"I am Spartacus" es la frase que cierra los títulos de crédito del último capítulo de la serie, Andy forjando su leyenda sobre la arena de Capua con los brazos extendidos gritando al graderio tras asestar su primer golpe de gracia como gladiador, muy lejos ya de su adorada Tracia.
He de decir que me siento apenado porque ha finalizado una grandísima serie; la épica, la acción y la pasión son sus apellidos y su nombre es Spartacus. Tres temporadas y una precuela me han hecho vibrar con cada capítulo, y la indiferencia no ha tenido cabida en mí durante este tiempo; desde la casa de Batiato a la tumba de Spartacus han transcurrido muchos acontecimientos: la arena de Capua, la caída de la casa de Batiato, el Besubio y Gabro, Crasso, César y el fin de la Rebelión sería una manera poco inteligente de resumir esta serie, porque hay mucho más...es la historia real de como un hombre forzado a la esclavitud hizo temblar a la República y sus cimientos.

En fin, que más decir, mi puntuación y el título hablan por sí solos; esta película es puro estiércol de cuadra. Tus ojos sangrarán y este precioso tiempo no recuperarás jamás. Me alegro de no haber gastado ni un céntimo en ver esa semejante basura en las salas de cine, aunque sí gustosamente pagaría por ver arder en la hoguera a los guionistas, director y actores y a la madre que los parió (salvemos a Elisabeth Shue que aún tiene un buen polvo).

¡Sálvense! Yo no pude, ¡ustedes están a tiempo!

Me lo imaginaba, lo presentía, ahora lo sé...qué podía esperarme de este subproducto televisivo dirigido por un director que sólo ha trabajado en series de medio pelo, que podía esperarme de un actorcillo follaviejas como Josh Duhamel (visto en, ojo, Transformer y Las Vegas), maldición si hasta hay un cameo del rapero ahora consagrado actor de culto Curtis ‘50 Cent’ Jackson (visto en muchas mierdas), pero Dios Santo, si Rosario Dawson nos deleita con su belleza (pues ya ni eso), pero no puede ser...si actúa Willis, Bruce Willis, y encima haciendo de algo nunca interpretado por él, un policía, un policia de despacho, un chupatintas...Bueno que haya paz, no puede ser tan mala, a ver qué tenemos, un bombero accidentalmente se convierte testigo de unos asesinatos a mano de un hombre muy mafioso y muy chungo al que la poli ya le tenía ganas porque es un hijo de puta de los gordos. Bueno este testigo entra a formar parte de un programa de testigos super secreto, pero al final lo descubren los malos, intentan darle boleto al otro barrio, pero éste se toma la venganza por su mano...impresionante trama, nunca había visto algo así. Bueno a ver que tal esas escenas de acción...joder con la crisis, el poco dinero invertido en esta peli no ha ido a parar a los efectos especiales.

En fin, si ustedes desean ver una película mala, aburrida, antiestética, miserable y vergonzosa, éste es su film. Yo no he tenido suficiente mediocridad por hoy, así que voy a ver la nueva peli de Nic peluquín Cage, que el muchacho está en su mejor momento.

Nos encontramos en una época cinematográfica plagada de remakes y adaptaciones de cómics de superhéroes a la gran pantalla consecuencia de la crisis imaginativa que lleva arrastrando Hollywood desde hace ya unos años. Recientemente he visto mediocridades como "Linterna verde" o "Thor", películas visualmente adictivas pero argumentalmente nocivas, plagadas de actores seducidos por un buen cheque aunque para nada convincentes en su papel, dando la impresión de que ellos mismos son conscientes del "paso atrás" que en su carrera supone hacer un film de este tipo (ej: Natalie Portman en Thor).

Pero afortunadamente existen películas como "Super" que saben ironizar y sacar provecho de esta situación. Super es una película de bajo presupuesto con protagonistas completamente antagonistas al prototipo de superhéroe modelo fibroso y muy bien ajustada a la realidad, una realidad en la que realmente no existe ni el bien ni el mal, no existen los tipos malos o los chicos buenos, y donde el único poder es el de tu voluntad.

Todos y cada uno de nosotros odiamos pequeños hechos cotidianos que sufrimos día a día, como no poder dormir porque algún capullo vecino esté tocando la guitarra a lo Fran Perea, o porque pase algún jodido motero disparado por la calle como si estuviese buscando a John Connor. ¿Qué pasaría si harto de estas situaciones decides enfundarte un disfraz y salir a la calle a repartir tu justicia?, sobre esto trata esta película, y si además incorporas un excelente guión, un buen reparto encabezado por un sobresaliente Rainn Wilson y mi amada Ellen Page, una preciosa banda sonora (Tyler Bates) y un emotivo final, tendrás tus "dos perfectos momentos", uno mientras disfrutas del film y otro cuando al finalizar éste, reflexionas y piensas: Cuánto tiempo sin haber visto una buena película.

Queridos cinéfilos esta película es pura basura. Trata de unos presos que escapan mientras son trasladados y para recuperar el tiempo perdido se van a un centro comercial a disparar a todo lo que se mueve y a atrincherarse con algunos rehenes dentro de los cuales se encuentra la supuesta co-protagonista que es más fea que Mickey y Trejo juntos y además parece un travesti. Pero no nos desviamos de la historia. Resulta que uno de los presos es el hermano de Rourke, el cual al enterarse de la fuga de su hermano decide dejar su vida como agricultor vigoréxico que no puede ni aplaudir e ir a por él, total que Mickey va en plan jungla de cristal por el centro comercial soltando algún tiro de vez en cuando y haciendo unos extraños movimientos en las escenas de acción, y todo esto sin decir ni cuatro frases a lo largo de la peli.
La peli es infumable, todo es mediocre, las interpretaciones, la dirección, las escenas de acción, los extras son penosos. Dentro de la mediocridad se salva Trejo que por lo menos entretiene cuando aparece y un tema de guitarra bastante pegadizo.
En fin, yo sabía lo que me esperaba, quería indagar un poco en el cine de los 90 de Mickey, y ya veo que por entonces Mickey tenía la cara igual que su carrera en el cine: por los suelos.