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Críticas de DéjenseVer
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Críticas 22
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
25 de mayo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas clásicas llevadas a Live Action por parte de Disney no siempre salen bien paradas, aunque suelen tener una taquilla bastante aceptable. Hasta ahora, a nosotros no nos había convencido ninguna del todo, excepto tal vez Alicia en el País de las Maravillas de 2010 o La Cenicienta de 2015.

Hasta hace pocas semanas, en el horizonte de los estrenos del género atisbábamos El Rey León y Aladdin, aunque no sabíamos muy bien qué esperar de ninguna de ellas. Una vez visionada ésta última, y con bajas expectativas, por fin podemos decir que hay un live action -casi- a la altura de su versión animada, eso sí, con sus luces y sombras. Nos divertimos, tarareamos y lloramos, aunque seguimos echando en falta la chispa de antaño.

Lo que destaca por encima de todo en este proyecto es el apartado visual. Colorido, muy colorido. Tanto que podría resultar hortera si no supiéramos lo que estamos viendo. Eso, y un desfile de efectos y CGI bastante apabullantes, sobre todo desde que Will Smith hace aparición, que nos dejarán pegados a la butaca durante las dos horas y diez minutos que dura esta adaptación. Además, la disfrutamos en una sala láser con sonido Atmos, así que prácticamente se nos metía la arena en la boca. El vestuario es maravilloso, tanto el masculino como el femenino, así que en ese aspecto le damos un tremendo sobresaliente.

Eso sí, en nuestra opinión estiran demasiado el momento estelar del Genio, ya que la sucesión de acontecimientos es algo diferente a la versión de 1992 y tardamos más de media hora en conocer al simpático ser azul salido de la lámpara. Esto provoca un cambio de ritmo bastante negativo en la cinta, pues empieza de forma lineal, manteniendo el interés, pero llega un momento en el que cae en picado por el mal planteamiento del villano y su insulsa influencia, hasta que llegamos a la Cueva de las Maravillas y Will Smith nos deleita con lo que mejor sabe hacer: ser él mismo, y además consiguiendo recordar al mítico y entrañable Robin Williams, añadiéndole su carácter desenfadado. Es entonces cuando película despega nuevamente con sus fenomenales poderes cósmicos para mantenerse con un equilibrio estupendo hasta la aparición de los créditos.

Por otro lado, “La nueva canción de Jasmine” que no se encontraba en el largometraje original y que sería incluida de forma inédita en esta versión, fue muy comentada por redes, pues el mensaje iba relacionado con la mujer empoderada, prometiéndonos que Jasmine iba a destacar con ella y la veríamos crecer. Ahí ya se nos levantó la ceja, que manía con introducir este tipo de conceptos en todas partes, vaya con la trama o no. Esto no quiere decir que nos posicionemos en contra, ni mucho menos, pero sí que nos parece fuera de lugar el aprovechamiento por parte de la industria para divulgar algo tan importante de forma tan oportunista.

Pues ¡oye! Al final acertaron de lleno con la cancioncita. No podían haber elegido mejor manera para mostrarla y representarla, nos quedamos súper satisfechos con ella, excepto por un detalle: Los movimientos de la princesa mientras canta son CALCADOS de Let it Go de Frozen. Entendemos que para películas de animación se rescaten fotogramas para ahorrar trabajo, pero si empezamos a hacer lo mismo con actores reales, señores de Disney, queda un poco cutre.

Continuando con los pocos aspectos negativos, el punto más flojo de Aladdin es el villano, Jafar. Un actor demasiado joven al que alguien tuvo la genial idea de asignarle a Fernando Cabrera como doblador, muy conocido por doblar de forma impecable a Sheldon Cooper en The Big Bang Theory, que nos saca por completo de su aura de “malo maloso”. Para valorar correctamente este punto tendremos que volver a ver la película en versión original, pero desde luego en español no nos ha llenado para nada, pues se trata de un perfil de personaje muy asumido y que carece de la tonalidad necesaria para asociarlo con un villano.

Y ahora lo más importante de una película tratada como un musical: Las canciones. ¿se mantienen fieles? Si y no, como siempre tendremos cambios en la traducción, y es difícil que nos gusten los añadidos a canciones que nos sabemos al dedillo. Aun así, las que interpretan el Genio y Jasmine están bastante bien, en nuestra opinión las que menos destacan son las de Aladdin (exceptuando “Un mundo ideal”, en la que ambos se lucen), que no llega a transmitirnos el carisma de la desaliñada rata callejera que ya conocíamos, a pesar de que el actor se muestra bastante cómodo en su papel, en el que además nos regala un par de momentos de parkour muy vistosos.

