Cuando a un grupo de héroes como los de esta cinta se le pregunta "¿De dónde venís?", y la respuesta es...

-Stallone- Americanos.
-Lundgren- Yo soy sueco.
-Crews- MUY negro.

... uno ya sabe que esto es MUY SERIO.

Una de las razones por las que hacía críticas en esta página era por las películas de acción. Francamente, son las películas que más me gusta comentar con mis amigos. Y confieso que me hartaba de reír escribiéndolas por aquí. Hace tiempo que no lo hago y creo que esta cinta lo merece.

Seré conciso: he desarrollado la teoría de que ver películas de Chuarche, Willis, Sly y, en general, toda esta panda de "mercenarios" que, da igual el sitio o el arma que tengan a mano, se cargan a tantos extras como ciudadanos tiene Malta en cada una de sus cintas, condiciona DECISIVAMENTE una infancia feliz.

Ellos son los superhéroes de toda la vida. Los únicos -con permiso de Denzel Washington- con los que he logrado empatizar tanto que me dan igual los nombres de sus personajes en la gran pantalla. Tienen nombre propio. Y punto.

La secuela de Los Mercenarios funciona con más agilidad que la primera parte, con muchísima acción, un inicio más explosivo, numerosos guiños a las obras que lanzaron a la fama a estas leyendas y, para colmo, una ampliación del elenco protagonista, siendo para mí un gran acierto la inclusión, breve pero intensa, de Chuck Norris. Mención aparte la media hora final, con Chuarche, Willis, Stallone y Van Damme absolutamente desatados. Memorable la escena del mini. Todavía estoy llorando de risa.

Sería injusto no reseñar a los carismáticos Jason Statham, Dolph Lundgren y Terry "AA12" Crews, otros tres imprenscindibles en esta cinta con momentos divertidísimos que, eso sí, ceden algo del protagonismo que tenían en su primera aventura a las viejas glorias.

Por otro lado, los fans de Yet Li comprobarán que su participación queda reducida a poco más de diez minutos y es también destacable que Couture, quizás el menos carismático del grupo, queda relegado a un segundo plano, llamando la atención que el nuevo fichaje, Liam Hemsworth, tenga más peso que él.

Esta película no es para todos los públicos. Es para los nostálgicos, los que crecimos con esta tanda de actores que han acuñado el concepto "Tipo duro". Los que sabemos que se acerca el día en el que no podremos verles dejar cadáveres en la gran pantalla. Por eso, la mal titulada Los Mercenarios -debería llamarse The Hall of Fame-, regala historia del cine de acción en vivo y en directo: Chuarche, Stallone y Willis -muy posiblemente los más grandes de este género- avanzando de frente hacia el enemigo con sus armas escupiendo una andanada de muerte y destrucción.

Hay arrugas, sí, pero el índice de letalidad nunca ha estado tan alto.

Lo mejor- Es extraordinariamente buena como cinta de acción, mezcla a todas las grandes leyendas del género y la AA12 da un recital como Dios manda en manos de nada menos que Chuarche. Si necesitas algo más, esta NO es tu película.

Lo peor- Comprobar que no queda NADIE como ellos.

Lo inconcebible- ¡¿CHUCK NORRIS NO DA UNA MISERA PATADA GIRATORIA?!

Rápido, Pliskin, define esta película con cuatro ideas:
1) ¿Recuerdan Rocky? Vale.
2) Cambien a Sylvester Stallone y a Apollo Creed por una galería de robots boxeadores.
3) Añadan un toque familiar en forma de tándem padre-hijo (Jackman & Goyo, respectivamente) como base protagonista.
4) Y, para terminar, varios mensajes positivos de fondo: todo lo grande nace de los pequeños comienzos; no hay meta que merezca la pena si no hay esfuerzo de por medio; un hijo no es evaluable económicamente; los refrescos Dr.Pepper potencian en cuestión de horas las habilidades de programación informática a la par que unas desesperadas ganas de hacer bailes absurdos; apuesta todo tu dinero contra un tipo que lleve una cresta punky postiza, ganarás seguro; y unos cuantos más que os dejo averiguar a vosotros mismos.

