Interesante película sobre la Caza de Brujas en Europa en el siglo XVII, concretamente en este caso, la primera persecución de este tipo en Escandinavia. Siguiendo los hechos históricos que tienen sus similitudes en toda Europa, nos encontramos en líneas generales un grupo de mujeres, que conocen las propiedades curativas de las plantas y que acaban siendo juzgadas por un tribunal de hombres del pueblo por ser amigas del Diablo, o peor, por haber sido denunciadas por una razón todavía más estúpida.

La película se centra en Anna, una chica soñadora y muy enamoradiza, siendo esta la causa última de su desgracia al cometer un horrible error para quedarse con el hombre al que dice amar. Durante la hora cuarenta y cuatro que dura la película, vemos todas las tonterías que comete esta chica, pero también su lado bondadoso como se demuestra en la última media hora de la película.

Pese a que haya un no se qué en la cinta que le impida ser una película de categoría, es bastante entretenida y con el tiempo podría convertirse en un "referente" debido a las pocas películas que hay (que yo sepa) sobre este genocidio en la Europa del siglo XVII. Sin duda, una historia desconocida de un país que puede resultarnos bastante desconocido, que en realidad guarda el mismo patrón que demasiados otros países: el miedo a lo desconocido.

Esta película va de cabeza a "mis descubrimientos de los últimos años". No sólo la historia me parece muy original (colectivo LGTB en el que a un veterinario se le ocurre pedir ayuda a un antiguo mercenario de guerra y que este pida ayuda a viejos ex-combatientes para que les ayude a protegerse en el desfile del Orgullo LGTB de Belgrado de grupos neonazis) sino que además es también entretenidísima. La verdad es que por lo surrealista de la historia tiene momentos de reírse a carcajadas que por desgracia no duran toda la película.

Los derechos LGTB encuentran en Serbia un terrible campo de batalla, multiplicados además por el día del desfile (título de la película), con la presencia de grupos de neonazis, gamberros y con el patriarcado ortodoxo muy presente. Sin duda, parece complicado que el desfile pueda tener su símbolo de libertad y tolerancia.

Sin ninguna duda, algo diferente (nos llega muy poco cine serbio), original y creédme, divertidísima.

Creo que casi todos somos conscientes de la explotación humana y la esclavitud en numerosos sectores de nuestra sociedad. Uno de estos sectores es el mundo de la moda, sobre todo el mundo de la "moda rápida" (concepto requeteusado por el documental) con numerosas marcas "low cost" a las que no hace falta nombrar porque, seamos sinceros, sabemos cuáles son. Este documental da un paso más en hablarnos de esa "conocida" explotación: nos habla del propio uso de pesticidas, tintes con desastrosas consecuencias para los trabajadores que tienen que hacernos la ropa como cánceres y erupciones cutáneas y sobre todo, de los accidentes laborales como el de hace unos años en Rana Plaza (Bangladesh) que recuerdo que llegó a ocupar numerosas portadas.

Con un equipo de psicólogos, diseñadores, comunicadores, periodistas o activistas, este documental se centra en mi opinión en ambas caras de lo que o no vemos o nos cuesta creer que vemos: explotación laboral pero también, en el primer mundo, manipulación por parte de las marcas y el capital para hacernos comprar esa cantidad ingente de ropa que, seamos sinceros, prácticamente no nos ponemos. El Black Friday, las rebajas, las ofertas de Navidad, etc, nos convierten en bestias del consumismo y como bien dice Livia Firth (para mí el gran descubrimiento del documental): "¿Nos daremos cuenta que podremos encontrar la felicidad sin las cosas materiales?".

He de decir que me gusta mucho ver todas las películas, documentales o series que tengan relación con redes sociales y los "peligros" de Internet. Y si ya tienen que ver con hechos reales, aunque sean durísimos como el de este documental, al instante tengo que verlo.

Como acabo de decir, este documental es durísimo. Los espectadores que aún no lo han visto (os animo a lo que lo hagáis, en serio) se encontrarán con la historia de chicas abusadas sexualmente, de su historia, de la reacción de la gente de su alrededor ante su abuso, y sobre todo y para mí un punto muy interesante, como las redes sociales han abierto una nueva página en las violaciones. En cuestión de un click, se pueden difundir las vejaciones de una persona, con el fin de aumentar su humillación (porque aún no me entra en la cabeza que quien lo comparta lo hace para enorgullecerse).

El título del documental hace referencia a dos de los chicas que cuentan su historia. Una no pudo soportar la vergüenza de verse humillada en las redes sociales, de la gente pasándose sus fotos, de sus violadores yéndose de rositas. Ella no pudo más. Pero luego están las otras, las otras que o bien porque su sobredosis no fue efectiva, o las salvaron su familia, lograron sobrevivir para contarnos su historia. La cinta acaba con ese pequeño homenaje que, como en numerosas manifestaciones feministas, está dedicada a "las que ya no tienen voz". Esas chicas supervivientes deben de hacer visible su historia no sólo para ayudar a otras muchas que estén en su situación, como para, pese al tiempo supuestamente avanzado en el que vivimos, seguir concienciando.

No he podido evitar mientras veía este documental acordarme del también estupendo "The Hunting Ground" (Kirby Dick, 2014), centrándose este en las violaciones sistemáticas a las jóvenes en los campus universitarios estadounidenses. Yo ahora no puedo entender un documental sin ver el otro, como que no entiendo cómo el ciudadano estadounidense medio puede soportar cada vez más documentales que denuncian las violaciones en su propio país, el de la tierra prometida. Yo sentiría vergüenza.

Estamos ante una interesante sátira, que como su título bien puede dar a entender, sobre la progresiva extinción de los hombres. Por medio de entrevistas, dramatizaciones y un estilo de documental, se nos muestra cómo el mundo ha llegado a la situación de que las mujeres puedan tener hijos sin necesidad de los hombres y cómo esto afecta a ambos sexos. Diversos personajes, como Andrew (el hombre más joven del mundo), activistas prohombres, gobernantas, amas de casa, ancianas pioneras, escritoras, adolescentes revolucionadas y demás, se nos muestra este problema, el de una progresiva desaparición de los hombres y de su problemática segregación. Varios son los temas que trata, algunos muy comentados en nuestro mundo actual, como la abolición de los géneros (aunque en este caso es más bien su inexistencia), la crianza por las madres "solteras", entre otros, y un punto muy interesante con el que yo me quedo:la existencia del amor y de las parejas en un mundo en el que los hombres ya no son necesarios.

Pero que no cunda el drama: la película está hecha en clave de humor, con algunos momentos y situaciones que son realmente curiosos y hasta divertidos. Sin duda, una película que merece la pena y de la que se debería poder hablar más, sobre todo como retrato de "y si...".