Para terminar, no podemos dejar de mencionar a Iago y Abú, el loro y el mono al que tanto cariño les tenemos. Ambos se mantienen justo en el lugar que les corresponde, ayudando al tono cómico de ciertas escenas sin resultar cargantes, y pasando desapercibidos cuando deben hacerlo. Y Rajah, el tigre, está elaborado de manera intachable, a la altura de Shere – Khan e incluso superándolo.

Nos hemos quedado con muy buenas sensaciones, con un sentimiento de agradecimiento hacia todo el esfuerzo dirigido a este proyecto, y aunque las películas que marcaron nuestra infancia son insuperables, creemos que ahora sí que van por buen camino.

¿El mejor live actión de Disney hasta la fecha? En nuestra opinión, ¡sin duda! Ha sido un reto titánico que han superado con buena nota.
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7
9 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teníamos en lista El origen de los Guardianes, y tras verla a buen precio en edición Blu-ray, coincidiendo con las fechas navideñas, creímos que no habría mejor momento para disfrutar de ella. Y no nos equivocamos, es una película de animación perfecta para ver en Navidad. Un mundo de fantasía dinámico, expresivo y fresco, pero con un espacio muy concreto para el toque tenebrista, que toca algo tan importante como el miedo de los niños, y qué ocurre cuando dejan de creer.

Es cierto que no puede considerarse rompedora en el género, ni siquiera en su momento, pues en el fondo trata la eterna lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Sueños y pesadillas, ilusión y desesperanza. Nada de eso es nuevo ¿Verdad? Pero la manera que han tenido de unir todas las piezas del puzzle nos ha resultado fabulosa.

Desde el primer momento nos conquistaron con el diseño de personajes, que en este caso representan a los guardianes de la ilusión de todos los niños del mundo, elegidos por la Luna: Santa Claus, el Conejo de Pascua, el Hada de los Dientes, Jack Frost (El padre del Invierno) y Sandman (Sandy) El Guardián de los Sueños. Todos ellos originales, atrevidos y con gamas cromáticas muy focalizadas, algo que nos ha encantado.

Nos gustó muchísimo ese toque tan marcado de Del Toro de imbuirle carácter a los brazos de los protagonistas con runas, tatuajes o simplemente, cambios en el pelaje, tal y como hace aquí con el Conejo de Pascua y con Santa. Lo hemos visto reiteradas veces en sus obras, y ya lo consideramos como un sello personal, nos causa cierta complicidad encontrar esos detalles cada vez que le damos al play.

El reparto, como podéis ver en la ficha técnica de la reseña, no tiene desperdicio, y eso realza muchísimo el conjunto, aun viéndola en castellano. ¡Tenemos ganas de repetir en versión original! El equipo técnico tampoco defrauda, de hecho, Peter Ramsey nos enamoró hace solo unas semanas con Spider-man: Un nuevo universo, la mejor propuesta cinematográfica del hombre araña que hemos visto hasta la fecha.

En cuanto al argumento… precioso. Echábamos de menos ver algo de este estilo, una historia basada en mitología y cuentos trasladada a la realidad, que además nos sorprendiera en ritmo y estructura, con un villano bien trabajado y sin motivaciones absurdas. Una película que nos animara a creer. ¡Gracias!

A nivel técnico poco podemos decir, a pesar de que han pasado ocho años desde su estreno, sorprende en cada plano. Interiores llenos de detalles, en especial la corte de las hadas y el palacio de Santa, pueblos plagados de vida, y poderes en consonancia con el aspecto físico de los personajes, que toman las riendas de la pantalla en las escenas de acción, haciendo gala de una elegancia exquisita a la hora de mostrar duelos y enfrentamientos.

Otro de los puntos fuertes de El Origen de los Guardianes es lo comedido de su humor. Un humor que fluye, que se presenta al servicio de la historia y que sabe guardar su lugar en segundo plano. Sabemos que luchar contra el Coco (Pitch Black) no tiene nada de gracioso, pero eso no elimina por completo el esparcimiento. Dos o tres chistes muy bien colocados nos provocaron unas buenas carcajadas, y la mención del Ratoncito Pérez como delegado Europeo del Hada de los Dientes nos pareció brutal.

Si algo tenemos que achacarle es su corta duración, no nos hubieran sobrado 20 minutillos más de metraje que nos sirvieran para profundizar algo más en los personajes, porque son todos tan interesantes (incluido el villano) que nos quedamos con ganas de más.


