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España España · Madrid
Críticas de Sagitus
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Críticas 29
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
26 de septiembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La industria europea, y ahora la española, nos ha devuelto esa visión inocente que, como el niño protagonista del clásico Cinema Paradiso, contempla la imagen sabiendo apreciar la calidad artística que hay en ella y no sólo sus incorporaciones informáticas. Pablo Berger ha situado su película en la sección oficial del 60 aniversario de este festival internacional con la pretensión de sacarla por la puerta grande en los Òscars. Recupera el espíritu y la tradición española para colocarlos de fondo en esta historia que tanto protagonismo ha tenido este último año con las múltiples adaptaciones. En la película, prima la plasmación del alma andaluz y nos evoca un cálido recuerdo por todo lo tradicional. Gracias a que la cinta es muda, se explora el potencial interpretativo, mucho más real que teatrero, ya que los clásicos, al carecer de palabras, veían la necesidad de expresarlo todo mediante el movimiento; sin embargo, en esta película vemos la magia de la dirección de actores y la importancia que tiene la mirada y la emoción en un simple silencio; por eso, el director optó por utilizar planos que acercasen más al drama y en donde se pudiera expresar todo.
La narración nos enlaza la historia del torero con la de su hija; nos mueve por el camino que ha seguido cada uno y así descubrimos ese espíritu luchador y cálido en ambos personajes, que insisten con determinación en alcanzar el mismo sueño y en la defensa de unos valores. Carmen García en los últimos años ha demostrado también su talento delante de las cámaras (El Internado, Amar en tiempos revueltos, High School Musical). Su presencia en escena cobra fuerza debido a que otorga a sus personajes sencillez y sinceridad, pero sobretodo, demuestra una pasión interpretativa. Maribel Verdú, quien lleva la fuerza del drama en la cinta, ganó el Premio Goya, el Premio Nacional de Cinematografía en España y el Premio Ariel en México, lo que la convierte en un símbolo nacional en el ámbito cinematográfico. El personaje de la madrastra encarna la pura contradicción de Blancanieves; frente a dulzura, vemos frialdad; en el amor que demuestra Blancanieves, Encarna nos enseña el odio… Ambos personajes, el protagonista y el antagonista, se complementan, al igual que no puede existir el Mal sin el Bien. No hay duda de que, en esta cinta, la mujer es la protagonista; aunque el papel del padre aporta calidez y ternura, el apoyo familiar que Blancanieves necesita para seguir adelante.
Es interesante la mezcla que hace de cuentos clásicos (Pulgarcito, Cenicienta…) y cabe aplaudir cómo mantiene la base fija en la ficción de los Grimm a través de detalles concretos que remarcan la identidad de cada uno de los personajes y su similitud con los de la obra clásica. Sin duda, Blancanieves de Pablo Berger va marcar un antes y un después en el cine español, pues conduce nuestra producción a explorar unos niveles que sólo se habían atrevido alcanzar algunas realizaciones europeas y además, lo aborda con éxito, pudiendo obtener un notable resultado en los Oscars de este año.
Sagitus
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7
22 de junio de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está basada en un libro que ha sido escrito por el hermano del director, David Foenkinos –quien también coopera en la dirección del largometraje-, y que ha conseguido convertirse en un gran fenómeno al lograr una venta de más de 7.000 ejemplares y 10 premios literarios franceses.
Ambos hermanos se juntan para elaborar una exquisita comedia romántica de ciertos momentos dramáticos con la que uno puede disfrutar del mejor tono francés. La historia comienza con una mujer, Nathalie (Audrey Tautou), que ostenta una sutil elegancia, una irresistible sencillez y una felicidad envidiable. El tono positivo termina cuando ella sufre inesperadamente la pérdida de su marido; entonces, los agradables primeros minutos se convierten en un escenario gris oscurecido por la irremediable pena de la protagonista. Perseguida por el enamoramiento caprichoso de su jefe de trabajo, los cotilleos de sus compañeros y su aislamiento familiar, Nathalie ahoga su vida en su responsabilidad laboral. Sin embargo, el amor y el reencuentro consigo misma lo halla tras un inconsciente desahogo emocional con un compañero de trabajo, Markus (François Damiens), un sueco de poco éxito social aunque desbordante de bondad y calidez.
Stéphane Foenkinos ha trabajado esencialmente para otros grandes directores, como Woody Allen y Terrence Mallick. No obstante, su historia a la cabeza de las cámaras comienza con este gran éxito fílmico junto a su hermano. Es excepcional el tratamiento con el que consiguen exponer las sensaciones así como el radical contraste de emociones y personalidades de los personajes trasladándonos del placer al dolor, de la angustia a la alegría… sin romper en ningún momento con la credibilidad. La narración está muy bien construida, lo que nos permite enlazar las situaciones y adaptarnos adecuadamente a los personajes, y acentúa su interés por mostrar la interioridad de los protagonistas con intervenciones de sus pensamientos en voz en off, lo que nos permite viajar de la realidad al corazón de los personajes.
