasta encontrar el batallón aliado, para avisarles de que se enfrentan a una trampa.

Y aquí es donde entra la magia, aquello que hace grande a un film. Y no es otra cosa que la mirada de un director excepcional, Sam Mendes, que persigue y pega la cámara a sus protagonistas durante todo el metraje. Y el efecto no es otro que el de sentir esta peripecia en primera persona. Porque la puesta en escena te sumerge directamente en las trincheras de barro, entre soldados exhaustos, heridos y asustados. Porque te hace sentir cada bala que silba en el aire, cada contratiempo encontrado en el camino, cada sobresalto. Porque te transmite el miedo, la responsabilidad hacia las vidas de otros, la devastación de la pérdida y el absurdo de la guerra.

Y para ello Mendes ha elegido encadenar una serie de planos secuencia (para que simulen ser uno único) durante los cada uno de los 119 gloriosos minutos de esta maravillosa producción. Porque en estos tiempos donde prevalece el no dar descanso al espectador, con productos de consumo rápido, con acción acelerada compuesta por planos/contraplanos y composiciones más propias de los videoclips, encontrar a un realizador como Sam Mendes, que recupera el Arte (sí, con mayúsculas) de crear y rodar cine es realmente inspirador.

Solo es necesario ver algunas escenas de 1917 para reconocer el excelente trabajo de fotografía. Porque además 1917 se rodó de manera cronológica (algo no demasiado común) y casi en tiempo real, lo que supuso un reto adicional para grabar bajo las mismas condiciones climatológicas. Aparte de asegurarse de la consistencia de las bellas imágenes, hay que quitarse el sombrero ante el trabajo de Roger Deakins, el director de fotografía, que no pudo iluminar los exteriores, pero consigue exprimir al máximo la luz y jugar con los claroscuros. Por cierto, no os perdáis su web donde responde dudas en la sección de foro.

Y por último reconocer especialmente la interpretación del protagonista principal, George MacKay (El secreto de Marrowbone), con el que es imposible no empatizar; y las breves apariciones de rostros muy conocidos (Benedict Cumberbatch, Colin Firth o Richard Madden), que enriquecen con su trabajo esta fntástica producción.

Lo más relevante de esta 1917 es como Mendes y Deakins han logrado que el espectador experimente la acción del film en primera persona, una experiencia inmersiva, como el mismo director de fotografía la denominaba. Y así, esta misión casi suicida, que lucha no solo contra los enemigos, sino contra el tiempo mismo, se vive intensamente como si se estuviera allí a cada paso del camino. Y sí, esa es la magia del cine.

Lo mejor: ya lo he dicho, todos y cada unos de los 119 minutos de esta obra maestra. Dos inspirados directores: el realizador (Mendes) y el director de fotografía (Deakins).

Lo peor: no se le puede poner ni una pega. Bueno, quizás sí, el trabajo de Dean-Charles Chapman (el Tommen de Juego de tronos), que creo no se encuentra al nivel que se merece esta producción.

https://www.bollacos.com/1917-la-magia-del-cine/
Beatriz Jimenez
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5
8 de febrero de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pregunta es más bien retórica, porque no hay duda, Puñales por la espalda podría ser cualquiera de las adaptaciones cinematográficas de los libros de Agatha Christie. Están todos los elementos: un elenco de rutilantes estrellas que recupera también antiguas glorias, un investigador privado en la tradición de Poirot o Miss Marple, un cadáver, un espacio cerrado donde se concentran todos los sospechosos y 2 horas para descubrir quién es el culpable.

Aquí el alter ego del extravagante Poirot está interpretado por el OO7, Daniel Craig, en el que creo que es un error de casting, ya que el personaje no le va en absoluto; menos mal que ahí está Toni Collette para acaparar todas las miradas, muy bien acompañada por Jamie Lee Curtis o la breve aparición de Christopher Plummer.

Y contamos con representación hispana, con la ubicua Ana de Armas, que hace un buen papel (pero no digno de una nominación a cualquier premio, tampoco exageremos), además del resto de caras conocidas (Don Johnson, Chris Pratt, Michael Shannon o Katherine Langford).

Así, el realizador Rian Johnson (Star Wars: los últimos jedi, Looper) compone una típica película de misterio, que resulta entretenida, pero que no aporta nada nuevo al género. Y, lamento decirlo, pero más que un filme digno de la pantalla grande, parece una película que bien podría haberse destinado a su estreno exclusivo en televisión.

Porque nada sorprende, todo nos recuerda a títulos más que vistos, con tramas más fluidas y personajes más interesantes. Sobre todo, destaca lo previsible de la historia, que elimina en gran parte el suspense y la resolución del famoso “who done it” (quién es el culpable).

Por ejemplo, la revisión de Kenneth Brannagh, Asesinato en el Orient Express, consigue mucho mejor su objetivo y resulta mucho más atrayente que la producción que nos ocupa. Pero, una vez dicho esto, si eres fan de las adaptaciones de Agatha Christie, este filme no te va a decepcionar.

Lo mejor: Toni Collette se come la pantalla (y al resto de sus compañeros) cuando se encuentra en escena.

Lo peor: una pena, porque Rian Johnson es un director que suele firmar proyectos bastante más interesantes, ¿dónde se ha ido la inspiración que creó esa sorprendente, maravillosa y original Brick?

https://www.bollacos.com/punales-por-la-espalda-monsieur-poirot/
Beatriz Jimenez
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7
8 de febrero de 2020
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Netflix sigue apostando por mejorar la calidad de su oferta de producción propia en cuanto a largometrajes se refiere. Una asignatura pendiente para el que es uno de los referentes en el mundo de las series. Tras el éxito de Roma, de Alfonso Cuarón, y el último filme del reputado Martin Scorsese, El irlandés, la plataforma de streaming ha presentado esta Historia de un matrimonio, del director y guionista Noah Baumbach (Frances Ha).