Conclusión
El origen de los Guardianes nos ha parecido una factura impecable, que suma otra preciosa cinta a la colección de Dreamworks, aunque no podamos considerarla la mejor. Es de esas cintas que entretendrán a los peques, pero que se colarán en el corazón de los adultos que nunca han dejado de ser niños.
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9
23 de diciembre de 2018
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribir esta crítica no ha sido fácil, porque la película ha sido una auténtica pasada, una maravilla del séptimo arte tan divertida y completa, que apenas encontramos palabras para describirla. Tenéis que verla.

Vamos a empezar por el principio: La animación. A lo mejor os habéis dado cuenta por el tráiler, pero Spider-Man: Un nuevo universo utiliza una técnica que se está poniendo bastante de moda hoy en día, nos referimos a la animación que simula un ligero stop motion digital, que presenta menos frames de lo normal. La vimos hace poquito en la serie de El Príncipe Dragón, y en alguna que otra propuesta más. Durante los primeros minutos puede ser un poco chocante, pero una vez se nos acostumbra la vista, le otorga al conjunto una originalidad y una diferenciación brutal. En este caso no podía resultarnos más apropiada, al tratarse de la adaptación de un cómic.

Han conseguido, ahora sí, la auténtica sensación de un cómic en movimiento. El apartado gráfico que acompaña a la animación es una auténtica delicia, refuerza las escenas con fondos tramados, bocadillos, onomatopeyas y composición de viñetas, metiéndonos de lleno en la historia y logrando que seamos uno con este particular grupo de “Spider-personas”, tal como lo llaman en Nueva York.

La trama, por su parte, está tratada de una forma muy inteligente. Ellos mismos se han dado cuenta de lo cansina qua resulta ya para los espectadores la historia de los orígenes del hombre araña, y así, con esas palabras nos lo hacen saber: “No os voy a contar otra vez lo mismo”, así que se aseguran de que ese origen quede claro en una rápida sucesión de escenas, para pasar al meollo de la cuestión lo más pronto posible. ¡Y vaya meollo!

Para esta ocasión, han creado una historia para el personaje de Miles Morales, que hasta el día de hoy, seguía sin tener adaptación propia a la gran pantalla. Nos ha parecido un personaje muy rico y bien trabajado, que no necesita escuchar de nuevo eso de “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Es un buen chico, comete errores, pero también es capaz de aprender de ellos y transformarlos en actos heroicos. Sus momentos cotidianos son tan cercanos que empatizaremos con él al instante, y podremos comprender muy de cerca cómo va interiorizando a Spider-man, hasta culminar en una escena final que pone los pelos de punta.

El humor, marca de la casa. Al contrario que nos pasó horas después en Aquaman, donde los golpes de humor nos parecieron casi vergonzosos, en Spider-Man: Un nuevo universo nos reímos a carcajadas. Las adaptaciones de Marvel, en general, saben llevar muy bien este tipo de tramas, donde entrelazan una historia compleja con golpes cómicos inesperados, que casan muy bien con la situación que está sucediendo en pantalla, sin resultar forzado en ningún momento.

En cuanto a los personajes: Brillantes, todos ellos. Cada uno ocupa el lugar que le corresponde, aportando su granito de arena a la historia general, y construyendo un universo propio con sus dos o tres primeras líneas de diálogo. Influyen en Miles de diferentes formas, para ayudarle a ese crecimiento acelerado como Spider-Man al que debe someterse. No podríamos destacar ninguno concreto, aunque si es cierto que los tres primeros compañeros tienen algo más de peso que los tres que aparecen en segundo lugar, y la tía May de esta adaptación es inolvidable.

Y ya por último, el culmen, la culpable de que vibráramos a cada segundo y de que quisiéramos entrar a la sala de nuevo una vez terminaron los créditos: una banda sonora sobresaliente. Perfectamente implementada, con carácter y movidita, muy de la calle. Sin duda, uno (otro) de los grandes aciertos de esta cinta.

Solo hubo dos pequeños detalles que no nos gustaron, por ponerle algún “pero”. El primero es el recurso de desenfoque exagerado en las esquinas de la pantalla, tal y como ya vimos en la reciente adaptación de Netflix de Las escalofriantes aventuras de Sabrina, que no tiene mucho sentido tratándose de animación, y que en ocasiones llegaba a molestar, pues no nos permitía disfrutar del todo del magnífico arte de Spider-Man: Un nuevo universo. Y la segunda, el acento latino exagerado de la madre de Miles, se nos antojó fuera de lugar, no resultaba natural, sino una imitación forzada, algo un poco más comedido hubiera dejado clara la procedencia de la familia sin resaltar de tal manera.