La música francesa que nos acompaña está en boca de la artista francesa Emilie Simon, cuyas letras declaran el valor sentimental que prima en momentos claves. Los planos, así como el color y la luz elegidos para cada fotograma nos transmite la idea fundamental que envuelve a los protagonistas: delicadeza. La capacidad de Audrey Tautou de ofrecer a sus personajes un tono misterioso, dulce y elegante nos facilita el acercamiento a Nathalie. Sin embargo, la empatía del espectador recae sobre François Damiens, que trabaja una interpretación de lo más sencilla pero desbordante de nobleza y bondad; es un hombre que a primera vista carece de valor pero es quien recoge el testigo de la entrega verdadera, lugar donde uno puede hallar lo mejor de uno mismo.
Sagitus
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9
22 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El General George Broulard, tentado por una oferta del General Miró, ordena al Coronel Dax (Kirk Douglas) a llevar a cabo una ofensiva para tomar un punto estratégico de la artillería alemana. Aunque Dax considera el ataque un suicidio, obedece las órdenes. La Brigada 119 se desordena ante el ataque inminente alemán, provocando la retirada y la insubordinación. Ante el hecho de cobardía, el General Broulard convoca un consejo de guerra para condenar a unos soldados de dicha Brigada, escogidos al azar, como represalia a la unidad por su traición.
Como sabemos, la Guerra de Trinceras fue un acontecimiento en donde la muerte se cobró montones de vidas, perdidas la mayoría por sus penosas condiciones. La historia recrea un acontecimiento real, donde la Brigada 119 fue castigada por el Consejo de Guerra por insubordinación con la ejecución de cuatro soldados escogidos al alzar.
El director Stanley Kubrick nos demuestra su postura crítica ante la humanidad, su conciencia y sus luchas por la moralidad. La narración, sencilla, pero de un potente valor simbólico y político, nos presenta realísticamente la situación bélica en las trincheras, las bajas condiciones de los soldados y su silenciado malestar. Cabe destacar la relación entre los altos mandos y los soldados, que por la presión que ejerce sobre el ejército la opinión pública, provocó numerosos actos inhumanos entre los altos mandos militares. El arte estético de Kubrick para presentarnos la mirada del desarrollo narrativo es espectacular, sobretodo con la cámara, cuyo ojo omnipresente recoge muchas veces el papel de testigo o de protagonista para hacernos partícipes de la postura crítica del conflicto. La música contiene un tono que exalta (¿irónicamente?) la patria de los franceses, así como los compases de campaña militar en las escenas bélicas o más épicas en el escenario del proceso militar. El tono en blanco y negro dota a la cinta de un realismo potente, que nos introduce en la situación cual grabación documental de la época.
La defensa del director por valorar la defensa de la postura moral y de la persona por encima de los intereses personales es constante y además, bastante expuesta, lo que elevó la indignación de muchos espectadores, especialmente franceses y altos mandos militares, ante la postura política de la película. Por otro lado, la presencia de la joven alemana cantando ante los soldados franceses contiene una connotación simbólica clarísima: que la Guerra Mundial no es más que un conflicto caprichoso de “los de arriba” por sus ambiciones y diferencias políticas, y el contexto del lamento alemán, representado en una inocente joven ante los aliados; nación maltratada tras la I Guerra Mundial, posteriormente levantada como la mayor fuerza militar iniciando así la II Guerra Mundial.
Sagitus
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7
14 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque Night Shyamalan ha sido muy criticado y rechazado por ésta película, ha de aplaudirse su trayectoria cinematográfica y su firme personalidad y decisión de transmitir en todos sus proyectos una huella humanística. La postura del director persiste en reconocer sus inquietudes y preocupaciones por la construcción de un mundo mejor.
Aunque demuestra querer crean un nuevo mundo, ya nos manifiesta que prefería detenerse en el fondo de la trama que en la construcción de una nueva mitología. La historia se recrea en un único espacio: un bloque urbanístico que se cierra entorno a una piscina. El jefe de mantenimiento es Cleveland Heep (Paul Giamatti), un hombre sencillo, de cara tristona, que vive entregado a su trabajo: el servicio a los demás. Su cotidianeidad se quiebra el día que tiene un encuentro con una joven que se bañaba por las noches en la piscina. La extraña resulta ser Story (Bryce Dallas Howard), una ninfa del agua, habitante del Mundo Azul, quien dice tener una misión y que por esa misma misión, está en peligro de muerte.
