Poco importa la leve y sucinta trama de amores imposibles. Qué más da, aparte de ser la primera, que esté hablada en bretón. Y que no haya subtítulos. Ni falta que hacen. Porque casi no hay diálogos, casi no hay trama, casi no hay acción. Lo que sí hay es pasión estética, mirar en cine, ver en poesía, crear en imagen. Creer en Cine. Crear Arte.
Con mayúsculas.

Pues sí, notable. Por bizarro, por extravagante, por desmadrado... Y más viniendo de un director tan clásico, el responsable de esos tremendos dramones interpretados por esa doliente pareja que formaron Amedeo Nazzari e Ivonne Sanson; pues bien, esta película exótica, que pareciera salida de la pluma del mismísimo marqués de Sade, va del más desaforado melodrama al cine de aventuras con un curioso "motín a bordo" en la que las prisioneras utilizan sus armas para rendir a la tripulación en una auténtica orgía de lujuria y sangre.
En fin, que me encantaría verla en condiciones, porque la copia disponible en YouTube es infumable. Es lo que hay.

Y es que el verdadero amor es eterno. Como la verdadera belleza. Como el Arte, cuando es con mayúsculas. Y "Jennie" es auténtico amor y belleza y Arte. Por eso me enamora una y otra vez. Igual hoy que hace más de veinte años que la vi por vez primera. Y me voy a dar prisa en volverla a ver. Porque me quiero enamorar otra vez. Y otra. Y otra...