En nuestra opinión, la mejor adaptación de Spider-man llevada a la gran pantalla. Agradecemos poder disfrutar de una historia nueva sin tener que modificar los orígenes de Peter. Deseando ya el estreno de la segunda parte, que se encuentra ya en marcha. Mientras tanto… ¡seguro que repetimos con ésta! Creemos que abre una puerta a nuevas adaptaciones de otros personajes de Marvel a este formato, algo que daría muchísimo juego y sin duda, supondría algo grande.

¡Ah, y no os levantéis de la butaca, que hay postcréditos!

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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6
22 de diciembre de 2018
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de un thriller de supervivencia, basado en la novela homónima de Josh Malerman. Nos recordó bastante a “Un lugar tranquilo”, con la diferencia de que, en vez de no poder emitir sonidos para no ser detectados por los extraterrestres, nuestros protagonistas deben evitar usar la vista a toda costa, por lo que siempre salen al exterior con una venda sobre los ojos. Esto condiciona muchísimo su ritmo de aprovisionamiento y los hace vulnerables a cualquier estímulo externo; ya en los primeros minutos había logrado atraparnos con la promesa de una peligrosa travesía río abajo.

Si bien en conjunto no supone una reinvención del género, pues cumple con bastantes estereotipos y situaciones que se dan en muchos largometrajes similares, nos resultó bastante entretenida a pesar de no ser tan profunda, y nos mantuvo en continua tensión. Tiene dos o tres detalles muy curiosos, y no le pesa eliminar de un plumazo a según qué personajes, algo que agradecemos, pues muchas propuestas pecan con un instinto de supervivencia extremo sin razón de ser.

Sin querer entrar en spoilers, si veis este tipo de películas por disfrutar del diseño de la criatura y de un cuidado CGI, que suele funcionar como reclamo en tramas semejantes a ésta, sabed que al ente o extraterrestre que provoca los suicidios en masa debemos tomarlo casi como concepto. Es cierto que se trata de una evidente amenaza, pero apenas sabremos nada sobre su verdadera apariencia, su origen, sus objetivos o su motivación, lo que aleja a esta película del género de catástrofe paranormal o invasión alienígena, para acercarla más al terreno personal y humano: el de una familia que debe llegar al final del río para sobrevivir, y que si se les ocurre mirar, están muertos.

El ritmo, en nuestra opinión, es el punto fuerte de Bird Box: A ciegas. Comienzan poniendo todas las cartas sobre la mesa para despertar nuestra curiosidad, pero como puede resultar tedioso relatar la travesía en barca usando una única línea temporal, aderezan la historia con flashbacks que narran el comienzo de toda esa locura, cinco años antes. De cómo la gente de repente se muere de ganas de entrar en un coche en llamas, o ve de lo más que un camión a máxima velocidad les pase por encima. De este modo tendremos dosis de acción con los distintos personajes de forma equitativa, al mismo tiempo que nos permiten empatizar con los protagonistas, al conocer fragmentos de su pasado. Ya a un nivel más subjetivo, también nos ofrece una curiosa visión de la maternidad, pues Malory se encuentra embarazada al comienzo de la cinta.

Como punto negativo, no nos parece del todo original, “Un lugar tranquilo” está demasiado cercana en el tiempo, y también hemos percibido bastantes semejanzas con “El incidente”, de M. Night Shyamalan, sobre todo en lo relativo a los suicidios. Eso por nombrar lo más reciente y lo más conocido, pero no son las únicas referencias que encontramos.

Fuera de las comparaciones, quizá nos faltó sentir más cercano el peligro inminente, que el recurso de la ceguera se utilizara con algo más de picardía, no solo mostrando el tejido tras la venda. A veces, una sombra bajo la puerta y unas hojas revoloteando, no son suficientes.

En definitiva, cumplió justo con lo que esperábamos de una tarde de peli, sofá y manta. Tensión, una trama entretenida y un giro final que fácilmente contentará a muchos. Si os atraen las propuestas del género, no dejéis de darle una oportunidad.

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6
9 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible reseñar esta serie sin hablar primero de su precedesora, Sons of Anarchy. Durante mucho tiempo el showrunner barajó la idea de mostrar a los fans algo más que las “movidas del club” de los moteros de Charming, y finalmente se decantó por la banda de los Mayas, ambientada unos años después, a los que ya habíamos conocido a lo largo de varias tramas en SOA.

