Lejos, muy lejos de la apabullantemente hermosa primera media hora de Wall-e queda todo el metraje de esta, en principio, original idea que nunca arrastra al espectador emocionalmente con lo que cuenta. Todo se queda en eso, en algun destello grandioso de ingenio, pero falla en lo importante: una vez que se ha presentado la idea no hay quien se identifique con los americanísimos problemas familiares de una muchachita anoréxica.Un desperdicio