Bajas expectativas tenía yo con esta Acero Puro, y franca sorpresa me ha dado. Da lo que se espera de ella. Una película sencilla, sin retruécanos ni complejidad argumental. Es previsible, sí, pero no es un timo comercial -tos, tos, Super 8, tos, tos-. Aquí entras a ver robots zurrándose en un ring, y es lo que te vas a hartar de ver. Conté fácilmente una veintena de robots, algunos de ellos francamente bien diseñados. Desgraciadamente, el púgil protagonista no se lleva la palma en este sentido, pero resulta justificable desde un punto de vista argumental -repito: Todo lo grande nace de pequeños comienzos-.

En resumen, una película bastante entretenida, con muchas y buenas secuencias de boxeo cibernético, un Hugh Jackman que a medio gas se sobra para sostener la película sin que caiga en un sinsentido y un mensaje de fondo que, desde luego, comparto al 100%.

Pegas que le puedo poner -con toque "pliskiniano"- en el spoiler.

Si alguno creía que lo había visto todo, esta película es la prueba de que, en Hollywood, hasta las mezclas de géneros son válidas. Total, todo por la pasta.

Ni es tan mala como la pintan, ni tampoco es una gran película. Vamos a decir aquello de "se deja ver de forma agradable".

En una frase: Cowboys & Aliens es, además de una película con un título arriesgado, un western con unos invitados de otro planeta.

La historia tiene dos claros protagonistas, siendo Daniel Craig un taciturno pistolero que despierta en mitad de un árido paraje con una amnesia importante y una muñequera que no puede quitarse sin beso de la chica protagonista; y de otro lado nos topamos con Harrison Ford, un tipo duro de los de toda la vida, con un arca perdida, una visita a un templo maldito y una última cruzada a sus espaldas. Eso sin olvidar, por cierto, varias guerras de las galaxias, lo que no lo ubica demasiado lejos del argumento de esta película.

El primero, Craig, cumple de sobra su papel. Total, es el mismo que hace para James Bond. El segundo, pese a quien le pese, lo vive. Y es un gustazo ver a Harrison Ford de nuevo en el cine. No es un papel estelar, desde luego, pero sin duda es el mejor del plantel.

Al poco de plantearse los hechos y cruzarse los personajes principales, la película empieza a temblar: aparecen los aliens. Esto es, los pepinos.

Lo reconozco, me gustó más la parte western. Y aunque hubiese sido típica, habría salido un buen experimento al juntar a Craig y Ford. Pero esa no es la historia. En C&A los Aliens tienen un sorprendente peso y salen a escena a partir de la mitad de la película mostrando sus rostros "anfibios". O lo que sean. A mí me daba la sensación de que eran pepinos hipervitaminados.

Que por cierto, hablando de hipervitaminas, Craig en esta película ya puede atravesar puertas sin romper el marco. Lejos quedan aquellos días en los que tenía que entrar al despacho de M de lado. Se nota que el chaval lo pasó mal durante la abducción en C&A.

Concluyendo, una película divertida, que está más conseguida en su aspecto western que en el sci fi. Quizás habría ganado enteros si esto fuera Cowboys & Zombis, pero eso nunca lo sabremos... ¿o sí?

Lo mejor- El diálogo contundente -a puñetazos- entre Craig y Ford. ¿Quién dijo que un golpe en el bazo no puede ser expresivo?
Lo peor- Aliens con sabor a pepino.

En serio. ¿Pura magia?

Vista la película, veo el tráiler en TV y algún iluminado afirma que acaba de salir del cine encantado porque ha vislumbrado PURA MAGIA.

Como diría Hitler en Malditos Bastardos... "NEIN, NEIN, NEIN". Trastazos en la mesa incluídos.

Super 8 es de todo menos mágica. Es el prototipo de película que nadie iría a ver sin ser engañado por una buenísima campaña de marketing. Que es el caso.