Todos queríamos volver a ver a Jax y compañía en pantalla en cuanto supimos que estaba gestándose una nueva trama entorno a este universo, tal vez a modo precuela, pero al mismo tiempo sentimos que su final fue el mejor que pudo haber tenido. Es más, el propio Charlie Hunnam declaró que le sería imposible volver a ponerse en la piel del joven Teller, que había sido un proceso personal muy profundo, y que su deseo era dejarlo estar.

Así que, aunque creemos que la sombra de los Hijos de la Anarquía es muy alargada y cualquier proyecto que quiera comparársele tiene el listón muy alto, Mayans cumple con lo que esperábamos de ella. Desde el primer capítulo vuelan las traiciones y los juegos a dos y tres bandas, así que la comidilla está asegurada, aunque también es cierto que podría habérsele sacado algo más de jugo.

Eso sí, no esperéis grandes referencias a SOA, porque aunque las hay, se sitúan más al final de la temporada con un giro sorpresa bastante acertado, que nos hizo esperar con ganas el estreno de la segunda. El resto son pequeños guiños y saludos en la espalda a los míticos chalecos decorados con la parca. Hay un par de personajes que sí formarán un nexo, en especial alguien relacionado con la DEA que seguro os hará rechinar los dientes.

Además, creemos que con el panorama actual de series hay que andarse con ojito para no terminar aborreciendo el género: En un lapso de tiempo de apenas unos meses, Pablo Escobar dominó la parrilla con Narcos durante dos temporadas, para dar paso al cartel de Cali. Después se estrenó Mayans, para apenas unas semanas después de terminar su primera temporada estrenarse Narcos: México. Todas ellas propuestas fuertes y con bastantes seguidores, pero todas con algo en común: Drogas, cárteles, bandas y predilección por las escenas violentas.

Así que como cada uno ve las series al ritmo que quiere y puede, es posible que en ocasiones sintáis que lo que estáis viendo con Mayans es una mezcla de Narcos con Hijos de la Anarquía, al estar enfocada en una banda con raíces mexicanas, donde tienden más a traficar con drogas que con armas, que era lo común en Samcro. Tal vez la serie no llega en el mejor momento, ya que la oferta está un poco sobrecargada actualmente.

En cuestiones técnicas, Mayans tiene muy buenos detalles, como por ejemplo la manera de mostrarnos escenas en flashbacks, a las que siempre acompañan las típicas leyendas de “X años antes”, pero en este caso de una forma muy original, totalmente integradas con el entorno y la escena. Es más, si no estamos avispados, puede que hasta nos pasen desapercibidas.

En cuanto al elenco, la interpretación de J.D. Pardo como Ezekiel Reyes es decente, se mantiene en un papel protagonista interesante y carismático sin caer en el “deje macarra”, aunque le falta algo de fuerza. Lo más interesante de su personaje es la memoria fotográfica, de la que se sirve la banda en muchas ocasiones, y que como espectadores nos deja momentos bastante vistosos, invitándonos a fijarnos en los detalles.

Pero al igual que sucedió en SOA, seguro que encontraréis algún secundario que os robe el corazón, porque si algo tienen las series de Kurt Sutter es esa manera tan profunda de trabajar a sus personajes. Destacar el magnífico papel de Sarah Bogler, por supuesto, uno de los pilares interpretativos de la serie. Habrá que ver si renuevan esta propuesta y si podemos ser testigos de la evolución de estos personajes.

Y no podíamos dejar de nombrar a nuestro querido Edward James Olmos, que nos conquistó en su papel de Capitán William Adama en Battlestar Galactica, y que aquí presenta una trama muy interesante sobre “Los Olvidados”, que realmente fue lo que más nos gustó de la temporada.

Como punto negativo, el doblaje, sin duda. Han elegido un elenco de actores de doblaje muy conocidos, y en muchas ocasiones su acento mexicano resulta demasiado forzado y llega a sacarnos de la trama. Así que os recomendamos visionarla en VOSE.


Conclusión
¿Está a la altura de SOA? Rotundamente no. Es cierto que de momento solo se ha emitido una temporada y que mantiene intacta la esencia, pero habrá que darle un poco más de tiempo. Es una serie con potencial, pero debemos mostrarle algo de paciencia, aunque solo sea por respeto a esta vorágine de Harleys y cuero que tanto nos hizo sentir hace unos años.

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