Extraña última película de Kubrick que no pudo ver terminada debido a su repentino fallecimiento. Uno de los temas más importantes es el poder, como salen impunes los crímenes de élites secretas que nos gobiernan desde el anonimato que dan las sombras. Tom Cruise y Nicole Kidman interpretan a Bill y Alice Harford nuestra pareja protagonista, mostrándonos los problemas por los que tendrán que pasar entre celos y lujuria para mantenerse unidos. Bill gracias a su amigo músico acaba en el lugar equivocado, donde la inocencia e ingenuidad son destruidas... pero logrará volver a casa junto Alice y darse cuenta que su vida y rutina no están tan mal.

Obra maestra de John Ford. El mejor western de su director y por ello el mejor de la historia. Mucho se ha dicho sobre el brillante principio donde se muestra mas de lo que se cuenta. Epopeya sobre el rescate del último familiar que queda vivo y sobre la venganza por la muerte del resto de la familia. John Wayne hace seguramente el personaje mas complejo de su dilatada carrera y uno de los más recordados. Un soldado confederado que vuelve a casa años después de perder la guerra de sucesión, guerra que para él no ha terminado. Ahondando en la psicología del personaje su palpable odio que lo lleva a ser un racista redomado. Con preciosos exteriores como el Monument Valley para rodar esta aventura en la que Ethan estará acompañado por Martin (Jeffrey Hunter) su sobrino mestizo para buscar lo que queda de una familia rota.

La mejor secuela de la historia del cine sin duda a la altura de la primera y por algunos momentos incluso superior. Entrelaza las historias de un Vito joven interpretado esta vez por Robert de Niro y la continuación del camino de Michael. Viendo como difieren los métodos y carácter, ya que mientras uno consiguió mantener la familia, el otro la destruyó. Gran momento la conversación con su madre pidiéndole consejo de como mantener la familia unida, era su intención... pero de buenas intenciones está lleno el infierno.

La película por excelencia de la mafia. Con un reparto de ensueño para llevar a la pantalla grande la obra de Mario Puzo. Al Pacino, interpretando a Michael Corleone, se erige como el protagonista del filme, acompañado por su padre, Vito Corleone, interpretado por Marlon Bando y sus hermanos Sonny (James Caan), Fredo (John Cazale) y Tom (Robert Duvall). Con la presencia femenina de la hermana (Tayla Shire), la mujer (Diane Keaton), la amante (Simonetta Stefanelli) y la madre (Morgana King). La evolución que tendrá Michael es lo más importante del filme pasando de héroe de guerra, que no quiere inmiscuirse en los asuntos familiares, a estar metido de lleno en los negocios de la familia. Debido al transcurrir de los acontecimientos que se le escapa de las manos, Michael parece empujado por el destino a ser lo que una vez juró que nunca sería... Comienza la tragedia.

Estamos aquí ante una superproducción de época y ante una de las mejores películas de la historia. El Jesús más solemne y místico interpretado por Jeffrey Hunter. Cierto es que parece un personaje del reparto más pero cada aparición que tiene es sencillamente divina, desde el bautismo hasta la cruz. El metraje concede mucho tiempo a la trama política y al imperio romano. Con una fugaz y radiante Carmen de Sevilla interpretando a María de Magdalena. Narrando la historia de Barrabás a la par que la de Jesús y viéndose como difieren los medios que utilizan cada uno. Grandes escenas con el sermón del monte y después en la resurección con Magdalena como testigo. Espléndida la banda sonora como la dirección de Nicholas Ray.