A mí J.J. Abrams no me cuenta nada nuevo. Sólo sé que el tipo tiene buenos amigos en la meca del cine. Spielberg le promociona y hasta le produce la cinta. Por lo demás, un tremenda cortina de humo.

Mucho me temo que llego tarde si quiero prevenir a alguien de ahorrarle unos euros, pero por si acaso diré que Super 8 es el gran desengaño del verano. Unos chavalitos que se lo han tenido que pasar pipa rodando dos películas en una y un director que debe ser pariente de algunos pesos pesados en la industria del cine definen este experimento fallido. Los primeros son muy jóvenes y no tienen tanta gracia como para llevar el peso de una superproducción con éxito. El segundo viene siendo un grandísimo "D.C.I" -Director de Cintas Infumables, para profanos- desde que rodó Perdidos. Y no va por el camino de enmendarse, no señor.

Desde luego, si te coge con las conexiones neuronales activas esa noche, Super 8 te defraudará, de tanto bombo que le han dado con el "misterioso" contenido del vagón del tren que descarrila.

Lo mejor- La cinta de zombis que se curran los chavalitos.
Lo peor- Es una película absolutamente prescindible.

Servidor nunca se ha "enganchado" a una serie. Las ha habido que me han tenido en vilo y me han interesado durante un tiempo, pero levantarme a las siete de la mañana pensando qué era lo que iba a ocurrir a continuación mientras tarareaba la canción de la serie nunca me había pasado.

Bueno, esto era así hasta que empecé a ver The Wire.

The Wire no es una serie. Es "LA SERIE". Como se ha comentado por aquí, The Wire es densa. Sus arranques son algo tediosos, con muchos personajes y una gran trama esbozándose. Una vez tenemos en la cabeza el esencial "Quién es quién", todo marcha sobre ruedas y la experiencia no puede ser más satisfactoria.

En mi opinión, y por extractar la cantidad de cosas que se pueden elogiar de esta serie, dos son los grandes logros de los creadores de The Wire:

1) Consigue unas historias de género negro excepcionales, con momentos para reflexionar y otros tantos para sentir escalofríos. Los episodios son especialmente incisivos con la corrupción latente en Baltimore, y a los guionistas no les tiembla el pulso a la hora de reflejar, en toda su complejidad, un departamento de policía, unos políticos y unos bajos fondos de lo más oscuros. No en vano, la serie estuvo a punto de ser cancelada tras su tercera temporada por la "mala prensa" que ofrecía de la ciudad.

2) No me quedo tranquilo si no menciono el ESPECTACULAR reparto que logra reunir esta serie. Con personajes siempre con un toque grisáceo, a veces más claro, a veces más oscuro, los actores que circulan por The Wire, siendo más bien desconocidos para el público, son verdaderos profesionales, haciendo memorables y muy creíbles sus papeles.

Personalmente, encuentro soberbio al protagonista principal, Dominic West, un actorazo de los que hace suyo el papel, pero resulta patente el carisma que le imprimen a la serie el nutrido grupo de actores afroamericanos, auténticos reyes del show: Clarke Peters, Andre Royo, Idris Elba, Wendell Pierce o el genialísimo Michael K.Williams, entre otros muchos. Desde luego, me falta mi Denzel por aquí, pero me llama la atención la asombrosa calidad de los actores negros de hoy día.

Como conclusión, diré que The Wire no es "fast food". No es una serie que te vaya a dejar verla sin habitualidad ni es una serie que te permita desconectar y poner la mente en blanco mientras la procesión de imágenes y caras bonitas surcan la pantalla. Todo lo contrario. Te exige estar atento, "bajo escucha". Seguir la investigación en toda su extensión. Y, aunque no te dará nada por supuesto y su inicio será algo árido, te aseguro que te levantarás a las 7:30 de la mañana un sábado e, inconscientemente, pondrás el DVD mientras cantas: "When you walk through the garden, you better watch your back..."

Sigan escuchándola aquí, que yo no puedo parar de hacerlo: http://www.youtube.com/watch?v=mzIuUW9VUr0

P.D. Le pongo un 10, lamentando la inexistencia del 11 en la escala de FF.