Feel the Beat es una historia de superación, de arreglar el pasado para mirar al futuro, llena de música, risas y llantos.

April (Sofia Carson) es una bailarina en Broadway que aspira a ser más que una chica corista, pero que tras un lamentable error, debe volver a su pueblo natal, encontrándose con todo lo que había abandonado en su momento. Tendrá que arreglárselas para hacer las paces con su pasado, mirar al presente y luchar por su futuro. Y además, tiene que hacer de profesora para un montón de niñas.

Sofia Carson, nuestra querida ex-princesa Disney, que se hace mayor, realiza un papel estupendo (encaja perfectamente como bailarina) y además siempre es un placer verla. Pero en esta película no es que se destaque mucho la actuación. Se debe valorar más las escenas de baile con los niños y con la propia Carson. Y esto último es maravilloso, especialmente hay dos escenas de baile muy, muy buenas.

Y al mismo tiempo, te encuentras con el drama (podría llamarse cliché) que todas estas películas suelen tener, ese en el que para que todo vaya bien primero debe pasar por el bache. Pero esta vez funciona ese pequeño drama. Podrían haberse adentrado en ciertos dramas secundarios, que tocan de perfil, pero que podrían haber dado quizás más juego.

Por lo demás, si lo que se desea es pasar un buen rato entretenido, disfrutando de una película, esta es una muy buena candidata.

Capone nos muestra el último año del que fue el capo de la mafia más conocido de Hollywood. Una obra sublime que pone los pelos de punta.

Impresionante es quedarse cortos, Tom Hardy hace una magnífica actuación haciendo de un Capone con demencia senil, y lo clava a la perfección. Las personas que hemos estado cerca de una persona con estos problemas nos podemos ver perfectamente reflejados en esta película.

Cada escena rodada nos lleva a algún momento que cualquier persona haya podido experimentar con un familiar o amigo que hubiera tenido estos problemas. Con una diferencia: Capone no es cualquier persona, por lo que además de la enfermedad de la demencia senil, se le añaden problemas propias de él: arrepentimiento de su pasado, dudas de sus familiares y amigos, sospechas, y casi llega a una esquizofrenia leve.

Pero es que además, buena parte de la película se ve desde la óptica de Capone, es decir, desde la óptica de una persona con demencia senil y todo lo que acarrea. El no conocer a las personas que te rodean, el experimentar visiones que realmente no se dan, la pérdida del tiempo y del espacio. Y todo eso es capaz de mostrarlo esta película.

No es una película para todo el mundo, quizás algunas personas no lleguen a comprender ciertas situaciones, pero sin duda es un reflejo muy fiel y muy bien llevado por parte del director Josh Trank de lo que es una persona con demencia.

Artemis Fowl es el "maestro del crimen". Un niño con una alta capacidad intelectual, cuyo padre Artemis Fowl Sr (Colin Farrell) se dedica a historias de hadas y robar cosas de museos o algo parecido.

Y poco más se puede contar de la trama, una trama que en principio podría dar de que hablar muchísimo, pero que cuyo desarrollo termina por estampar contra el suelo. Parece que la película ha tenido diversos recortes, uno tras otro, y hay muchas secuencias que no tienen mucho sentido. Se pasan toda la película corriendo, sin dar tiempo a pensar sobre lo que está sucediendo y el por qué de las decisiones.

El otro gran fallo de la película son las actuaciones, unas actuaciones muy malas, pero que son comprensibles si pones a dos niños como protagonistas. Y el resto de secundarios no terminan por cumplir su papel. Ni siquiera Judi Dench.

Ahora, lo positivo de la película es sin duda ese maravilloso diseño de personajes, todos muy representativos y que identificas fácilmente. Están muy bien construidos. El diseño de producción también es destacable con unos escenarios espléndidos, que llegan a enamorar. Y la música que acompaña toda la película, esa BSO irlandesa, que nos lleva a las leyendas medievales de aquella fantástica tierra.

Por desgracia, esto no es suficiente para hacer que una película cumpliera, y más con una premisa tan alta por lo que podrían haber construido, por la película que podrían haber realizado con tan potente mundo.

Hermanos de Armas (Da 5 Bloods) es una película de las antiguas que está ligada a la social-política actual en los USA. Y no solamente en los USA, si no que además nos muestran diferentes aspectos más, escondidos durante toda la película.

Paul (Delroy Lindo), Otis (Clarke Peters), Melvin (Isiah Whitlock) y Eddie (Norm Lewis) son unos veteranos de la guerra del Vietnam que junto con David (Jonathan Majors) vuelven a Vietnam por asuntos pendientes, entre ellos recuperar el cuerpo de Norman (Chadwick Boseman). En este viaje se enfrentarán a todo tipo de peligro, e incluso al enemigo interior que tiene cada uno.

La película es simplemente maravillosa, y no solamente por el tema reivindicativo racial que desprende, desde los pequeños apuntes de Historia negra que nos presenta, hasta pequeños guiños políticos y sociales que ocurren en USA desde el siglo XVII hasta la actualidad con el actual presidente.

Pero como digo, no es solamente esto. El guión es muy bueno, y tiene partes que hacen reír y otras llorar. La actuación de Delroy Lindo es digna de Oscar, y al menos merece la nominación el año que viene. Los personajes "secundarios" también están bastante bien. Y Spike Lee ha hecho un homenaje perfecto a Apocalypse Now, que siempre está genial recordar.

La fotografía de Newton Thomas Sigel (el mismo de Bohemian Rhapsody, Drive, Sospechosos habituales...) es digna de elogio, desde esos parajes maravillosos de Vietnam, hasta la cruda guerra. Esos cambios de formato de video, que nos llevan hasta los años 70, hasta el formato actual, hace que de forma divertida sabes cuando realizan los flashbacks.

Sin duda, es una película digna de recordar, y que además es de rabiosa actualidad con todo lo que está ocurriendo en USA. Escucharemos bastante de ella en los premios venideros, y en mi opinión, no es para menos.

El director de Lluvia de albóndigas 2, Kris Pearn, nos vuelve a traer una película animada basada en stop-motion con una historia peculiar en sí misma.

La trama es sencilla, una familia rara, muy extraña, en la que los dos padres solamente desean amarse uno al otro y tienen abandonados a los niños (Alessia Cara, Martin Short, Will Forte), de modo que estos deciden "huerfanarse". Creo que lo más entretenido y divertido de esta disparatada película es Ricky Gervais que hace de un gato callejero muy peculiar (como toda la película).

La animación no está nada mal, creo que dan un paso más avanzado en la tecnología del stop-motion, a pesar de meter algunas escenas secundarias reales (parece que ahora está de moda). También hay que destacar la canción que canta Alessia Cara, maravillosa toda ella.

Pero esto es todo lo que se puede destacar de la película, que no sorprende, y a pesar de pasar un buen rato con ella, es fácilmente olvidable.