Es una serie de la que me gusta todo. Me gusta el ritmo. Me gusta la ambientación. Me gusta la recreación histórica. Me gusta la banda sonora. Me gustan las interpretaciones. Bestial. De las mejores series que he visto. Todos sabemos, más o menos, lo que ocurrió en Chernobyl, pero aún así, esta mini serie te atrapa y te tiene en vilo durante las cinco horas que dura. Sensacional.

Me declaro admirador de Ridley Scott, un director que nos ha regalado algunas de las mejores películas de la historia reciente del cine, como "Gladiator" o "Thelma y Louise", y sin duda, las mejores del género de la ciencia ficción. Me estoy refiriendo, como no, a títulos como "Blade Runner" ó a la primera entrega de "Alien". Sin embargo, es muy preocupante observar la deriva (no sé si llamarla "comercial" ó simple "chocheo") que ha tomado el otrora genial cineasta. Desde luego, esta nueva entrega de la mítica serie extraterrestre está muy alejada de su mejor nivel. Es simplona, previsible, comercial, está mal interpretada... si acaso, en su defensa se puede alegar que está bien producida, pero con el pastizal que ha costado no cabría esperar otra cosa. Por favor, Sr. Scott, retome su buen hacer... sus fans le estamos esperando....

La la land es un lobo con piel de cordero, una mosquita muerta que te endulza y aletarga durante una hora y media, entre coloridos vestidos de Stone y sonrisas amables de Goslin, unos primeros noventa minutos que te desarman y te dejan a merced de los acontecimientos. Y cuando estás donde ella quiere que estés, totalmente somnoliento, complacido y a gusto, te suelta una somanta de palos que te cogen totalmente desprevenido, indefenso... un tremendo golpe de realidad que hace que salgas del cine con la cabeza bajada, dándole vueltas a lo que acabas de ver... ¿qué son los sueños? ¿Aquéllo que deseamos alcanzar? ¿Ó todo lo demás que pasa a nuestro lado e ignoramos, porque solo tenemos ojos para esa ansiada meta? No se dejen engañar por la la land... terminará haciendo que se remueva en su butaca... Bellísima y Durísima a partes iguales

En una reseña reciente me referí a esta peli como una de las producciones españolas del año, en la línea de «Tarde para la ira» ó «Contratiempo». La de Sorogoyen es una película sórdida y densa, que cuenta mucho más que la simple persecución de un psicópata. La cinta relata la vida personal de quienes conforman nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, una existencia con sus propias imperfecciones, conductas que a veces resultan tan reprobables como las de aquellos a quienes persiguen. No en vano, son personas antes que policías. En definitiva, el cine español ha producido en pocos meses una hornada de excelentes thrillers, y «Que Dios nos perdone» es un buen ejemplo del momento dulce de nuestra industria. Muy Recomendable.

La película relata uno de los episodios más célebres, pero a la vez más desconocidos de la España de los 90. Un episodio que resume de forma paradigmática aquel país de la corrupción y del pelotazo, de los GAL, de los espías de CESID, y de tantos otros sucesos que ya forman parte de nuestra historia. En este sentido, los recursos con los que contaba Alberto Rodriguez para hacer una gran película eran inmejorables, a los que debemos unir la maestría de su director, que ya nos cautivó hace un par de años con "Isla mínima". Tampoco podemos olvidar al elenco de grandes actores con el que se contaba. Todo ello hacía presagiar una gran película. Pero lo cierto es que se trata de una buena película, pero no de una película excepcional. Con una trama demasiado enrevesada, un ritmo realmente desacompasado, y un final manifiestamente mejorable, podemos decir que la película es más interesante por lo que cuenta que por cómo lo cuenta. Desde luego que mantiene atento al espectador, pero no por su calidad artística, sino porque retrata de una forma cruda y sin tapujos lo que pasaba en aquella España de no hace tantos años. En definitiva, es una buena película para aprender cómo funcionaban (y funcionan) las cosas, pero que podría haber sido mucho más de lo que es. No obstante, animo a verla. Es historia viva nuestro país.