Divertida, original y con un toque asiático que la hace diferente a todas esas películas basuras que llegan de Estados Unidos.
Stephen Chow, un genio de las artes marciales y del humor en una película que no deja a nadie indiferente. No es sólo como una capítulo de Oliver y Benji sino mucho más divertida que todo eso.
Para pasar un buen rato y reirte a gusto.

Banda sonara delicada y hermosa, planos perfectos, estética cuidada, actores de gran calidad, tratamientos de la imagen y el color magníficos pero una historia que no se te hace imposible creerte si has visto las dos primeras de la "trilogía" (Days of Being Wild e In The Mood for Love).

Al principio te hace gracia cuando empiezas a ver detalles de ambas películas, personajes e incluso frases que marcaron las anteriores, pero¿cómo un personaje/persona puede cambiar tanto? Chow (Tony Leung, ¡te amo!), de aquel tipo tímido de In the Mood for Love se convierte en un Playboy supuestamente traumatizado por su amor pasado y consciente de su comportamiento hacia las mujeres tras haber renunciado al amor
.
Por un lado esperaba encontrarme a) una película de tipo futurista por la cantidad de imágenes de los androides que había visto, o b) una película que pusiera punto y final a la trilogía cerrando las historias pero con coherencia.
De la opción a) sólo pudimos disfrutar de apenas 15 minutos salpicados a trozos en la película de las imágenes futuristas al más puro estilo Blade Runner que intentaban explicar el propio pasado de Chow. De la opción b) pudimos enlazar historias que en cierto modo acababan quedando sueltas, inconexas. Desde el ya mencionado Chow que no acabas de creerte, pasando por el plantel de mujeres que van apareciendo en su vida, algunas sin entender qué pintan realmente, más que, por ejemplo tener el mismo nombre que su amor del pasado.

Visualmente maravillosa, como todo el cine de Wong KarWai, pero un tanto aburrida, a la par que repetitiva en ciertos momentos, (por ej: lo del agujero en el árbol, lo muy elegante y sentimental que resulta que In the Mood... y lo pedante y estúpido que parece aqui) y con una duración excesivamente larga.

Me resultó aburrida, pedante y absurda a más no poder.

Ha destacar la voz en off de Max Von Sydow, sobre todo en la escena final y el comienzo, entremedio más bien sobraba, y también la utilización de cierto tipo de planos que sí ayuda a darle tensión a la película.
Pero absurdo comportamiento del protagonista en todo momento, un hombre que ni pincha ni corta y es fácilmente manipulable, que no me parece creíble ni bueno como protagonista y enlace de la historia. Inneceseario el blanco y negro y más innecesarios esas insecciones de color que nadie comprende, sinceramente Spielberg ha sabido en ocasiones usarlo mucho mejor que Von Trier.
Un guión ridículo, sin fuerza; lleno de una parafernalia inútil y pedante intentando mostrar una Alemania postnazi que no acabas de creerte del todo y los escenarios parecen más un pequeño sueño, una ciudad desconocida.
Aburrimiento y pedantería barata. LLegó un momento en que estaba más atenta a enterder la película (inglés y alemán) que en ella misma y en intentar saber por qué usaba el color en esta o aquella escena.