Una de las cosas que más destacan de esta interesante producción es la popularidad y calidad de su reparto: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Alan Alda o Ray Liotta. Todo al servicio de una historia que narra la destrucción de un matrimonio y el siempre complicado proceso de divorcio.

Se trata de una historia sencilla, que poco a poco va mostrando las frustraciones, la falta de comunicación y los sacrificios de una relación que, de puertas afuera, parecía tan idílica como perfecta. Y ahí está uno de los grandes valores de esta producción, en asomarse tras la cortina, en desmontar las apariencias para sacar a la superficie los problemas a los que muchas parejas deben enfrentarse día a día.

Y se sustenta en un sólido reparto, que realiza un buen trabajo, aportando humanidad a sus personajes, porque aquí no veo estrellas, sino gente normal en un momento esencial de sus vidas. Hay que resaltar especialmente el caso de Laura Dern, que hace una gran labor encarnando a una abogada demasiado agresiva; y a Alan Alda, qué placer volver a ver a este actor en la gran pantalla. Mientras los protagonistas, Johansson y Driver, componen dos buenos personajes, así como el resto del elenco.

Personalmente, no creo que sea una de las mejores películas del año, como se la está tildando, y sobre este mismo tema, no dejo de recordar a la muy superior y recomendable Blue Valentine; y me parecen excesivos tantos los elogios exacerbados como algunas de las nominaciones a diferentes premios (Scarlett Johansson y Adam Driver realizan unas interpretaciones correctas, pero no tan destacables como para merecer un premio por ello; afirmación que creo se aplica también a la totalidad de filme), pero sin duda se trata de una apuesta interesante que bien merece un visionado.

Lo mejor: la parte en la que el personaje de Laura Dern denuncia el doble rasero a la hora de juzgar a las madres, que deben ser perfectas y sin mácula, frente a la figura del padre.

Lo peor: Baumbach ha optado por la esperanza y muestra la mejor cara de un proceso de divorcio, con la pareja intentando no despedazarse en el intento. Por una parte puede ser algo a alabar, por su positividad, pero por otra me parece un poco ingenuo, y que pocas parejas en la vida real se comportan de esa manera (por desgracia).

https://www.bollacos.com/historia-de-un-matrimonio-el-inicio-del-fin/
Beatriz Jimenez
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6
8 de febrero de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Martin Scorsese vuelve a sus raíces, a los temas que mejor conoce y que le han encumbrado como uno de los mejores directores del séptimo arte. Lo hace con El irlandés, una nueva mirada a la mafia, basándose en el libro I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt.

De hecho, si no lo supiéramos, podríamos decir fácilmente que el filme se ha rodado en los años 70. Porque El irlandés parece un ejercicio de nostalgia. Scorsese no solo ha revisitado sus temas preferidos (cómo un hombre de la calle va escalando dentro de una organización criminal, la lealtad, la familia y la traición), sino que recupera a su actor fetiche, Robert De Niro, y a un estupendo Joe Pesci, además de incorporar a Al Pacino, tres pesos pesados que constituyen el máximo exponente del mejor cine que se ha rodado sobre la mafia.

Y sin embargo, Scorsese no consigue recrear la fuerza y el talento que concibieron esa fantástica cinta que fue Uno de los nuestros. Porque, sí, El irlandés es una película muy bien rodada (Scorsese es uno de los grandes y la dirección está a su altura), con una muy buena producción y unos actores de lujo (además del trío protagonista, podemos ver a Harvey Keitel, Stephen Graham o Anna Paquin), pero que pierde su interés en la parte central del filme.

Mucho se ha hablado de la duración del filme, 3h 29min, pero no creo que sea una cuestión de exceso de metraje, más bien creo que el ritmo es irregular y que directamente lo que nos intenta contar en esa parte central no consigue captar nuestro interés. Porque, en cambio, el inicio y el desenlace de la producción son realmente buenos. Ver cómo el personaje de De Niro se involucra en la organización criminal y cómo consigue la confianza y amistad de uno de sus líderes (un fantástico Joe Pesci) sigue funcionando muy bien y probablemente sea una de las partes más interesantes del filme. Sin embargo, el ritmo decae, y mucho, cuando la cámara se centra en la figura de Jimmy Hoffa, interpretado por un desatado Al Pacino.

No es que sea un mal filme, que no lo es, pero definitivamente ni es la obra maestra que claman muchos ni es una película redonda. No puede serlo cuando desconectas durante su meollo central. La salva el gran oficio de un excelente director y que, afortunadamente, el ritmo vuelve a recuperarse en el tramo final.

Aún así, creo que merece la pena ver El irlandés, ya sea a través de Netflix o, mucho mejor, en una de las pocas salas donde se ha estrenado, porque sí, la nostalgia es muy contagiosa y, qué quieren que les diga, ver otra vez a estos 3 grandes (De Niro, Pesci y Pacino), hasta rejuvenecidos por obra y gracia del CGI, siempre es un placer y rescatar lo que parece una cinta clásica sobre la mafia, también. Una lástima que no sea esa obra maestra que tantos se empeñaban en llamar, incluso mucho antes de su estreno.

Lo mejor: ese aroma a clásico y la interpretación de Joe Pesci, para mí la mejor de todo el elenco de actores.

Lo peor: la pérdida de interés que produce su tramo central.

https://www.bollacos.com/el-irlandes-nostalgia/
Beatriz Jimenez
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