Así debe imaginarse las relaciones extramatrimoniales la gente que no haya tenido relaciones extramatrimoniales. O así las recuerda la gente fría y distante que no es consciente de serlo y que habla demasiado.
La pareja tiene tan poca química que resulta graciosa. Es lo mejor de la película. Eso y el mérito de dos o tres algunas escenas corales largas bastante bien realizadas.

Muy distinta a las otras películas de la directora. El abiente gótico y la permanente sensación onírica son las diferencias más destacables.
Como en las anteriores películas, hay tensión, pero aquí es una tensión más convencional y previsible. Que lleva a los personajes a ofrecer unas revelaciones un poco fuera de lugar, que no nos los aproximan, ni tampoco sirven para definir la distancia; solamente los hace más planos.

Es como si Park Chan-wook hubiera querido demostrar que podía hacer una película sin cantidades inusuales de violencia ni sexo (ni siquiera justificado o bien rodado), ni giros de guión magistrales. Solamente una buena trama, un poco previsible, con personajes intensos que conectan sutil pero profundamente.
Y lo consigue. Pero es su peor película.

Es como si unos cuantos guionistas con distintos estilos, distintas ideas y especializados en distintos géneros, se hubieran reunido en una cena muy incómoda, se hubieran emborrachado y de ahi hubiera salido un guión.
Y el cásting también es un desastre.

La película empieza bien y se mantiene, eso seguro.

El tono combina en todo momento una saludable dosis de mala leche y bastante emoción. Los personajes se hacen querer u odiar bien, a veces ambas cosas.

Y contiene grandes ideas. Algunas bien desarrolladas: el protagonista es un músico que pasa del death metal al pop según va comprobando que su cinismo y autoengaño no hace ningún bien ni a quienes le rodean ni a él mismo, y de manera sorprendentemente verosímil; la protagonista no es una maestra cursi y sobreprotectora, sino una auténtica heroína con más profundidad de la que el tráiler deja entrever.

Ideas no tan bien desarrolladas: Quizá es difícil desarrollar satisfactoriamente una idea tan buena y valiente como la de unir zombies y crítica social habiendo tantos precedentes, algunos geniales.
Esto y una puesta en escena un poco irregular hace que no le ponga más que un 7. Pero aun así merece la pena.