Una película que Antonio Bandera rodó en Málaga con mucho bombo, pero que al verla en el cine me desilusionó, pues es muy abstracta, con mucho sexo, que no concuerda con la moral de los años 1970. Incluso con algunos fallos en el vestuario femenino, pues la moda de ir las mujeres con la barriga y el hombrito al aire, se impuso por los años 2000. Y sobre la fotografía de Málaga, solo se ve de pasada el Monumento a Torrijos en la Plaza de la Merced. A pesar de estar ubicado el Camino de los inglese, en lo que se llamaba “Camino de Vélez”, hoy Paseo de Reding. Y tener en sus proximidades la Plaza de Toros de la Malagueta, El Castillo de Gibralfaro, La Alcazaba, los jardines de Puerta Oscura, donde por esa época se iban las parejitas a arrullarse. Lo demás rodado en las afueras de Málaga. Vamos como si un director italiano rodara una película en Roma y no sacara el Coliseo.
¡Ah! Y lo de la Piscina, en aquella época las pocas piscinas que había en Málaga, eran privadas o de Club privados, por lo que había que entrar pagando. Y solo era para pijos. En fin que me esperaba más de esta película.

La encuentro bien llevada a la pantalla, pero la intriga y el interés que mantiene la novela, no se da en la película, que en algunos casos salen al paso como pueden. Ese es el pero que le encuentro a la película.

Es una gran película en la que se expone el drama del terrorismo con toda crudeza. El sufrimiento de las victimas y sus familiares. El engaño de los políticos, con su presencia, buenas palabras y promesas en los primeros momentos del atentado, para luego pasar al olvido, abandono e incluso traición a los afectados.
No se si la ha visto ZP y sus colegas que viven de la política. Pero creo que si la han visto habrán copiado lo malo del guión. Y si no la han visto, deberían verla para que aprendieran.

A las 22´30 h del pasado día 25-08-2006, comencé a ver con mi mujer en TV-2, Cine con ñ, la película española “El arte de morir”. Una película del cine moderno español, que no tiene ni pie, ni cabeza. Aunque al principio parecía que la trama prometía, pero en el transcurso de la misma se fue liando. Así que a las 23´45 h en un descanso publicitario, decidimos irnos a la cama, y no terminamos de verla.

Este tema se toca en "El Código Da Vinci", de Dan Brown. Cito textualmente:
El personaje de Tom Cruise en la película "Eyes wide shut" lo describía sin querer cuando se colaba en una reunión privada de neoyorquinos de clase alta y era testigo de un "Hieros Gamos". Por desgracia, los realizadores de la película no habían reflejado correctamente los pormenores, pero lo esencial estaba ahí, una sociedad secreta en comunión, entregándose a la magia de una unión sexual.