Cable Hogue, romántico, melancólico, perdedor, es el propio Sam Peckinpah: un hombre desclasado, cuyo tiempo ha terminado, y que se encuentra, por derecho propio, alejado de todo contacto con la ¿civilización?. Excepcional trabajo del director californiano, una vez rodada su obra maestra "Grupo salvaje", lleno de nostalgia por los viejos tiempos (entroncando directamente con su maravillosa "Duelo en la alta sierra"), "La balada de Cable Hogue" es un (anti)western atípico, con un (anti)héroe que ve cómo el mundo que conocía va sumergiéndose irremediablemente ante sus ojos, y la llegada de los nuevos tiempos (ese coche) son implacables con los reductos de generaciones pasadas. Sencillamente, magistral. Una lección de cine.

Una de las mejores películas de L. G. Berlanga, alejado de las negras y ácidas crónicas de la España franquista, y más próximo al surrealismo buñueliano, salpicado con laberínticos toques eróticos, que al (falso) costumbrismo que destilaban obras maestras como "Plácido" ó "El verdugo". Extraordinario elenco actoral (soberbio trabajo de Michel Piccoli), con A. Soler Leal, Manuel Alexandre, Julieta Serrano, Agustín González... en un formidable trabajo que firma el cineasta valenciano con guión de su inseparable Rafael Azcona (el mejor tándem del cine español). De una amargura hiriente, "Tamaño natural" fue la única película del director español rodada fuera de nuestras fronteras.