He de resaltar la banda sonora, obra del compositor James Newton Howard, que con las sencillas pero marcadas notas de viento, se genera una atmósfera espectacular de misterio, magia y emotividad. Actualmente se exige a los directores una presencia explícita de cada estructura narrativa de los guiones, sin embargo, no todas las películas han de cumplimentar con las exigencias visuales del espectador; con una presencia más sencilla, nos llega el mensaje limpio, libre de excesivas manipulaciones perfeccionistas que ensucien la sutileza del fondo de la película (si acaso lo tienen).
Night Shyamalan se centra en los personajes, la interioridad de cada uno y la función que cumple cada uno. Éste es el sostén de la película, no la trama, y esto nos lo demuestra con un manejo clave de la cámara, que aunque pueda resultar confuso, oculta una intencionalidad persuasiva; me refiero a planos que se detienen en los rostros de los personajes para demostrarnos sus reacciones ante lo que ven y lo que oyen, así como sus inquietudes a través de la mirada. Así conocemos a Cleveland, un hombre apocado por las dudas, por el temor a afrontar sus miedos y pasado, tartamudo al carecer de seguridad en sí mismo; un personaje que, ¿puede presentar al mismo director en su camino hacia el encuentro con la Verdad y el Misterio?. Por otro lado, la magnífica y enigmática Bryce Dallas, una joven perseguida por el Mal, que desea acabar con ella por el bien que es capaz de hacer, la clave para abrir la llave del corazón de los hombres y hacerlos despertar a la Verdad.
Shyamalan recibió 2 Premios Razzie al peor director y actor secundario, pero lo apreciemos o no, se ha convertido en un personaje clave en el ámbito cinematográfico, ya sea por su genialidad y personalidad que consiguen alcanzar al expectador, o por su talento y valor de demostrar la profundidad humanística por encima de las cláusulas estéticas cinematográficas.
Sagitus
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5
11 de mayo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obsesión de Tim Burton por presentarnos la realidad más monstruosa, hogar de las sombras menos insospechadas que habitan dentro de cada uno de nosotros, convierte al director en uno de los más complicados de definir y de interpretar dentro del ambiente artístico cinematográfico.
La película Sombras Tenebrosas se sustenta sobre los cimientos de una obra que tuvo un desorbitarte éxito en su tiempo. Hablo de una serie televisiva del 66 realizada por Dan Curtis. La historia habla de una familia, los Collins, que consigue un notable poderío en América a partir del siglo XVIII. Un día, el joven Barnabas Collins (Johnny Deep) cae bajo la maldición de una bruja, Angelique (Eva Green), quien al no verse correspondida en el amor, condena al joven Collins a la naturaleza monstruosa de un vampiro. El enfrentamiento entre ambos perdura a lo largo del tiempo involucrando a la familia de Collins hasta que Barnabas despierta de su tumba en los años 70.
Al estar ambientada en la época de los 70, recoge las modas del momento, la situación política, el nuevo sentimiento femenino de reafirmación, jóvenes rebeldes, padres liberales… todo ello enfrentado con un mundo completamente diferente y de cuento. En ella se apoya la unión familiar, la sinceridad del corazón y también la obsesión de Tim Burton en descubrir el alma en aquellos que son rechazados por la sociedad al ser calificados como diferentes. Barnabas es un hombre castigado bajo la naturaleza demoníaca de un vampiro, pero aun así, puede amar de verdad.
La obra, al ser una adaptación televisiva, la cual también tuvo sus complicaciones interpretativas, dificulta la comprensión de la trama, en la que se enredan múltiples situaciones y personajes, cada uno con su pasado y su presencia histórica; por lo que la pretensión del director de mostrarnos todo ello en una producción de menos de dos horas ha desdibujado muchos de los personajes y no ha trabajado multitud de expectativas que ha creado en el espectador.
Las interpretaciones son magistrales, empujadas por verdaderos genios del arte dramático (entre ellos, el siempre presente Johnny Deep y una magnífica Eva Green). La fuerza productiva lo acoge el equipo artístico, todos ellos antiguos colaboradores de Tim Burton (Rick Heinrichs, encargado del diseño de producción, el diseñador de vestuario Colleen Atwood, el editor Chris Lebenzon y el compositor Danny Elfman).
De nuevo, en su último proyecto, Tim Burton nos presenta a todos sus intérpretes ocultos tras una máscara, donde ni siquiera el más normal o la luz más pura, puede librarse de un mínimo de oscuridad; porque donde hay bien hay mal, así como donde hay luz, debe haber oscuridad. Tim Burton pretende presentarnos a esas personas, disfrazadas tras un traje monstruoso o con una naturaleza aberrante, con un alma igual de sensible y humana a quienes calificamos como más normales.
Sagitus
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